Por: Laura Cano. Periodista Pares.
Han sido varios los pronósticos sobre los posibles escenarios económicos y sociales que tendrá que enfrentar el país y la región luego y durante la emergencia que ha provocado el COVID-19. En su mayoría éstos no son alentadores, pues plantean tasas alarmantes de decrecimiento económico y de aumento de la pobreza y el desempleo, principalmente.
Sin embargo, llama la atención que el Gobierno Nacional, a diferencia de algunas entidades nacionales e internacionales, plantean porcentajes considerablemente más bajos en cuanto a la contracción económica, diciendo que ésta podrá ser del 1.6% y que no superará el 2%. Por otra parte, lo que informan organismos como la CEPAL y el Fondo Monetario Internacional (FMI) son panoramas diferentes y considerablemente más altos.
Recientemente en el programa El Poder, de semana TV y conducido por el subdirector de Pares, Ariel Ávila, se analizaron los más recientes informes de las dos organizaciones nombradas anteriormente, haciendo así un recorrido y una evaluación de lo que podrá pasar en el actual año y en los venideros.
El balance de la CEPAL y el FMI
Como se había informado hace algunas semanas, la crisis que podrá haber sería peor que la de 2008 y 2009, además, y de seguir las cuarentenas prolongándose, ésta sería comparable con la Gran Depresión de 1929. “Se prevé una contracción económica del 3%, es decir -3% en el año 2020”.
Esto, como se explicó en el programa, tendrá impactos en economías puntuales. Por ejemplo, se estima que la exportación de metales caiga cerca de un 15%. Asimismo, que el gas natural presente una baja del 38% y el petróleo del 65%, siendo estos, tres de los productos mas importantes para la exportación colombiana y latinoamericana. Es necesario nombrar dos afectaciones e implicaciones en relación con lo anterior:
Por un lado, se proyecta que el precio del petróleo se mantenga por debajo de los 45% dólares, y como explica Ariel Ávila, “el problema es que Colombia agregó el precio del petróleo dentro de su Plan de Desarrollo y el Plan Marco de Financiación a más de 60 dólares. Eso quiere decir que estamos por debajo en los precios de 45 dólares; 15 dólares por debajo, un golpe durísimo para el presupuesto nacional.
Por otra parte, la Cepal informó que solo las exportaciones a China tendrán una disminución del 24.4% en este año, produciendo así una afectación directa a los productos agrícolas y agroindustriales, principalmente de países como Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, mientras que en los productos mineros quienes verán más consecuencias son Chile y Perú. Asimismo, tras una baja de exportaciones hacia Estados Unidos, son México y Costa Rica los países que se verán más golpeados, sobre todo en el sector de manifactura.
Por su parte, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Argentina y Brasil sentirán las consecuencias económicas con la disminución de exportaciones con destino a los países de la Unión Europea de productos mineros, agrícolas y agroindustriales.
En ese sentido, habrá varias y complejas consecuencias, que como se indica en los informes del FMI y el de la Cepal, afectarán los niveles de pobreza, el desempleo y alimentarán el modelo desigual que rige a la mayoría de países latinoamericanos, a esto agregándosele, que en el caso colombiano será una crisis sinigual, teniendo en cuenta que este tipo de escenarios han sido categorizados así en el país cuando el crecimiento era, mínimo, del 0%, mientras que esta vez se podría hablar del -2.4%.
Estas críticas secuelas apuntarían a que habría una inflación en Colombia del 3.5%, cifra que no es de las más altas comparadas con el resto de los países de la región. Sin embargo, donde sí se sentirán de manera más graves las consecuencias es en la tasa de desempleo, el cual podría llegar al 12.2%, la segunda cifra más preocupante, después de Brasil. No obstante, César Caballero, director de Cifras y Conceptos, agregó en El Poder: “(…) hay que tener presente que esta cifra ha venido subiendo considerablemente durante el periodo de Iván Duque, donde se han perdido cerca de 800.000 empleos”.
