Ahora con un análisis más reposado luego del resultado del plebiscito comienzan a surgir alternativas que permitan rescatar el proceso de paz con las FARC y, claro, cada vez es más posible la alternativa de que Colombia vuelva a la confrontación armada. En total existen 7 alternativas algunas más viables que las otras. Pero antes de entrar a analizarlas al menos dos cosas se deben decir. Por un lado, cualquiera sea la alternativa será arraigada, será cuestionada y requerirá de mucha audacia de la élite política del país. En segundo lugar, primero se debe encontrar una salida política para luego discutir la salida jurídica, no al revés.
La primera salida es una Asamblea Nacional Constituyente –ANC-. Es viable jurídicamente, pero existen dos cuestionamientos. El primero es el alcance de la misma, por ejemplo al uribismo le gustaría incluir la reelección indefinida para que el senador sea presidente por tercera vez, a Vivian Morales le interesa restringir los logros que ha tenido la comunidad LGBTI y las mujeres. A las FARC incluir el tema de reforma al modelo económico. Es decir, es abrir la puerta a lo desconocido. Por otro lado, los tiempos no dan, al menos 9 meses en que esta ANC entre a funcionar lo cual la haría coincidir con elecciones a Congreso y muy cerca de las presidenciales, es decir, los tiempos no dan.
Una segunda alternativa es la renegociación en sentido estricto; el modelo de los del No. Aquí también hay un asunto a tener en cuenta. Realmente ni a Ordóñez ni a Uribe les interesa renegociar su objetivo es dilatar y que todo se resuelva en las presidenciales del 2018. Tanto el senador como el exprocurador saben que lo que ellos prometieron de la renegociación es imposible e improbable. Por ello dilatan, manifiestan que no viajarán a La Habana y hablan de cambios profundos sin dar mayores detalles.
La tercera alternativa es una renegociación pequeña, e intentar llevar esto a un Pacto Nacional, es decir, ajustando algunas cosas, incluyendo algunos del No como al expresidente Pastrana o algunas iglesias Cristianas. El tema con esto es que en esta alternativa no incluye ni a Uribe ni a Ordóñez, por tanto quedaría cojo el Pacto Nacional.
La cuarta alternativa es que el Congreso de la República rescate los acuerdos de paz. Jurídicamente es viable, pero políticamente no. Que el congreso rescate los acuerdos significa desconocer el No, y a un año de hacerse reelegir será bastante improbable que esto ocurra. Una quinta alternativa, que se ha comenzado a mover entre líderes estudiantiles es recoger firmas para un nuevo plebiscito con el mismo acuerdo de paz. Políticamente y jurídicamente esta opción es bastante cuestionable, pero es una alternativa más.
La sexta alternativa es que el presidente tramite con los del No unos ajustes a los acuerdos de paz y que luego los equipos del gobierno y de las FARC lleguen a unos mínimos acuerdos sobre dichos ajustes. Con dicho Nuevo Acuerdo y con un buen respaldo popular en las calles el presidente podría sacar el acuerdo adelante en el Congreso de la República. Esta sería la opción más viable.
La última opción, la menos probable hoy, pero en tres meses sería bastante posible es que los acuerdos se rompan y al menos entre marzo de 2017 y hasta las elecciones de 2018 volveríamos a la guerra. Al igual que la paz la guerra también necesita un espacio y hoy está cerrado, las FARC quieren salir de la guerra así la sociedad quiera que sigamos matándonos. El presidente Santos esta jugado con la paz y la comunidad internacional entiende que el acuerdo de La Habana cumple los estándares internacionales en materia de justicia. Así que tenemos un margen de 2 o 3 meses para rescatar el proceso. Pero cualquiera sea la solución deberá ser audaz y no dejará a todo el mundo contento.
* arielfavila@gmail.com
Columna de opinión publicada en Revista Semana
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