Por: Carlos Castelblanco Pinedo – Redacción Pares
«No se pueden resolver los problemas del campo sino hasta que se haga la reforma rural integral, así de sencillo. Una reforma que tiene que ver no sólo con el pedazo de tierra, sino con los créditos, la salud, las vías terciarias y lo más importante: que el Estado le compre los productos a los campesinos y haya políticas que permitan la reincorporación de los exguerrilleros de las FARC. El problema es que tanto campesinos como colectivo FARC estamos apostando a sacar el proyecto adelante, estamos cumpliendo, pero hay un gobierno y un Estado que no se ha reincorporado a la Colombia profunda.»
Pares habló con Rafael Malagón, gerente de Ecomún, cooperativa de la Farc en el marco del Acuerdo de Paz de La Habana para el proceso de reincorporación integral de sus excombatientes.
«Yo soy un exguerrillero de las Farc, soy un exmilitante comunista de cuna, hijo de guerrilleros de la época del cincuenta, de la guerra liberal – conservadora. Soy hijo de gente humilde que resultó metida en la guerra, gente campesina que tenía su tierrita y la perdió y todo el tiempo estuvieron andando desplazados de un lado para el otro. Logré terminar mi bachillerato y me especialicé en ventas, y además soy un líder social.»
«Yo soy un luchador social que está apostando a ver cómo beneficiamos a nuestro colectivo y a las comunidades. Ningún proyecto de Ecomún está aislado del impacto directo a las comunidades en los territorios, todo está asociado con ellas.» Foto: Pares
Pares: ¿Qué es y cómo surge Ecomún?
Rafael Malagón: Es la cooperativa nacional establecida por la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, Farc, en el marco del Acuerdo de Paz de La Habana para el proceso de reincorporación integral de sus excombatientes, es decir, es la persona jurídica autorizada por la Corte Constitucional desde septiembre de 2017 para recibir, administrar y gestionar los recursos de la reincorporación individual y colectiva.
Surge del Acuerdo de Paz como una herramienta con una misión específica: la reincorporación económico y social integral del colectivo, lo que hemos denominado las familias FARC y las comunidades más afectadas por el conflicto en los territorios. Nuestra misión es lograr que todo nuestro colectivo entre en un proceso de asociatividad que contempla la normatividad vigente, lo que tiene que ver con la economía solidaria y alternativa.
Al ser una organización especial de economía solidaria, trabajamos en la construcción de la paz a través de la promoción de prácticas económicas social, económica y ambientalmente sostenibles que generen condiciones de vida digna para la comunidad fariana y las comunidades en los territorios.
Pares: ¿Qué está haciendo Ecomún en la parte asociativa y en el apoyo a proyectos económicos para los exguerrilleros de las Farc?
R.M: Estamos creando cooperativas y fundaciones porque Ecomún es la sombrilla, y lo que buscamos a futuro es que conformemos el primer nivel en los territorios de lo que es todo el sistema asociativo de la economía solidaria. Luego vamos por el segundo nivel que serían las federaciones territoriales y el tercer nivel que es a lo que aspiramos que Ecomún se convierta, una confederación de asociativadad de economía solidaria alternativa.
También creamos todas las herramientas jurídicas para la implementación de los proyectos productivos que contiene el acuerdo, y esos proyectos productivos tienen contemplado un recurso que son ocho millones de pesos por cada compañero nuestro.
En estadísticas, en la parte de proyectos productivos que pasan por el Consejo Nacional de Reincorporación y que tienen aprobación con perfiles técnicos, hay aprobados 29, y de esos, 19 cuentan con los desembolsos; sin embargo hay un problema muy complicado, y es la amenaza número uno del proceso productivo en el proceso de reincorporación económico y social del colectivo FARC y de las comunidades, y es el problema de la tierra.
Así como están concebidos los proyectos productivos para la paz, no puede haber reincorporación sin la implementación del acuerdo. Hay que dejar claro, y en ese contexto aquí lo que nos toca es hablar de la implementación de lo que está acordado, porque la reincorporación no es una cuestión así de pequeñita y vale hacer una precisión: yo me alcé en armas porque la situación que había, y las causas de la lucha armada se están agravando más. Necesitamos que el gobierno y el Estado resuelvan esas causas. Nosotros le estamos apostando con todo a la paz, y trás de mí hay 10.500 exguerrilleros y exguerrilleras que se mantienen en el proceso.
Pares: En el mes de julio, exguerrilleros vinieron desde distintos lugares de Colombia en representación de las 135 formas asociativas de sus regiones, llegaron a Bogotá para participar por primera vez en Agroexpo 2019 ¿cómo fue esa experiencia?
R.M: Ecomún agrupa actualmente a 4960 asociados en 135 formas asociativas que producen una gran variedad de productos y servicios a lo largo y ancho del territorio nacional. Sacha inchi, carne de búfalo, procesados de fruta, confecciones, miel, servicios de turismo y café, Logramos traer más de 30 compañeros en representación de la asociatividad y los procesos productivos en los territorios de iniciativa propia, colectivos que le están sembrando, cultivando produciendo. Trajimos más de 15 productos y ninguno es de un proyecto productivo aprobado por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), porque esos proyectos todavía no están produciendo. Los productos que trajimos los hemos denominado procesos productivos de iniciativa y esfuerzo propio donde en este momento tenemos más de 250 emprendimientos propios.
