Por: Redacción Pares
Mucho se ha hablado de la necesidad que ha tenido el gobierno de contar con aliados como Armando Benedetti o Roy Barreras, avezados operadores políticos quienes fueron claves a la hora de conseguir votos fuera del espectro del progresismo. Poco se ha hablado de lo útil que fue para Petro las sugerencias de Gustavo Bolívar que lo acercó a estrellas de la televisión, de la farándula y de la música. En febrero del 2021, cuando a través de una reunión vía Zoom se dio la patada inicial a lo que se conocería como el Pacto Histórico, la persona que leyó la proclama fue Margarita Rosa de Francisco. Fue un acierto. La opinión de peso de la escritora y actriz la convirtieron en una estrella de la opinión política, hasta el punto que ya suena para ser candidata al senado.
Otras personalidades, como Susana Boreal, se dieron a conocer durante el estallido social y fueron creadas, amoldadas y lanzadas al estrellato de la política según el criterio de Gustavo Bolívar. Sin títulos a nivel profesional, se dio a conocer en el 2021 donde apareció en un video dirigiendo una orquesta de 400 niños tocando en el centro de Medellín. Fue una escena surreal y hermosa. Fue su inicio en la política. Su nombre - o su seudónimo- se hizo conocido en todos los medios del país. Bolívar la convenció para lanzarse a una lista cerrada a la Cámara en Antioquia. Increíblemente llegó al congreso.
Y entonces el país empezó a darse cuenta de su nula experiencia. No sabía ni lo básico, ni siquiera cuantos departamentos tiene Colombia -dijo que tenía 38 departamentos- y no sabía cómo se firmaba una proposición. Sumado esto aparecieron otros escándalos más delicados como las denuncias de profesionales que trabajaron en su UTL por maltrato laboral. A esto se le sumó que de manera espontánea afirmó que era una consumidora asidua de marihuana, “me encanta, la fumo todos los días” y para acabar de completar el paisaje quedó demostrado que había contratado a su ex pareja, con un sueldo superior a los nueve millones de pesos y quien no cumplía los requisitos básicos para hacerlo.
El nuevo escándalo en el que se metió la pupila de Bolívar fue por la ligereza -sin dar cifras, sin ningún tipo de rigor- para descalificar la educación que dan los colegios en Colombia. Esta fue una de las frases de su discurso en la Comisión Sexta de la Cámara: Yo siento que obligar a un niño a asistir al colegio es obligar su tiempo en un lugar donde muchas veces no quiere estar. Esto no garantiza que reciba educación de calidad”, afirmó la congresista, mientras señalaba que el sistema educativo del país “está mandado a recoger”.
Fue tendencia de redes sociales durante dos días. Los medios le dieron con todo. Pero la fe en Susana Boreal por parte de Bolívar, su maestro, es a prueba de cualquier tipo de ridículos. No se sabe si los regaños se envían internos, pero públicamente todo está bien.
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