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La ruptura diplomática con Venezuela y su impacto electoral en 2022

Laura Alejandra Fajardo. Asistente de investigación Línea de Democracia y Gobernabilidad


En la última década, las relaciones de Colombia y Venezuela, a nivel diplomático, han estado marcadas por rupturas que han ido en detrimento de las condiciones de vida para los colombianos y venezolanos que viven en frontera o que dependen económica y familiarmente de las relaciones de ambos países. Sin embargo, en la coyuntura electoral colombiana se ha planteado un riesgo particular: los colombianos que aún residen en Venezuela y que no podrán votar en las elecciones del 13 de marzo al Congreso, así como tampoco para primera y segunda vuelta presidencial.


Aunque en 2018 el ambiente político permitió que los ciudadanos ejercieran su derecho, el panorama se divisa incierto para las elecciones del 2022. Si bien los cruces oficiales fronterizos se encuentren parcialmente abiertos, tras casi siete años de cierre, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Bogotá y Caracas sigue congelado.


El trasegar de una difícil relación


El inicio del siglo XXI marcó un periodo de transición política para Colombia y Venezuela que concluyó en la ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países. Por un lado, la llegada a la presidencia de Hugo Chávez y, por otro, la implementación del Plan Colombia, cuyo propósito principal era la lucha contra las drogas, pero que en la práctica significó la fuerte presencia militar de Estados Unidos en territorio colombiano, Esto marcó el comienzo de una serie de decisiones y posturas que alejaron a los dos Estados.


En efecto, la relación diplomática de los últimos años entre los dos países puede resumirse en cuatro etapas: primero, Álvaro Uribe Vélez y Hugo Chávez; segundo, Juan Manuel Santos y Hugo Chávez; tercero, Santos y Nicolás Maduro; y cuarto, Nicolás Maduro e Iván Duque.

Primera etapa: las presidencias de Álvaro Uribe y Hugo Chávez (2002-2010)

La llegada de Álvaro Uribe Vélez a la presidencia colombiana en 2002 escaló las tensiones con su homólogo, Hugo Chávez, pues mientras él pregonaba el ‘socialismo del siglo XXI’, Uribe declaraba una guerra abierta contra el terrorismo a través de su política de seguridad, la ‘Seguridad Democrática’.


En el marco de estas diferencias políticas y discursivas, la disputa diplomática entre los dos mandatarios estuvo ligada a las acusaciones dirigidas al gobierno venezolano por parte del gobierno colombiano al denominarlos ‘cómplices del terrorismo’, al presuntamente resguardar en sus territorios a miembros de guerrillas de las FARC-EP y el ELN.


Este periodo estuvo marcado por momentos relevantes como la captura de Rodrigo Granda (miembro del secretariado de las FARC-EP) en Cúcuta, el bombardeo al campamento de Raúl Reyes en Ecuador y la reacción venezolana de militarizar la frontera, que desencadenó un vaivén del cuerpo diplomático venezolano y colombiano entre Caracas y Bogotá. El primer periodo se cierra con el anuncio colombiano de la instalación de bases militares estadounidenses en territorio colombiano, lo que termina por congelar las relaciones diplomáticas con el vecino país.


Segunda etapa: las presidencias de Juan Manuel Santos y Hugo Chávez (2010-2013)

El segundo periodo de relaciones lo inaugura Juan Manuel Santos, proclamado nuevo presidente de Colombia en 2010. Su interés por el restablecimiento de las conexiones entre los dos países permitió que, desde el 2010, se establecierandiálogos y acuerdos que avanzaron en pro del fortalecimiento de las relaciones y la búsqueda de salidas mancomunadas a la crisis política y económica de la zona fronteriza. Sin embargo, este periodo conciliatorio finalizó con la muerte de Hugo Chávez en marzo del 2013 y la llegada a la presidencia de Nicolás Maduro.


Tercera etapa: las presidencias de Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro (2013-2018)

A diferencia del periodo anterior, la relación entre Maduro y Santos no estuvo marcada por un ambiente conciliatorio. En 2013, el presidente colombiano recibió en Bogotá a Henrique Capriles, líder de la oposición venezolana, situación que desde el Palacio de Miraflores se tomó a mal y condujo a que Maduro reevaluara las relaciones con el gobierno colombiano.


Las relaciones sufrieron un importante revés y, en agosto de 2015, el gobierno venezolano puso en marcha la ‘Operación de Liberación del Pueblo OLP’: una política de seguridad cuyo objetivo era la lucha contra la inseguridad y la ilegalidad. Sin embargo, y en el desarrollo de esta política, el gobierno venezolano cerró unilateralmente los pasos fronterizos oficiales, declaró el estado de excepción en estados fronterizos como Táchira y deportó a un estimado de 2.000 personas, situación que generó el retorno masivo de más de 22.000 personas.


