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‘Los Caparros’ anuncian paro armado desde hoy en el Bajo Cauca

Por: Laura Cano. Periodista Pares.


En el Bajo Cauca Antioqueño luego de conocerse que Caín había sido dado de baja, también empezó a circular un panfleto en el que ‘Los Caparros’ imponían un paro armado desde hoy, 20 de noviembre a partir de las 6:00 p.m. hasta las 6:00 a.m. del lunes 23 de noviembre, en el que se establecía que durante este tiempo habrá toque de queda y, además, no se permitirá la apertura de negocios comerciales ni la circulación de vehículos por las vías.


Esta semana se informó que en una operación militar organizada por el Ejército, la Fuerza Aérea Colombiana, la Policía Nacional y la Fiscalía se había dado de baja a Emiliano Alcides Osorio, alias ‘Caín’, máximo jefe de ‘Los Caparros’, una de las grupos que se disputa el dominio del Bajo Cauca Antioqueño, especialmente con las AGC.


Este hecho ha llevado a que se siga evidenciando la violencia que se concentra en la región. Por una lado porque durante el día jueves y miércoles más de 70 campesinos/as tuvieron que desplazarse forzosamente de la vereda Buenos Aires la Isla de Cáceres hacia Caucasia, por miedo a una arremetida de ‘Los Caparros’ tras la muerte de alias Caín, que hay que señalar estaba al frente de la estructura delictiva desde 2016, cuando ésta se separó del Grupo Armado Organizado (GAO) Clan del Golfo, con quienes ahora están en disputa, entre otras cosas, pues la región sirve de ruta del narcotráfico, así como también se disputan el control de la explotación ilegal de minas de oro y la extorsión a mineros y multinacionales.


Paro armado: la represalia de Los Caparros


Además, en el Bajo Cauca Antioqueño luego de conocerse que ‘Caín’ había sido dado de baja, también empezó a circular un panfleto en el que ‘Los Caparros’ imponían un paro armado desde hoy, 20 de noviembre a partir de las 6:00 p.m. hasta las 6:00 a.m. del lunes 23 de noviembre, en el que se establecía que durante este tiempo habrá toque de queda y, además, no se permitirá la apertura de negocios comerciales ni la circulación de vehículos por las vías.


Con esta situación, desde el Ejército se anunció que se adelantarán acciones de investigación para esclarecer la veracidad del panfleto, además se ha informado que se harán patrullajes por las vías principales de la región durante el fin de semana. No obstante, miembros de Juntas de Acción Comunal de la Caucana y Guarumo le dijeron a Pares que en la región hay miedo, por ejemplo en Guaramo se publicó un comunicado para que la comunidad permanezca en sus casas.


Adicionalmente, aunque las acciones violentas han sido una constante en la región, los habitantes de los municipios y miembros de las JAC advirtieron que hasta el momento la comunidad no conoce qué acciones tomarán las autoridades locales ante esta amenaza, que a horas de comenzar el paro, estas personas admiten que en sus territorios hay tensión y zozobra, pues se conoce que este grupo es uno de los que más acciones violentas ejercen en el Bajo Cauca Antioqueño, además, se teme a que las represalias vayan principalmente contra líderes sociales de la región, pues como cuenta una de las personas con las que hablamos «este grupo acusa a cualquier persona que ejerza algún liderazgo de que son informantes y apoyos de otros grupos armados, hasta incluso de la misma Fuerza Pública».



Hay que señalar que en junio del presente año también ‘Los Caparros’ enviaron un panfleto luego de que fuera dado de baja Evier Antonio Ortega Pastrana, alias ‘Romaña’, quien dentro del grupo era uno de los hombres de confianza de alias ‘Caín’.


En el comunicado también anunciaban un paro armado en la región como represalia por lo acontecido. Sin embargo, y aunque estas amenazas generan un miedo generalizado por parte de la población y agudiza las constantes amenazas contra quienes habitan estos territorios, el investigador Freddy Chaverra cuenta que:


«El único paro armado que yo he visto que realmente ha paralizado el territorio fue uno realizado por el ELN y las AGC, que hay que decir que aunque estas últimas no tienen un control hegemónico sí tienen un control más grande en casi todos los municipios de esta subregión».


Explicando esta afirmación el investigador agrega que: «Los Caparros tienen mayor influencia en las zonas rurales, pues han ido perdiendo espacio en las cabeceras municipales de municipios como Tarazá y Cáceres, que es donde se han concentrado en el Bajo Cauca».


Así, las AGC han ganando más espacio en cabeceras municipales, mientras que ‘Los Caparros’ están mayormente concentrados hacia la ruralidad, incluso en zonas muy dispersas, que ahora con esta nueva amenaza son las zonas más vulnerables y donde más se teme que haya acciones de ‘Los Caparros’ contra la comunidad.


«Las comunidades particularmente de las zonas rurales están atemorizadas por el panfleto. Seguramente la Fuerza Pública puede ofrecer mayores condiciones de seguridad en las cabeceras municipales, pero en las zonas rurales tan alejadas no. Entonces esto genera un temor de la población frente a lo que pueda ocurrir; ya sean nuevos enfrentamientos, retaliaciones contra las personas que ellos consideran son cercanas a las AGC. Entonces lo que hay es incertidumbre, pues no hay garantía de protección; la Fuerza Pública llega, hace el operativo, se va y abandona el territorio», agregó Chaverra.


El paro armado: el efecto de un conflicto que no se va


Analiza el investigador que en lo que va del año uno de los factores que ha acentuado el conflicto ha sido la pandemia, pues los grupos armados han sido quienes han impuesto la reglas, situación que ha llevado a fortalecer su control. Además, en esta región degollamientos, desplazamientos forzados y los asesinatos sistemáticos se han convertido en acciones victimizantes constantes, que además han sido utilizados para enviar mensajes de miedo y amenaza a la comunidad.


Aunque podrían ser varias las conclusiones tras el asesinato de alias Caín la realidad es que las acciones contra los habitantes del Bajo Cauca fue la ruta a seguir por parte de ‘Los Caparros’, adicional, como lo afirma el investigador:


«Lo que se hará seguramente es un cambio de cabecilla. Ya habrá quién lo reemplace y llegarán a un acuerdo interno dentro de la organización y continuarán librando esa guerra. Con esto se puede decir que no se puede prever una escalada de violencia, sino una reacomodación de estos grupos (…) y en medio de eso seguramente queden comunidades enteras en alto riesgo de victimización, especialmente de zonas rurales de Tarazá y Cáceres». Así, concluye el investigador que es «necesario comprender que la confrontación que se libra en el el Bajo Cauca va más allá de un cabecilla, estamos hablando de condiciones que han permitido que persista la guerra».


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