Nuestra gente vino, y esas manos que hace dos años y medio estaban empuñando un fusil, ahora trajeron carne de búfalo procesada, panela orgánica, bolsos, chalecos, botas, estamos mostrando por ejemplo el turismo. Nosotros tenemos cuatro ejes en nuestro proceso productivo económico que son: las granjas agroecológicas integrales, tenemos la piscicultura, el turismo y el sector de servicios; esos son los cuatro ejes del proceso de reincorporación económica y social. Y están ahí, hemos vivido esa experiencia y estamos viviendo lo que hacen los campesinos a diario en Colombia.
Los campesinos producen, pero ellos no saben cuánto vale su producto, nunca le ponen el precio al producto, producen y luego tienen que ir a rogarle a los intermediarios hágame el favor y me roba y llévese estos productos porque el campesino no sabe cuánto vale su producto y la importancia que tiene. Entonces nosotros ya vivimos la experiencia de producir sin haber vendido y hemos perdido. Nuestra gente ha perdido toneladas de peces, ha perdido toneladas de pulpa de maracuyá, de pepinos, de pimentones, tomates.
«A los territorios no llega el Estado a reincorporarse en la cuestión económica y social, a resolver las necesidades de la gente, no llegan las vías terciarias, no llegan los servicios públicos, no llegan las garantías, pero sí llegan las amenazas que ya se conocen.» Foto: Pares
Pares: ¿Cuáles son las amenazas que enfrentan las comunidades de exguerrilleros y sus proyectos productivos?
R.M: Primero son las amenazas de tipo jurídico, porque la tendencia es a destruir el sistema integral de justicia, verdad, reparación y no repetición. Segundo, tenemos unas amenazas políticas, porque no se hicieron las reformas políticas que requiere el acuerdo para la participación plena que requiere un proceso democrático.
Tenemos las amenazas económicas porque este gobierno, entre otras cosas, en lugar de invertir en el proceso de paz para cumplir los acuerdos del Estado que firmó con nosotros, ahora está justificando invertirle a la guerra, esa es una cuestión muy desafortunada.
Y tenemos la otra amenaza que es muy grave que es la amenaza física. No solo están asesinando líderes y lideresas sociales, sino también exguerrilleros de las Farc, eso es una cuestión muy complicada. A pesar de eso nuestra gente está diciendo este ya no es un problema de Farc y Estado, es un problema de sociedad y Estado.
Nosotros estamos esperando que la sociedad se movilice a favor de la paz. A nosotros pueden volvernos trizas, como dice esta gente enemiga de la paz, pero la sociedad qué, qué va a pasar a futuro, y nosotros le estamos apostando al futuro. Entonces el futuro que estamos viendo es que la sociedad tiene que estar pensando en una cuestión superior, por encima de intereses particulares, por encima de intereses políticos. La paz no es solo para las Farc, es para todo un país.
Estamos sufriendo unas cargas muy pesadas en este momento. Por ejemplo con la Dian; todas estas pequeñas cooperativas, asociaciones y fundaciones bajo la sombrilla de Ecomún que estaban en el régimen tributario especial, de un momento para otro, porque la página o el sistema de la Dian se colapsó, automáticamente nos pasaron del régimen especial tributario al régimen común, o sea que todas nuestras cooperativas están pagando impuestos como cualquier empresa privada. Eso es una amenaza muy terrible.
Lo que necesitamos es que el gobierno cumpla eso es todo lo que necesitamos que no ponga en riesgo esto porque es el momento el acuerdo de La Habana no es para exguerrilleros de las FARC, es la herramienta para que nuestra nación piense en un futuro digno. A pesar de todas esas dificultades en los territorios, estamos resistiendo.
El Acuerdo de Paz no es para los exguerrilleros de las Farc, es para la sociedad colombiana; es una de las herramientas más importantes que le hayan entregado a la sociedad para empezar a colocar las primeras bases de un proceso de reconciliación. Lo demás es carreta.
Pares: Ha habido quejas por parte de exguerrilleros con respecto a la falta de ayuda, por parte del sector financiero, con la implementación del Acuerdo de Paz en este punto de créditos y facilidades de recursos para los proyectos productivos ¿Cómo es la relación con el sector bancario?
R.M: Todo este contexto general nos permite hablar un poco más en particular. En la parte de la asociatividad estamos empeñados en el fortalecimiento de nuestras más de 135 formas asociativas y no ha sido fácil porque es todo un sistema, un régimen normativo muy pesado, pero a eso se suma entonces la cuestión de los bancos.
