Por: León Valencia. Director de Pares.
Este lunes, Ángela María Robledo se liberó las manos para poner su nombre entre los aspirantes a la presidencia de la república del 2002. Es, desde luego, una aspiración legítima apoyada en una gran trayectoria de vida y una gestión política admirable. El país en este momento -más que en ningún otro- necesita a personas y movimientos con acendradas ideas y convicciones de cambio. La postración de Colombia en medio de la pandemia es pavorosa y la situación después de la pandemia no va a hacer más fácil. Colombia necesita que estos movimientos y personas ganen la conducción de la nación. Ganar es la palabra clave. Ganar y cambiar el país. Pero primero hay que ganar.
Lo nuevo, muy nuevo, por cierto, es que existen posibilidades de ganar. Es posible que un candidato de las izquierdas llegue a la presidencia y también que estas fuerzas alcancen una mayoría parlamentaria. Algo nunca visto en Colombia. La derecha recibió un campanazo de alerta en las elecciones locales de 2019, el voto urbano, el voto de las grandes ciudades, favoreció a los candidatos de independientes o de las izquierdas. La protesta social tuvo un auge nunca visto.
De ahí que las fuerzas de la derecha colombiana se estén moviendo de una manera rápida y audaz para impedir esto. Quien más claridad y visión tiene sobre esta posibilidad es el expresidente Uribe y, fíjense, cómo en los últimos meses se ha empeñado en una estrategia que de concretarse puede darle grandes frutos.
Su idea es esta -según lo hemos visto en sus reuniones en el Ubérrimo y en sus declaraciones de prensa-nuevamente buscar un candidato único en el Centro Democrático mediante una escogencia interna a finales de 2021 y principios de 2022.
Además, jugar ese candidato en una consulta en las elecciones parlamentarias enfrentando a Alex Char, Dilian Francisco Toro, Federico Gutiérrez, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, Enrique Peñalosa, eventualmente Luis Alberto Moreno y otros, para ir con un candidato único de la derecha y la centro derecha a primera vuelta. Con esta idea estaría haciendo una variación importante a lo que hizo en 2018 cuando armó la candidatura a primera vuelta acudiendo solamente al Partido Conservador y las Iglesias Cristianas. En esta oportunidad quiere ir más allá, mucho más allá, quiere conseguir desde el principio un soporte en los clanes regionales y contrarrestar la debilidad electoral en el mundo urbano buscando a Char, Peñalosa y Gutiérrez.
En esta estrategia deja por fuera, en primera vuelta, sólo a dos fuerzas importantes: el partido liberal en cabeza de César Gaviria Trujillo y el sector de Cambio Radical liderado por Germán Vargas Lleras.
En el otro lado están la izquierda y la centro izquierda. Acá también hay importantes novedades: Gustavo Petro está construyendo una alianza entre Colombia Humana, el Polo Democrático, La Unión Patriótica, el movimiento Mais, Fuerza Ciudadana, el Partido FARC y Armando Bennedetti y está recogiendo el apoyo de influenciadores sociales como Margarita Rosa de Francisco y otras personalidades.
Con estos aliados puede realizar una consulta importante en las elecciones parlamentarias y lanzar una lista al Senado y listas a Cámara de gran arrastre. Por otro lado, el Partido Verde; Sergio Fajardo y Compromiso Ciudadano; Liberales Socialdemócratas -LSD- que es un agrupamiento de 13 senadores y 18 representantes a la Cámara que se han retirado del Partido de la U, Cambio Radical y el Parido Liberal, algunos de ellos son Roy Barreras, Rodrigo Lara y Luis Fernando Velasco; el movimiento Marcha que encabeza Luis Fernando Cristo; el excandidato Humberto de la Calle; los hermanos Galán; Jorge Enrique Robledo; y a este grupo de fuerzas y candidatos llega Ángela María Robledo; se menciona también al exministro Alejandro Gaviria y otros dirigentes políticos cercanos al expresidente Juan Manuel Santos. Acá están en la búsqueda de una consulta para escoger un solo candidato presidencial a primera vuelta y estructurar alianzas para presentar listas a Congreso.
El Partido Liberal y el sector de Cambio Radical encabezado por Germán Vargas Lleras aún no han mostrado sus cartas, pero sin duda serán protagonistas de primer orden en la campaña de 2022. En la campaña de 2018 a pesar de que sacaron importantes bancadas parlamentarias sufrieron una gran derrota en la primera vuelta presidencial y se resignaron a acompañar a Iván Duque y al Uribismo con el argumento de que en todo caso no podían acompañar a Gustavo Petro. En esta oportunidad tendrán el afán de buscar una candidatura presidencial viable en primera vuelta.
El Partido de la U que fue gran protagonista de las elecciones de 2010, 2014 y 2018 ha entrado en una crisis irreversible y sus dirigentes están buscando cobijo en toldas diversas. Es probable, pero no es seguro, que el sector oficial en cabeza de Dilian Francisca Toro, participe en la consulta del uribismo. Seguramente tanto el Partido Liberal, como Germán Vargas Lleras en algún momento entraran en la disputa y buscaran un acuerdo de fuerzas que antaño pertenecieron al liberalismo y La U y Dilian tendrán alguna oferta de estos sectores.
Estamos lejos aún de las elecciones presidenciales de 2022 y muchas cosas pueden cambiar. La descripción que hago de las tendencias actuales es apenas una fotografía del momento. Martha Lucía Ramírez ha acompañado a Uribe desde 2012 en la fundación del Centro Democrático, en la campaña de 2014, en la campaña por el No en el plebiscito y luego en la campaña presidencial de 2018 que la llevó a la Vicepresidencia. Seguramente sentirá que es su momento y el Partido Conservador que no ha tenido candidato propio en 20 años también puede estar pensando lo mismo. De manera que no será fácil meter a Ramírez en una consulta donde no tenga probabilidades muy serias de ganar.
Así como es posible que la derecha y la centro derecha presentan dos o tres candidatos a la primera vuelta presidencial, también es probable que esto ocurra en la izquierda y la centro izquierda, aunque intelectuales y dirigentes políticos y sociales de estas corrientes políticas están presionando por una sola consulta para tener un candidato único en primera vuelta.
Si la izquierda y la centro izquierda se meten en la lógica de ganar tendrían que garantizar que todas las izquierdas lleguen juntas a segunda vuelta, si pueden hacerlo desde primera vuelta mejor todavía, pero si esto no es posible deben aplicarse a declinar ofensas irreparables en la campaña de primera vuelta, a dar un debate sin ofensas personales y sin sectarismos, un debate honorable.
Aún si todas las izquierdas están juntas en segunda vuelta no les alcanza para ganar, es obligatorio buscar acuerdos con sectores de centro derecha, no dejar que el uribismo capitalice de nuevo a estas fuerzas, esta aseveración no es producto de una percepción, de una especulación, está soportada en los datos que arrojan las últimas elecciones y las encuestas, hay un voto consistente por la derecha en 500 municipios y no menos de seis millones de votos en el arranque, para ganar necesitan la centro derecha y arañar un importante voto urbano, fue lo que hicieron en 2018, una cosa parecida les ocurre a las izquierdas tienen encontrar aliados en la centro derecha y arañar votos en municipios de la Colombia profunda que lleva centurias votando a liberales y conservadores.
El voto urbano y el voto joven serán decisivos, la disputa de estos electores será intensa y por ello es obligatorio proteger al máximo las alcaldías independientes y de izquierdas ganadas en el 2019 y promover el protagonismo de estos alcaldes en la disputa del 2022.
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