Como respuesta, el gobierno colombiano declaró el estado de emergencia social y económica en la región y el cierre oficial de los cruces fronterizos. Estos choques diplomáticos coinciden con el estallido social en Venezuela, fenómenos que desencadenaron el incremento de la migración de ciudadanos venezolanos hacia países de la región como Ecuador, Chile y Colombia. El canal diplomático se cerró definitivamente en 2017 con la orden a Ricardo Lozano Forero, embajador de Colombia en Venezuela, de retirarse de Caracas. Desde ese momento el cargo no volvió a ser ocupado.


Cuarta etapa: las presidencias de Iván Duque y Nicolás Maduro (2018-actualidad)

La llegada de Iván Duque a la presidencia colombiana en 2018 anquilosó el cierre diplomático con Venezuela y reavivó las acusaciones al gobierno venezolano de ser auspiciadores de Grupos Armados Ilegales. A este retorno de la hostilidad, se sumó el reconocimiento del gobierno colombiano a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, hecho que se interpretó como un desconocimiento al rol de Maduro como presidente.



Consecuencias democráticas y electorales del detrimento de las relaciones

La participación de las y los ciudadanos colombianos en Venezuela

La fuerte presencia de colombianos durante finales del siglo XX e inicios del XXI en Venezuela se vio reflejada en los 15 consulados instalados a lo largo y ancho del territorio vecino. Actualmente, según el directorio de la Cancillería colombiana solo 4 de los 15 están abiertos y operan bajo ciertas condiciones: Barinas, Barquisimeto, El Amparo y San Cristóbal. Mientras tanto, los otros 11 consulados están cerrados por completo: Caracas, Machiques, Maracaibo, Mérida, Puerto Ayacucho, Puerto la Cruz, Puerto Ordaz, San Antonio del Táchira, San Carlos del Zulia, San Fernando de Atabapo y Valencia.


Según datos recogidos por el Proyecto Migración Venezuela, es posible trazar que de 1990 a 2011, la presencia de colombianos en Venezuela presentó un crecimiento sostenido, hasta el escalamiento de las diferencias y el cierre fronterizo en 2015.


Tabla 1. Datos sobre presencia de colombianos en Venezuela.

Elaborado por: Fundación Paz & Reconciliación. Fuente: Datos de Proyecto Migración Venezuela

Elaborado por: Fundación Paz & Reconciliación. Fuente: Datos de Proyecto Migración Venezuela

Estas variaciones de la población colombiana en Venezuela han representado cambios en las cifras de censo electoral y votaciones. Para el caso de las elecciones legislativas y presidenciales colombianas de 2010 (a pesar de estar cerradas las relaciones tras el anuncio de la instalación de las bases militares estadounidense), los ciudadanos colombianos residentes en Venezuela pudieron acudir a las urnas y ejercer su derecho al voto. Según las cifras recogidas por prensa, para el 2010 se registraban cerca de 115.000 ciudadanos colombianos habilitados para votar en Venezuela y en el Consulado de Colombia en Caracas, podían sufragar 30.000 ciudadanos colombianos. Para dichas elecciones, Gustavo Guzmán Manrique, ministro plenipotenciario de la Embajada de Colombia en Venezuela, estimó que entre el 20% y 30% de los colombianos registrados habían acudido a las urnas.[2]


Las elecciones de 2018: Los votos colombianos de la frontera cerrada

Según datos de la Registraduría Nacional, para las elecciones legislativas de 2018 se registraron 56.519 votos (28.227 a Senado y 28.292 a Cámara de Representantes) de colombianos residentes en Venezuela. Para Senado, es posible reconocer que los tres partidos más votados son del sector político de la derecha: Partido Conservador (7.140 votos), Partido de la U (5.825 votos) y el Partido Centro Democrático (3.694 votos). Mientras tanto, del sector alternativo, el partido que más votos logró fue el Partido Verde, con 1.448, cifra que está muy por debajo de los números alcanzados por los partidos de derecha.


Gráfico 1. Resultados elecciones para Senado 2018. Consulados de Colombia en Venezuela

Elaborado por: Fundación Paz & Reconciliación. Fuente: Datos de Registraduría Nacional del Estado Civil.

La distribución de votos en Cámara de Representantes repite los rasgos del Senado, donde los tres partidos más votados fueron: Partido de la U (11.786 votos), Partido Centro Democrático (3.614 votos) y el Partido Mira (2.889). Sin embargo, la diferencia entre el Partido de la U como el más votado y el segundo partido que le sigue, el Centro Democrático, es de 8.172 votos. Una cantidad considerable. Frente a la situación de los partidos alternativos, vuelve a destacar la Alianza Verde, con 1.465 votos, seguido por el Polo Democrático Alternativo, que en esta ocasión alcanzó los 1.090 votos.

Gráfico 2. Resultados elecciones para Cámara de Representantes 2018. Consulados de Colombia en Venezuela

Elaborado por: Fundación Paz & Reconciliación. Fuente: Datos de Registraduría Nacional del Estado Civil.

