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La responsabilidad de Ordóñez y Uribe



El Centro Democrático y Ordóñez promovieron el No y lo ganaron en las urnas, por pocos votos, pero ganaron y así es la democracia; se gana con un voto y punto. De tal forma que tanto Gobierno Nacional como las FARC y los del Sí deben aceptarlo. La forma de cómo ganó el No es otra discusión y es a lo que me dedicare en este escrito.

Los del No se basaron en tres premisas para ganar. Primero en una renegociación del tema de cárcel para las FARC, la No participación política para la guerrilla y el No al Fondo de Tierras. De hecho, este último tema no es público, pero los financiadores del No como sectores de FEDEGAN lo pidieron. Incluso, hay quienes dicen que el tema de tierras es el verdadero inamovible para el Uribismo.

Segundo, la otra carta de batalla del No fue el tema de lo que ellos denominaron “ideología de género”. Esta frase aglutina la inconformidad contra una cartilla del Ministerio de Educación sobre el tema de educación sexual, cartilla que nada tiene que ver con el proceso de La Habana; un reaccionismo religioso frente al avance de los derechos de la mujer y minorías sexuales asuntos que tampoco se relacionan con el proceso de paz pero que las comunidades religiosas ven como libertinaje cuando es una avance social que ha costado mucha sangre; y también aglutina, la intención de combatir la iniciativa de los acuerdos de paz de dar una garantía a la mujer víctima en el proceso de reestablecimiento de derechos. No debe olvidarse, que la mayoría de las víctimas son mujeres cabeza de hogar y muchas de ellas cargan con varios hechos victimizantes. Así las cosas la “ideología de género” no fue más que un sofisma que utilizaron los del No para cautivar desprevenidos.

Lo tercero en lo que se basaron los del No fue la plata para la reincorporación de las FARC. Mediante redes sociales y cadenas de mensajes diseminaron la idea de que la reforma tributaria se iba a realizar para financiar la reincorporación de las FARC. Además, argumentaban que a las FARC se les iba a pagar casi un salario mínimo mientras que para los desempleados no había ningún tipo de ayuda o para los trabajadores informales. Nuevamente como en los casos anteriores, el modelo de reincorporación para las FARC es algo normal, no hay otra forma de reincorporación y algo similar fue lo que utilizó Uribe para la desmovilización paramilitar y nadie dijo nada. Pero se engañó a la población con ese discurso. La reforma tributaria nada tiene que ver con la reincorporación de las FARC. Como se puede ver, dos de las tres premisas del Uribismo se sustentaron desde una discusión que nada tenía que ver con el proceso de negociación; nos engañaron.

Sobre el tema de la renegociación al menos hay dos claridades. Para el Centro Democrático y para el procurador Ordóñez es claro que las FARC pueden ceder en algunos temas pero definitivamente si van a participar en política y el tema de cárcel no está contemplado en los procesos de justicia transicional. Además la justicia transicional no es selectiva, es decir, aplica para todos los actores del conflicto. Esto es, la idea de que las FARC paguen cárcel y los militares, políticos y empresarios que participaron en la guerra no lo hagan es insostenible a nivel internacional, no es viable hacerlo, además esto arrastraría un manto muy amplio de impunidad. Así las cosas, ellos saben que la renegociación es inviable o mejor imposible. Lo que sucede es que no se lo pueden decir a sus 6 millones de votantes.

Por ello la estrategia de ellos va en doble sentido. Por un lado dilatar la construcción de una hoja de ruta mediante la creación de comisiones que no van a resolver nada y, por otro lado, pasándole la responsabilidad al gobierno. Por ello hace algunas horas el senador Uribe, dijo que ellos habían ya manifestado los reparos al proceso de paz y que el gobierno los conocía. Además dijeron que ellos “reconocen” el liderazgo del presidente y qué es el presidente quien debe liderar la renegociación. Es decir, que ellos no aceptan cupos en el equipo negociador, ni aceptan una negociación con tres patas. Los del No reúsan a reunirse con las FARC, porque saben que eso no llevaría a nada.

Si ellos aceptaran dicho escenario, la conclusión es que para julio o agosto de 2017 se devolverían con pocas cosas y solo algunos cambios, y eso sería reconocer a sus 6 millones de votantes que la promesa que hicieron era falsa y que mintieron. Eso a su vez se daría faltando apenas algunos meses para la elección del congreso de 2018 y las presidenciales del mismo año. De hecho, para el Centro Democrático lo importante no es la paz, sino recuperara la presidencia del 2018.

En últimas ellos prometieron una renegociación sabiendo que era imposible y ahora lo que les queda es dilatar y ganar tiempo, manteniendo el caos político hasta el 2018, año en el que ellos aspirar a ganar las elecciones de nuevo.

Por tanto, al señor Uribe y Ordóñez se les debe exigir responsabilidad política, ellos dijeron que iban a renegociar, pues que lo hagan, que muestran la hoja de ruta y que le cumplan al país. Así como ellos exigían fechas, que se pongan un plazo. De no ser así que le respondan al país. Se sabía que el No era un salto al vacío y así fue y cada muerto que se dé en la guerra será responsabilidad de ellos.

Columna de opinión publicada en Semana.com


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