Asimismo, 1.6 millones son personas inactivas que no se clasifican como desempleadas porque en las encuestas del DANE es una persona que tiene que estar confinada y no puede salir a buscar empleo, eso representa un aumento de esta categoría que no se veía desde los 70.
Cuando se empieza a ver desagregado el grueso de estas personas se analiza que son informales y personas que viven del día a día, entonces estamos hablando que la tasa de participación bajó y la tasa de personas inactivas subió en 1.600.000 personas y eso es un dato absolutamente dramático que apenas recoge 10 días de confinamiento en marzo y no recoge todo el confinamiento de abril, es decir, lo que vendrá son cifras más dramáticas.
Adicionalmente, según la CEPAL, la tasa de pobreza en América Latina pasará del 30.3% (2019), al 34.7% (2020), mientras que la extrema pobreza aumentará de 11.0% a 13.5%, dejando así a casi 16 millones de personas en esta condición. Igualmente, el desempleo en la región llegaría al 11%, quedando sin empleo cerca de 37 millones de habitantes de Latinoamérica.
Los sectores más golpeados
Como se ha venido advirtiendo, uno de los grupos con participación económica que más se verán afectados son los del turismo, en el que habrá a nivel mundial una reducción del 20% hasta el 30% y, como se aseveró en El Poder, “los efectos van a ser demoledores. En las pequeñas empresas el golpe va a ser muy duro. Además, en Colombia el sector del turismo representa 3 o 4 puntos del PIB”.
Ante esto César Caballero planteó que para mitigar los efectos se podría “impulsar el turismo nacional con paquetes de estímulos. También, hay que promover el turismo local de bajo contacto. Por otro lado, algunos hoteles se pueden utilizar para temas médicos”.
Otros de los sectores que tendrían mayores implicaciones serían el de la cultura con un decrecimiento del 59.5%. el de el vestuario y calzado con el 39.5%, el de transporte con -10.2% y el educativo con el 6%. Por otro lado, quienes verían un crecimiento positivo serían los de vivienda con un 11.6%, el de alimentos con 17.7%, y el de salud con 22.8%.
A esto se agrega que los flujos de remesa caerán entre un 10% y 15%, y tardarán por los menos cuatro o hasta ocho años, en el peor de los escenarios, en recuperarse. En ese sentido el Eje Cafetero es una de las zonas que podría verse afectadas.
¿Qué hacer para favorecer las clases más vulnerables?
Según los pronósticos de la CEPAL y el FMI en el 2021 habrá una recuperación de la situación que se plantea por un rebote económico que representaría un crecimiento del 3.7%, por lo que solo hasta el 2022 o 2023 se podrán alcanzar ritmos similares a los del 2019. Ariel Ávila dijo que probablemente “en todo lo que pudimos haber avanzado como región tengamos que retroceder”.
Ante esto, César Caballero aseveró que para mitigar los efectos negativos y proteger a quienes mantienen este sistema, el Gobierno debe en principio “pasar de los decretos a los hechos, porque en realidad las acciones no se están viendo”. Además, aseguró que, sobre todo a favor de la clase media, se deben “asegurar los 1.2 millones de empleos que hay en el sector público, por lo menos hasta diciembre”.
“(…) Igualmente, debemos movernos hacia la compra de la nómina de manera generalizada con unos límites. El Gobierno tiene la pila de todas las empresas que están formalizadas y de las cuales hay un registro de cuántas personas tienen en su nómina y cuánto les pagan. Yo propondría algo como que el Gobierno diga que va a cubrir toda la nómina de hasta 5 salarios mínimos y al final si se mantienen los empleos se condona la mitad de ese crédito. Así un grupo de empresas podría continuar” explicó el analista.
De esta forma, como se ha hecho reiterativamente, el llamado es a que se focalicen los esfuerzos del Gobierno para llegar en primer lugar a los sectores y personas más vulnerables de manera diferenciada, teniendo en cuenta las dinámicas y necesidades de cada uno.
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