Foto tomada de: laguajirahoy.com
Por: Juan Sebastián Patiño Bautista, Investigador Universidad Católica de Cali
El sector minero es uno de los principales impulsadores del crecimiento económico del país y representa, aproximadamente, el 20% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. La mayor parte de producción de minería se encuentra al norte del país y, para el año 2017, la producción era de aproximadamente 83 millones de toneladas. Aunque es notorio el impacto positivo en el crecimiento económico, la minería mecanizada también tiene un impacto negativo en el medio ambiente que, en muchos casos, tiene como consecuencia la pérdida de capacidad de producción autónoma.
Estas actividades financiadas por empresas nacionales y extranjeras han causado, además de la extracción de los recursos, la esterilización de la tierra en las zonas donde se practica dicha labor, afectando en gran medida a una de las alternativas económicas ancestrales de las comunidades, como lo ha sido la minería artesanal.
Actualmente, Colombia tiene un modelo económico extractivista, esto ha generado que el sector minero aumente, y asimismo, los impactos de este. Un ejemplo representativo es el caso del municipio de López de Micay, en el departamento del Cauca, que para el año 2015 tenía más del 50% de su territorio en concesiones mineras a través de títulos y solicitudes. La “fiebre del oro” se esparció muy rápido entre los lugareños, que veían la extracción como una forma mejorar su situación económico. Sin embargo, esto causó el abandono casi total de las prácticas mineras ancestrales o tradicionales, las cuales a lo largo de la historia han garantizado la supervivencia de las comunidades en el territorio.
Según algunos líderes entrevistados, la situación es preocupante debido al cambio en la mentalidad de la población joven. “¿Si hay plata y no hay productos que comprar, qué estamos haciendo? No tenemos vida (…) si nosotros tenemos primero la alimentación, tenemos nuestro productos básicos pues lo demás ya viene por añadidura, además con la minería ha afectado tanto el río que ya la parte de la pesca la hemos perdido”*
Sobre este punto, la afectación a las fuentes hídricas traspasa el tema medio ambiental, pues también tiene impacto en las prácticas alimentarias. “Nosotros pescábamos con atarraya, con Nazas, con canastos poseros y nosotros siempre cogíamos, pero hoy por hoy, con tanto movimiento que ha habido de material, que ha caído al río, se ha modificado la estructura, las profundidades, entonces se han movido las especies de donde realmente habitaban y ya no encontramos más los medios para aprovechar nosotros los peces del río, entonces una afectación más”*
Estos testimonios demuestran que las prácticas mineras modernas traen consigo el reto de no dejar de lado temas de identidad étnica, tradiciones locales y , sobre todo, responsabilidades ambientales.
*Testimonios retirados del libro impactos de la minería en el pacífico colombiano. Observatorio pacífico y territorio-OPT Coordinación regional del pacífico colombiano.
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