Por: Redacción Pares
Como lo indica el Instituto Colombiano de Medicina Legal en su último informe Forensis, las cifras de homicidios del año 2018 en Colombia, parecen evidenciar una reactivación de la violencia colombiana, pasando de 11.737 casos en el 2017 a 12.130 en el 2018. Al parecer, estamos en presencia de una nueva guerra contra líderes sociales y reclamantes de tierras, campesinos, mujeres y hombres en los territorios.
El año 2018 marcó el fin de ocho años en los que el número de homicidios descendió constantemente. En dicho año se registraron 757 asesinatos más que en el 2017; éste año, el primero de la implementación de los Acuerdos Paz con las FARC, presentó la tasa más baja de la década 2009-2018 23,07. La tasa más alta se dio en el año 2009 con 39,39 asesinatos por cien mil habitantes. La disminución más significativa del decenio se dio entre los años 2013 y 2014 con una reducción de 1.668 homicidios.
Se registraron 337 casos de campesinos asesinados, 200 de personas pertenecientes a grupos étnicos, 70 de líderes sociales, 99 de personas en condición de desplazamiento y 56 de reinsertados o desmovilizados. Lo que arroja pistas de esa reactivación del conflicto.
Sobre el presunto agresor se encontró que el agresor desconocido fue el que más casos registró, seguido para las mujeres por la pareja o la ex pareja. La mayoría de los casos de los hombres se inscribieron dentro de la violencia interpersonal, mientras que para las mujeres dentro de la intrafamiliar. El arma de fuego fue el mecanismo causal que más muertes causó.
La violencia por regiones
Los departamentos con las tasas de homicidios más altas fueron Arauca con 59,10, Valle del Cauca con 47,81 y Putumayo con 46,53. En cuanto a las tasas departamentales más altas de homicidios en hombres se presentaron en Arauca con una tasa de 102,34, Valle del Cauca con 91,50 y Putumayo con 81,15.
Aquellos que presentaron las tasas de homicidios en mujeres más altas fueron en primer lugar Putumayo con una tasa de 11,25, en segundo lugar Caquetá con una tasa de 10,48 y en tercer lugar Cauca con 8,01.
La presencia de estos tres departamentos en la lista de los más letales para las mujeres da pistas sobre la forma que están tomando los asesinatos en mujeres en el país. El conflicto armado se ha recrudecido en esta región, disidencias de las FARC, grupos paramilitares y otros grupos criminales con fines de narcotráfico entraron a disputarse los territorios.
Asimismo han surgido otras presiones sobre el territorio con la voluntad de desarrollar proyectos agroindustriales en esta región. La vía pública fue el principal escenario del hecho para los hombres y la vivienda para las mujeres. El 70,23 % de los homicidios suceden en la cabecera municipal, el 24,49 % en la parte rural y el 5,28 % en centro poblado. Estos porcentajes no presentan mayores variaciones entre mujeres y hombres
A nivel municipal encontramos que las tasas más altas de homicidios a nivel general se encontraron en Ituango con una tasa por cien mil habitantes de 306,24, Tibú con 247,99 y Tarazá con 233,04.
Los municipios con las tasas más altas de asesinatos en mujeres son Cravo Norte, municipio de Arauca, la tasa fue de 122,85, en Nariño, Cundinamarca, 85,98 y en Hispania, Antioquia, 84,07. Aquellos con tasas más altas de homicidios en hombres son Ituango, Antioquia, 544,11, Tibú, Norte de Santander 431,68 y Tarazá, Antioquia, 427,33.
Las mujeres objetivo militar
Si se analizan los datos por número de casos los resultados son diferentes: a nivel departamental tenemos que los tres departamentos con mayor frecuencia de violencia homicida fueron Antioquia con 2.275 casos, Valle del Cauca con 2.274 y Bogotá D.C. 1.089.
Los departamentos y municipios con tasas más altas de homicidios nos hablan de esos territorios donde el conflicto armado fue más insidioso durante el año 2018. Esto también nos indican cómo las mujeres, su cuerpo y lo que sus vidas significan para la comunidad se han convertido en objetivo militar.
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