LOS BIOCOMBUSTIBLES: LA GASOLINA VERDE DE LA TEJ
- Lizeth Serrato Contreras.
- 12 may
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Por: Lizeth Serrato Contreras

Vas en un viaje por carretera, eres apenas un infante y ves grandes campos con palmas y caña, ¿Quién pensaría que esa escena que en su momento era un paisaje, hoy es la promesa del futuro de la Transición Energética? Y es que cuando hablamos de TEJ no solo nos referimos a paneles y grandes molinos de viento para descarbonizar al país, sino que también mencionamos el preciado líquido grasoso que mueve grandes maquinarias: los combustibles, pero en este caso, siendo verdes y renovables: los biocombustibles. A propósito de la V Conferencia Internacional de Biocombustibles realizada esta semana en Santa Marta, Colombia, se vuelve necesario que es este componente y por qué se vuelve fundamental para los discursos verdes.
La Transición Energética se ha consolidado como una prioridad global para combatir el cambio climático y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. En este contexto, los biocombustibles emergen como una alternativa clave para avanzar hacia un modelo energético más sostenible en Colombia; extraídos de recursos renovables como la caña de azúcar, la palma de aceite y otros cultivos energéticos, los biocombustibles no solo contribuyen a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también fortalecen el desarrollo económico y social en regiones rurales del país.
Colombia, gracias a su riqueza agroindustrial, cuenta con un gran potencial para liderar la producción de biocombustibles en América Latina, la caña de azúcar, cultivada principalmente en el Valle del Cauca, es una de las materias primas más importantes para la producción de etanol. Este biocombustible se mezcla con gasolina para reducir su impacto ambiental, disminuyendo la emisión de material particulado y otros contaminantes que afectan la calidad del aire en las principales ciudades del país. Además, el biodiésel, obtenido a partir de la palma de aceite, ha demostrado ser una alternativa eficaz para reemplazar el diésel fósil, con menores emisiones de dióxido de carbono y una combustión más limpia.
El uso de biocombustibles en el transporte colombiano no solo tiene implicaciones ambientales, sino también económicas y sociales. La industria vinculada a su producción genera miles de empleos directos e indirectos, fortaleciendo cadenas productivas en regiones históricamente afectadas por el conflicto armado y la pobreza. Este desarrollo rural impulsa la economía local, permitiendo que comunidades campesinas participen activamente en un sector que promueve la sostenibilidad y la seguridad energética del país.
El uso de biocombustibles contribuye a reducir la dependencia de combustibles fósiles importados, lo que disminuye la vulnerabilidad del país frente a fluctuaciones en los precios internacionales del petróleo, lo que representa un avance hacia la soberanía energética, permitiendo que Colombia aproveche sus recursos naturales de manera sostenible y diversifique su matriz energética. Además, iniciativas como el aprovechamiento del biometano, un gas renovable que se obtiene a partir de residuos orgánicos, están abriendo nuevas oportunidades para fortalecer la Transición Energética en el sector industrial y de transporte pesado.
Finalmente, se puede entender que los biocombustibles representan una oportunidad estratégica para Colombia en su camino hacia una Transición Energética Justa y sostenible; su capacidad para reducir emisiones, generar empleo y fortalecer la seguridad energética los posiciona como un componente esencial en la construcción de un futuro más limpio y equitativo. Aprovechar el potencial agroindustrial del país, sumado a políticas públicas que promuevan su desarrollo, permitirá que Colombia avance de manera firme hacia una matriz energética más diversificada y sostenible.
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