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Llegó el final del desarme de las Farc



El final del desarme de las Farc tendrá lugar el próximo martes 27 de junio en el municipio de Mesetas, territorio donde según Pablo Catatumbo se han librado los combates más duros entre el Estado y esta guerrilla, luego del ataque a Casa Verde ordenado por el Gobierno de Cesar Gaviria.

Esta fecha debería ser la más importante para Colombia, tras la firma del Acuerdo de Paz en el teatro Colón, por ser el día en que se cumple lo que el país tanto ha deseado durante mucho tiempo: que miles de guerrilleros entregaran sus armas, poniéndole punto final a un enfrentamiento que dejó una ola de sangre y a lo largo y ancho del país.

La entrega de armas de las Farc no significa que la violencia en Colombia vaya a desaparecer del todo, pero si hay que resaltar que la desaparición del grupo, como organización insurgente, ayuda a reducir las cifras de muertes violentas, desapariciones, secuestros y demás hechos relacionados con el conflicto.

Lo anterior lo confirman las estadísticas divulgadas por la Revista Semana en su última edición donde dice que, “la tasa de homicidios es la más baja de las últimas cuatro décadas. En 2016 hubo 12.357 cuando en los años anteriores el promedio era de 16.000. El secuestro pasó de 3.400 casos a principios de este siglo, a 207 el año pasado. La extorsión va en caída libre desde que comenzó el cese al fuego y de hostilidades, pues el año anterior cayó un 22 por ciento y en lo que va corrido de 2017 ha disminuido un 42 por ciento. Las cifras relacionadas con el terrorismo van en picada. El país pasó de un promedio de 60 masacres hace dos décadas a 9 casos en 2016. Hace un lustro todavía se presentaron 894 actos de terrorismo, mientras el año pasado se registraron 212. Las tomas de pueblo, por ejemplo, desaparecieron. De los 500 soldados muertos por año en combate en promedio durante la última década, se pasó a 113 en 2016; y los heridos de 2.600 a 1.263. Las víctimas de minas pasaron de 859 hace una década a 84 en el año anterior.”

El paso que dan las Farc sella el inicio de la búsqueda de la paz que Colombia ha buscado durante décadas enteras. Ahora le corresponde al país y al Estado, demostrar su compromiso con una nación sin violencia, no solo cumpliendo lo pactado en el Acuerdo, sino además respetando la vida de quienes se vienen a una vida sin armas.

El camino que sigue no será fácil. Los discursos que van y vienen cargados de odios y mentiras, dejan ver que mientras las Farc han venido preparándose para vivir en una Colombia sin armas, el resto del país no está listo para asumir la idea de tener a un grupo de personas que vienen de la guerra, sin necesidad de enfrentarlas, como ha sido la constante.

Nuestro país se quedó enfrascado en medio de una discusión del Sí y el No, sin permitirle ver las circunstancias del momento que vive, lo que ha hecho que el desarme lo tome por sorpresa y sin estar preparado para cuando este llegara.

La consolidación de la paz con las Farc, está hoy en la cancha de los colombianos que no hicieron parte de la confrontación armada y del mismo Estado. El tiempo dirá que tan listo estábamos para cuando llegara este momento.

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