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La lucha del papá de Nicolás Neira, el joven que mató el Esmad un 1 de mayo

Por: Redacción Pares


Foto tomada de: El Espectador


El 1 de octubre del 2023 Nicolás Neira hubiera cumplido 34 años. Todos los sueños se truncaron cuando el agente del ESMAD Néstor Julio Rodríguez Rúa encabezó la golpiza que le propinaron él y siete de sus compañeros. Fue en la carrera séptima con calle 18. Contra la manifestación del 1 de mayo del 2005 el ESMAD desplegó toda su barbarie. A punta de gases lacrimógenos y perdigones hicieron retroceder la manifestación. Una bala disparada por el ESMAD entró en Nicolás quien tropezó y calló sobre el pavimento. Los agentes hicieron lo que suelen hacer con los que protestan: lo aplastó. Nicolás fue linchado. Cuando lo llevaron al CAMI de la Perseverancia ya no había mucho que hacer. Duró seis días en coma hasta que murió. En todo momento Yuri, su papá, lo acompañó en su calvario. Lo acompañó hasta que murió. Entonces, más que venganza, quiso justicia.


Nicolás ni siquiera estaba protestando. Estaba en el lugar y el momento equivocado. Tenía 17 años y le gustaba leer. Se había encontrado con sus amigos para comprar libros usados en el centro cuando estalló la clásica protesta que acompaña los 1 de mayo, buscando la reivindicación laboral en un país que no entiende de derechos.


El Colectivo José Alvear lo asesoró. Tenían que dejar claro que a su hijo lo había matado el ESMAD. El caso era tan contundente que al agente Rodríguez Rúa, por lo salvaje de la acción, lo condenaron dos veces. También fueron declarados culpables los agentes Nicolás Neira, Fabián Mauricio Infante y Julio César Torrijos que intentaron encubrir el asesinato asegurando que el joven se había golpeado después de tropezarse con un bolardo. Torrijos fue apresado en el 2017 por un caso que no tenía que ver con la muerte del joven, lo detuvieron por llevar un número considerable de droga.


Para Yuri nada fue fácil. Desde el momento en el que emprendió la demanda contra el ESMAD fue apresado varias veces, perseguido, allanado. Incluso fue acusado de agredir un funcionario público cuando estos hechos nunca ocurrieron. Fue tanta la presión que no le quedó de otra que seguir el camino al que son obligados tantos hombres que quieren defender sus derechos: el exilio. Desde el 2011 vive en España. En ese año un Juzgado de Bogotá lo indemnizó con 160 millones de pesos por el asesinato de su hijo. 


Pero las condenas de los agentes del ESMAD son demasiado poco para hacer justicia. Yuri quiere más. Yuri, por ejemplo, quiere que se procese y se condene a los agentes que participaron en la golpiza, estos son, hasta el momento, los que han identificado, Humberto Daza y Edgar Fontalvo. En noviembre del 2023 Yuri llegó a Colombia desde España. Los malos recuerdos permanecen intactos. Se ha propuesto no olvidar, igual ¿Quién puede olvidar el asesinato de un hijo? Está buscando algo histórico, pedir que la Fiscalía declare el asesinato de Nicolás Neira como un crimen de lesa humanidad. La Asociación Red de Defensores de Derechos Humanos presentó a finales del año pasado la solicitud al fiscal especializado en Derechos Humanos Samir Jiménez para clasificar el suceso no como algo aislado sino como un crimen de lesa humanidad, una práctica que se volvió común en el ESMAD y en la que morirían, durante el estallido social del 2021, 18 personas mientras se manifestaban. Durante las manifestaciones de ese 2021 murieron más de 40 personas por culpa del ESMAD

La lucha de Yuri representa a cientos de familia que esperan, desde hace años, justicia.

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