Acá el único banco oficial es el Banco Agrario y ese es el que aparece ahí en el Acuerdo como el que debería prestarnos los servicios bancarios, financieros y los servicios de transferencias de los recursos que vienen por parte de la cooperación internacional al proceso de reincorporación, en este caso el Fondo Europeo para la Paz y otras entidades que nos están aportando recursos. A Ecomún solo le han llegado dos proyectos, uno que vienen por tres millones de euros para el fortalecimiento de la cooperativa como tal a nivel nacional, pero también su asociatividad en los territorios. Ese proyecto viene funcionando.
Y hay un proyecto de piscicultura que está alrededor de los cinco millones de euros que viene para todo nuestro colectivo, el 80% de ese proyecto lo aporta el Fondo Europeo para la Paz, el otro 20% es la contrapartida y esa se divide en dos grandes partes: una parte estamos haciendo toda la gestión para que nos la aporte el Estado a través de Colombia en Paz, y el otro 15% lo vamos a poner nosotros los exguerrilleros, que puede ser en trabajo o puede ser en recursos directos eso está en proceso.
¿Qué ha pasado? ese proyecto está retrasado porque los bancos no nos han querido prestar los servicios financieros, pero nos toca hacer una salvedad. Después de todo un proceso muy complicado de entregar toda la documentación, de todos los soportes, de mostrar que el origen de esos recursos vienen de la cooperación extranjera y de comprobar cuál es el destino de esos recursos, de hacer la denuncia ante la superfinanciera y de meter derechos de petición a los bancos en un proceso que duramos más de seis meses, finalmente hace cinco días el Banco de Bogotá nos dijo que nos va a prestar los servicios financieros y de transferencia, o sea, comenzamos ahora en una contrareloj muy tenaz. Cada banco, según la Superfinenciera tiene la autonomía de decir que no.
Nosotros nos acogimos a una circular que sacó la superfinanciera que se llama la circular 005, que nos declara ciudadanos sujetos de plenos derechos financieros por parte de las entidades bancarias, sin embargo hubo las entidades crean sus propios mecanismos para prestar esos servicios, ahí les dejó las manos sueltas, y estos bancos no funcionan como política de servicio público sino funcionan es en la lógica de lo que les ordenen desde afuera, desde Estados Unidos. Así de sencillo.
Y fuera de eso tienen la capacidad de que lo que venga de Europa o de otros cooperantes lo someten a que primero se convierte en dólares y después a pesos. Ese retraso genera alteraciones de costos, desequilibra el proceso, es muy complicado, es una amenaza.
Pares: Usted dice que la paz es una apuesta por un futuro mejor. Después de más de 50 años de guerra, es difícil convencer de eso a una sociedad que se acostumbró a vivir en medio de la violencia y la muerte. ¿Cómo no darle la espalda a ese porvenir de reconciliación y entendimiento?
R.M: Hay un contexto en el que el país está polarizado y aquí hay dos locomotoras que van totalmente en contravía, ese es el peligro. Está la locomotora que está jalando hacia el futuro, jalando para que se fortalezca el proceso de paz, para que logremos la paz con justicia social, que logremos la reconciliación de la sociedad. Podríamos denominar que es la locomotora de la vida y el futuro. Y está la otra locomotora que es la que quiere echar todo esto para atrás, que es la locomotora de la guerra, de la muerte, de la destrucción. Lo bueno es que cada día crece más la fuerza que está a favor de la paz, que está a favor de que se implemente lo acordado.
«La comunidad internacional ha sido muy importante en este proceso porque hay unos aportes de tipo económico, pero también ha habido unos acompañamientos muy importantes de tipo político. Si no fuera por ese acompañamiento, los amantes de la guerra ya habían hecho trizas la paz, como lo han dicho públicamente.» Foto: Pares
Aquí estamos los amantes de la paz, entre los que estamos la gran mayoría de exguerrilleros de las FARC con la sociedad que quiere que haya unos cambios, pero también están los amantes de la guerra porque la muerte se convirtió en un gran negocio para ellos, y quieren que esto eche para atrás.
No lo han podido echar para atrás porque la correlación de fuerzas ha crecido, la sociedad se va a sacudiendo y nosotros firmamos el acuerdo fue con esa proyección, de que el futuro de esto no dependía de esta clase gobernante experta en incumplir. Nosotros lo que hicimos fue que todo esto dependa de lo que nosotros seamos capaces de hacer en compañía de la gran mayoría de la sociedad que quiere la paz, que quieren los cambios, que no quiere poner más hijos para la guerra.
Yo estoy jugado por la paz. Soy el gerente de Ecomún y soy padre de familia. En este momento no he rescatado a toda mi familia, no sé dónde están mis hermanos, ni mi mamá; mi papá murió muy joven. Pero he logrado rescatar dos hijas y un hijo, dos hijas que yo tenía antes de irme a la lucha armada y un hijo que nació allá y duró 26 años perdido y ya lo rescaté también. Lo que le quiero comentar es que en este momento yo soy abuelo, tengo siete nietas y un nieto, entonces estoy feliz encontrando familia. Ese soy yo, Germán Moreno Casallas (nombre de Rafael Malagón), un luchador social que está apostando, desde Ecomún, cómo podemos beneficiar a nuestro colectivo y a las comunidades.
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