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Ley de financiamiento: máscara de una reforma tributaria

Por: Sergio Saavedra, Redacción Pares


Tal como lo había previsto José Roberto Acosta, economista, abogado e investigador de la Fundación Paz & Reconciliación, “las deudas de hoy son los impuestos del mañana”. En este sentido, el gobierno logró proponer una ‘ley de financiamiento’ que, en la práctica, no es más que una reforma tributaria para solventar el hueco fiscal aplicándole IVA a la canasta familiar.

El proyecto de Ley 240, radicado por el Ministerio de Hacienda, «por la cual se expiden normas de financiamiento para el restablecimiento del equilibrio del presupuesto nacional y se dictan otras disposiciones», será sometido a debate en los próximos días.

La propuesta, encabezada por el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, conlleva a una extensión de IVA a alimentos que en el pasado no pagaban impuestos o únicamente estaban gravados con el 5%. Esta avanzada del gobierno uribista tendrá serias implicaciones sobre todo a los estratos 1, 2 y 3.

El Gobierno propuso la unificación de las tarifas en una única general para el 80% de la canasta básica familiar, de 18% para 2019 y 17% desde 2021. Algunos de los productos que no están consagrados de gravar el IVA son: antibióticos, vitaminas, medicamentos, preservativos y tampones higiénicos. Además, se ha dicho que este gravamen será devuelto a los hogares más pobres por medio del Sisben.

Según El Tiempo, la devolución sería de $51.300 al mes. Sin embargo José Roberto Acosta afirma que, en realidad, sería de $49.734 mensuales o pagos bimensuales de $99.468. Esto, para el economista, tiene varias trampas. Primero, se estima que se le haría la entrega de este monto a 4’259,599 millones de hogares, pero el total de hogares en Colombia, según el análisis del Ministerio de Hacienda, es de 14’195,623. Esto significa que, este nuevo impuesto será pagado por 9,936,024 de hogares, afectando gravemente su economía.

Segundo, hay serios riesgos sobre los canales de equidad por medio del cual se sustenta el modelo de devolución, puesto que, un canal como el Sisben no actualiza su estratificación desde los años 90. Si bien la entidad sí fue actualizada hace 10 años y se espera que salga Sisben versión 4, sin embargo ese momento está previsto para el 2020. En palabras de Acosta, “es inaceptable que este gobierno se atreva a hablar de devoluciones sin tener listos los canales de equidad como el Sisbén. Es una irresponsabilidad”.

Además, el monto es independiente de que la familia gaste o no más de lo devuelto en IVA mensualmente. Es decir, “termina siendo una suerte de subsidio mal diseñado, improvisado, en el que no se está generando equidad”, asegura Acosta.

¿Cómo es el comportamiento del ingreso y gasto de la canasta familiar en Colombia?

En este momento, el 53% de los productos de la canasta básica familiar están gravados con un IVA del 19%. Ahora bien, tomado en cuenta la Encuesta Nacional de Presupuestos realizada por el DANE, de los $781.242 que reciben los colombianos como salario mínimo, el 58,8% se destina a servicios públicos, compra de alimentos, transporte, educación y salud, productos que en la actualidad están exentos del IVA. Este gasto corresponde a $459.370.

Para José Roberto Acosta, los hogares de ingresos bajos gastan el 38% para la alimentación en productos que no tenían IVA, por eso, en el momento en que lo apliquen el IVA del 18%, se va generar un detrimento del ingreso muy complicado. “Son los hogares bajos los que más se castigan con este impuesto”, afirma.

Según la encuesta del DANE, el top 10 de alimentos que más adquieren en los hogares colombianos, va de la siguiente manera; 78,1 % huevos crudos de gallina y otras aves; 74,1% arroz para el seco; 69, 9% pan, carne de res sin hueso 67,2 %; tomate 65,5%; carne de gallina o pollo 65,1%; aceite de girasol, maíz, soya y palma 64, 3%; papa común 62,9%; cebolla cabezona 51,2% y panela cruda 50%.

Esta sería la relación con el incremento del costo:

¿Qué papel juega el impuesto al patrimonio y la anulación progresiva de la renta presuntiva?

El panorama es que, hoy día, la tarifa es de 3,5% de la renta presuntiva y el objetivo es disminuirla a 3% en el primer año, 2,5% en el siguiente, 2% en el tercero y finalmente 0%.

Para José Roberto Acosta, esta ley de financiamiento tiene unas implicaciones muy complicadas, por ejemplo, aunque se vuelve a retomar el impuesto al patrimonio para quienes tengan un patrimonio bruto de más de 3 mil millones de pesos, se les perdona la renta presuntiva a los empresarios.

Por otro lado, continúa Acosta, esto permite a los empresarios puedan descontar del impuesto de renta el aporte de pensiones a sus trabajadores, es decir, el régimen de pensiones que se desfinancia por falta de impuesto y de aportes, ahora va a ver una afectación mayor por la extensión de renta. Esto, para el economista, es un debilitamiento indirecto a Colpensiones porque es el ingreso que usa la entidad para sobrevivir, y así, se va marchitando esta fuente de aporte de los empresarios.

¿Qué implica el impuesto de renta a las empresas?

Según Acosta, “la disminución de impuesto de renta a las empresas es loable, el problema es la contribución de impuesto que genera la empresa privada. Entre las 100 empresas más grandes en Colombia pagan el 80% de ese impuesto de renta”. La conclusión, para Acosta, es que esta disminución numéricamente solo beneficia a estas 100 empresas van a ahorrarse al año 8 billones de pesos. Ese ahorro, además, será un cargo al bolsillo de los más de 9 millones de hogares colombianos que tendrán que cubrir ese hueco con IVA a los alimentos.


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