Por: Redacción Pares
En el año 2019 el entonces presidente Iván Duque estaba feriando al país al mejor postor. En esos doce meses anunció, según lo reseñó en su momento el diario El Espectador, cuatro proyectos de fracking a gran escala. Dos de ellos se harían en Puerto Wilches Santander. Ahí nació Yuvelis Natalia Morales Blanco. En ese momento tenía 19 años. Esta hija de un pescador del río Magdalena no tenía nada, ni siquiera miedo. Por eso no le importó oponerse ante los gigantes que amenazaban con destruir toda la belleza que la rodeaba.
El mejor testimonio que existe sobre ella lo publicó El Espectador quien la entrevistó cuando las amenazas de muerte caían sobre ella. Allí contó su vida. Se inició en el activismo ambiental porque empezó a ver en Facebook una campaña, promovida por universitarios, en donde se decía, de manera tajante, no al fracking. Convocaban reuniones en su pueblo un grupo que se llama Alianza Colombia Libre de Fracking. Su familia le dijo que no fuera, que eso era peligroso. Efictavemente lo era pero a ella no le importó. Sabía que era problema de todos lo que le sucediera a la tierra. A su tierra.
Tenía 19 años cuando recibió su primera amenaza de muerte. Encogió los hombros y siguió. Creó un movimiento contra el fraking al que le puso Aguawil. Por Wilches.
Puerto Wilches como tantos otros municipios del Magdalena Medio ha sido martirizado por la guerra. Según el portal Rutas del Conflicto este territorio fue dominado por el ELN en 1992, después llegarían las FARC y en 1998 entró el horror paramilitar. Ser líder social allí es un oficio de alto riesgo. Entre 1988 y el 2003 asesinaron allí a 23 líderes sociales. El Bloque Bolívar de las AUC terminó de teñir ese suelo con el rojo de la sangre.
El 12 de diciembre del 2020 fue la fecha que escogió Yuvelis para convocar a una marcha contra Ecopetrol, empresa que se encargaría del primer programa piloto. No esperaba nadie pero llegaron buses desde Bucaramanga. Creía que habían ganado la batalla pero el 23 de diciembre de ese año se firmó el permiso para hacer fracking en Puerto Wilches. Ella no se rindió y fue a una audiencia pública en el Congreso de la República, en esa ciudad tan grande que es Bogotá. Se le paró duro al fracking y al gobierno de Iván Duque pero ahí empezaron a lloverle las amenazas incluso le cayeron en su casa mientras veía televisor en una mecedora. Unos meses después, mientras iba al mercado del pueblo, una camioneta se le atravesó en el camino y le dejaron claro que la iban a matar y que los únicos que la iban a encontrar “eran los chulos”.
Se fue un tiempo para Bogotá, se escondió en una casa en el barrio La Perseverancia. Se enfermó de COVID y regresó en enero del 2022 y le gritó en la cara a Duque que su pueblo no quería su fracking. Las amenazas persistieron y se tuvo que ir a Francia. Duró doce meses, regresó, según el reportaje que le hizo El Espectador a su pueblo. Ha encontrado en este gobierno más apoyo para que se cancele el fracking pero sabe que en Colombia todo puede cambiar en cualquier momento.
En agosto de este año llegó una buena noticia: la Corte Constitucional ordenó que el gobierno haga consulta previa en proyectos de fracking en el Magdalena Medio. Al menos se ganaron el derecho a que les preguntaran y se lo ganó fue ella, la inquebrantable Yuvelis que ya tiene 23 años y ha vivido lo suficiente para saber que acá los poderosos siempre terminan ganando.
Por eso, jamás debe bajar la guardia.
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