De los datos encontrados, llama la atención el caudal electoral de ciertos candidatos considerando un alto número de votos con respecto al total de los votos en el exterior que lograron conseguir. Los seis candidatos a Senado son:


Tabla 2. Candidatos a Senado en 2018 con más votos recibidos en consulados de Colombia en Venezuela

Elaborado por: Fundación Paz & Reconciliación. Fuente: Datos de Registraduría Nacional del Estado Civil.

Es importante reconocer cómo relucen los nombres de algunos candidatos cuya forma de hacer política y campaña electoral está marcada por cooptación de votos y el uso de maquinarias políticas. Una de ellas es Nadya Georgette Blel, quien, según investigaciones de la Fundación Paz & Reconciliación, es miembro del Clan Blel en el departamento de Bolívar. La situación se repite para Nora García Burgos, baronesa política y líder del Clan García Pineda, en el departamento de Córdoba.

De cara al 2022. Las dificultades para ejercer el derecho al voto

Luego de la ola migratoria y el retorno masivo de colombianos en 2015, no es clara la cifra de cuántas personas permanecieron en territorio venezolano, su ubicación geográfica o sus condiciones de vida. Sin embargo, hay dos asuntos en particular que resultan problemáticos para las próximas elecciones de marzo: por un lado, la falta de información sobre cuántos colombianos hay y sus condiciones y la falta de garantías electorales y de transparencia.


Según Juan Carlos Tanus, director nacional de la Asociación de Colombianos y Colombianas en Venezuela, el cierre de los consulados y la ausencia de instituciones colombianas en el vecino país ha traído consigo la imposibilidad de sortear trámites elementales, como la renovación del documento de identidad.


Esta condición de indocumentación no sólo representa un riesgo para la seguridad de los ciudadanos colombianos considerando las deportaciones masivas del gobierno venezolano, sino que también implica que difícilmente los connacionales puedan votar en estas elecciones, pues al no tener un documento válido que garantice su nacionalidad es complicada su identificación acorde a las normas mínimas el orden democrático.


Por otra parte, el cierre de los consulados colombianos también impide que haya un lugar asignado para llevar a cabo las etapas del proceso electoral: la instalación de las mesas, la asignación de jurados, el ejercicio del voto, etc. Ante esta particular condición, la Registraduría Nacional anunció que, dada la dificultad de abrir los consulados para las próximas elecciones, se habilitarán cinco puestos de votación en los municipios fronterizos: Maicao, La Guajira, Villa del Rosario y Cúcuta en Norte de Santander, Arauca en Arauca y Puerto Inírida en Guainía.


Sin embargo, la intención de garantizar el voto de los colombianos en Venezuela a través de esta medida resulta por completo insuficiente, considerando que, por un lado, las condiciones de movilidad al interior de Venezuela resultan casi imposibles, debido a los altos costos de la gasolina, las restricciones a la movilidad impuestas por la pandemia del COVID-19 y la falta de recursos para acceder al transporte público.


Mientras tanto, el registrador nacional, Alexander Vega, manifestaba que “los colombianos en el exterior votan desde una semana antes del día de las elecciones”, panorama que resulta poco alentador para la salud de la democracia y la transparencia electoral, considerando las denuncias hechas por la Fundación Paz & Reconciliación sobre las irregularidades en la preparación de los comicios electorales por parte de esta institución.

El posible comportamiento del voto de los colombianos en Venezuela

Tal y como lo reflejan los datos de las pasadas elecciones de 2018, la mayoría de los votos hechos por colombianos en Venezuela fueron para partidos tradicionales y de derecha como el Partido Centro Democrático, el Partido Conservador y el Partido de la Unidad Nacional, partidos, además, históricamente vinculados con el uso de maquinarías electorales, y todo tipo de delitos para la consecución de los votos y la permanencia de sus clanes en los espacios políticos relevantes.


Si bien es cierto que se espera una votación menor de ciudadanos colombianos en Venezuela, esta reducción no necesariamente reflejará la ausencia de votos para estos clanes políticos. Al contrario, la falta de transparencia en el proceso electoral puede conducir a que fácilmente quienes buscan sostener el caudal electoral ganado en 2018, aprovechen la falta de garantías para conservar parte de esos votos.


Esta complicada situación revela la urgencia en el restablecimiento de las relaciones y la búsqueda de consensos para permitir que se haga presencia institucional colombiana en el vecino país en aras de solucionar aspectos básicos como un censo poblacional, cedulación y la posibilidad de ejercer el derecho al voto.


 

[1] Este último registro es de los Datos del gobierno colombiano. Disponibles en Colombianos registrados en el exterior | Datos Abiertos Colombia [2] La falta de disponibilidad de los datos en la plataforma de la Registraduría colombiana para tal fin dificulta saber con certeza cuántos colombianos votaron en el 2010.


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