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Los segundos tiempos no son buenos en política

Por: Cayo Mario Sepúlveda

Líder político y social de Tame, Arauca


“A los imperios no los derriba nadie, se pudren por dentro, se caen solos'' decía Rodolfo Walsh. La ineptitud y la corrupción a nivel humano y moral, el despilfarro y la falta de austeridad abundan en sociedades corrompidas por el sustento fácil que proporcionan sus dirigentes.


Lo anterior suena como una sentencia natural, todo nace, crece, se reproduce y muere. Solo que siempre, al final, la intención de abarcar todo, y creer que todo lo mueve el dinero y las armas no es tan cierto. La política o la politiquería son aspectos mucho más letales a la hora de definir supremacías.


Podríamos hablar de muchos ejemplos, pero me voy a remitir solo a un caso y lo demostró Pablo Escobar. Apenas asomó las narices en la política empezó a desmoronarse su imperio.


En una región como Arauca, llena de conflictos y diversidad de intereses, unos buenos y otros malos, me parece imposible que un dirigente pueda ser capaz de montar un imperio o mejor, un cartel.


Facundo Castillo, un médico que se superó con mucho sacrificio, incursionó en la política Araucana y comenzó a ejercer su profesión no en un consultorio sino en un despacho, como director del Hospital San Vicente. Y, de la mano de Julio Acosta Bernal, llegó al primer cargo del Departamento: la Gobernación de Arauca.


En la política se le conoció como un hombre carismático, humanitario, buen servidor y todo un fenómeno en el manejo de las relaciones personales con sus gobernados.


Estudios demuestran que pensar en dinero o tenerlo en exceso disminuye la empatía y la capacidad de discernir entre el bien y el mal. Me parece que ahí está la médula de la situación que vive hoy el exgobernador de Arauca. En su primer periodo de gobierno manejó los ahorros de FAEP (Fondo de Ahorro y Estabilización Petrolera), y el FOMPET (Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales).


Hay quienes aseguran que en el primer periodo, Castillo manejó una suma aproximada entre 3.5 y 4 billones de pesos, mucho dinero que bien utilizado hubiera permitido superar muchas de las falencias que vive la sociedad araucana.


Si bien es cierto que se hicieron algunas cosas, la mayoría de esos dineros Facundo los dedicó a construir su imperio y con un estilo populista del cual él es todo un campeón; aplastó a todos los partidos, organizaciones sociales o cívicas; fue capaz de someter a sus contradictores e hizo todo un cartel entre lo legal e ilegal.


Sumando a lo anterior, se ha demostrado, una y otra vez, que los segundos tiempos no son buenos en el ejercicio del poder o mejor, que las reelecciones no son buenas consejeras.


La reelección de Facundo no se obtuvo por sus logros en cuanto a obras ejecutadas, se logró gracias a su estilo simpático, su carisma y el dinero que repartió a sus amigos y contradictores.


No calculó bien la nueva realidad financiera del departamento que podríamos decir que es diez veces menor a la del primer periodo y que muy seguramente no le permitirían cumplir sus compromisos y repartir dinero como en el primer periodo.


Para nadie es un secreto que en nuestro departamento se hacían las recolectas en dinero para torcerle el cuello a la justicia y los entes disciplinarios y fiscales. Cuando todos los araucanos pensábamos que no había nada qué hacer y que la impunidad iba a reinar, los procesos le estallaron en la cara y hoy está recluido en una cárcel a la espera de un juicio que bien podría demorar uno o dos años.


En nuestros cálculos políticos, esto es el principio del fin del imperio que quiso establecer Facundo Castillo. Será la Corte Suprema de Justicia la que fallará y ahí no será fácil tumbar estos procesos y, muy seguramente, las investigaciones disciplinarias y fiscales llegarán en cascada y como dice el dicho: “al caído caerle”.


Se da como un hecho que al final no solamente podría pagar algunos años de cárcel sino que también quedará sancionado para ocupar cargos públicos. Estas situaciones, al final, lo dejarían por fuera de cualquier participación en elecciones durante varios periodos.


Los que observamos el desarrollo de la vida política, sabemos que Facundo aspiraba a establecer hegemonía en las próximas elecciones a la Cámara y se suponía que su esposa podría heredar su empresa electoral.


¿Qué podría venir en el futuro? que muchos trataran de heredar o sacar provecho de la imagen positiva que tienen muchos araucanos, pero lo más importante, es que habrá espacio para nuevos líderes y propuestas que corrijan el rumbo y procuren hacer el mejor uso del poder político.


Creemos que llegó el fin de la supremacía política de Facundo y de un estilo populista que ha permitido el afianzamiento temporal de varios líderes que han intentado manejar irresponsablemente nuestra región, pero que, al final, la lógica les pasa factura de cobro por sus excesos. Veamos el caso de Goyo González, Alfredo Colmenares, Julio Acosta Bernal y Facundo Castillo.





*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido su autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.



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