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«La Costa Pacífica nariñense es una despensa de la guerra»

Por: Laura Cano. Periodista Pares.

El general Nayro Martínez, comandante de la Fuerza de Tarea Hércules, declaró que inicialmente la denuncia había sido puesta por un miembro de la comunidad, quien le aseguró a las autoridades haber escapado de un ataque armado en esa zona de Nariño. Las autoridades están investigando la información preliminar que indica que el sábado 30 de enero habría ocurrido una masacre en el Río Patía vereda Cande. Imagen: Pares.



Según el sistema de información Sipares, durante el 2020 fueron nueve (9) las masacres cometidas en Nariño, que, a su vez junto con Antioquia y Cauca, fue uno de los departamentos con mayores índices de violencia y mayores registros de este tipo de hechos. En Nariño las masacres durante el 2020 comenzaron a denunciarse desde marzo, reportándose de ahí en adelante casi una por mes hasta septiembre. En estos casos fueron, al menos, 44 las víctimas mortales, en hechos que ocurrieron en Leiva, Tumaco, Samaniego, Barbacoas, Buesaco y Mosquera.


Hoy, tan solo con un mes trascurrido del 2021, el panorama no parece cambiar, por el contrario, pinta ser más crítico, incluso cuando durante el 2020 fueron emitidas 04 alertas tempranas por la Defensoría del Pueblo alertando el riesgo para los habitantes de algunas zonas de Nariño ante la presencia de grupos armados ilegales.


A la fecha, en esta zona del país se han reportado dos masacres, además de la desaparición de 11 personas; nueve provenientes de Tumaco, una de Buenaventura y otra de Nariño (municipio), quienes se movilizaban desde el municipio de Tumaco hacia Mosquera. Sobre este caso, 10 días después de denunciada la desaparición, se informó que habían sido hallados 02 cuerpos de las once personas, quienes fueron identificados como Alberto Mesa y Vladimir Torres Micolta.


Adicionalmente, el 24 de enero a través de Noticias Uno, el Obispo de Tumaco el Monseñor Orlando Lave aseguró que recibieron información del Observatorio de Derechos Humanos de la diócesis, quienes habrían reportado el hallazgo de 8 cuerpos cerca al mar, de los cuales se manejaba la hipótesis que también fueran de los jóvenes desaparecidos.


Dos masacres: el retrato de la violencia en Nariño


Como se indicaba más arriba a este grave hecho se suman dos masacres cometidas en el departamento, las cuales fueron denunciadas en las últimas horas. Por una parte, desde el pasado 29 de enero se había denunciado la desaparición de Julián David Ortiz Hoyos, Daniel Felipe Paz, Fabio Alejandro Navia y Yulieth Mellizo, quienes habían decidido salir de El Bordo en el Cauca hacia el departamento de Nariño en busca de mejores oportunidades de trabajo.


Los jóvenes, quienes se movilizaban en una camioneta tipo campero, se movilizaban por una de las vías del municipio caucano del Patía, cuando habrían sido interceptados por desconocidos y llevados con rumbo desconocido. Sobre este caso Orlando Muñoz, alcalde de El Patía, Cauca, aseveró a Blu Radio que los jóvenes tenían entre 22 y 30 años, dos de ellos se desempeñaban como estudiantes y uno era agricultor.


En relación con el hecho el día de ayer se informó que se habían hallado los cuerpos de cuatro personas en el municipio de Policarpa, Nariño, en una zona rural del sector conocido como El Ejido, corregimiento de Los Naranjos, los cuales, al parecer serían de estas cuatro personas desaparecidas.

Los cuerpos fueron trasladados desde el corregimiento de El Ejido hasta la cabecera de este municipio localizado al norte del departamento, y aunque las autoridades han dicho que se desconocen las causas de la muerte, se tiene la hipótesis que el asesinato fue producto de varios impactos de arma de fuego que recibieron las víctimas.


Como se advirtió por medio de RCN Radio “con los jóvenes también fue encontrado el carro en el que se transportaban. Al parecer el vehículo fue lanzado a un abismo con los cuatro cuerpos. Los jóvenes ya habrían sido asesinados al momento de estos hechos”.

Poco después de alertado este hecho desde el comando de la Fuerza de Tarea Conjunta de Estabilización y Consolidación Hércules, se comunicó que la Brigada de Infantería de Marina en coordinación con la Policía Judicial realizaron en la vereda Fátima del municipio de Roberto Payán las respectivas diligencias para verificar la ubicación de tres fosas comunes de las que había entregado información la comunidad.


Tras iniciar labores en la zona fueron halladas las fosas comunes, en las cuales las autoridades comunicaron se encontraban cinco cuerpos que fueron exhumados para dar paso a los respectivos procesos de reconocimiento por medio de Medicina Legal.

Con este panorama hay que señalar que como se indicaba hace algunos días desde Pares, en la subregión de la Costa Pacífica Nariñense el Clan del Golfo hace presencia en siete (7) de los 10 municipios de esta subregión: Tumaco, Olaya Herrera, Mosquera, La Tola, Francisco Pizarro, El Charco y Barbacoas. Por otro lado, también los Grupos Armados PostFARC hacen presencia en la subregión a través de cuatro (4) frentes. El Frente Oliver Sinisterra opera en seis (6) municipios de la subregión, el Bloque Occidental Alfonso Cano en cuatro (4), Guerrillas Unidas del Pacífico en siete (7) municipios. También, la guerrilla del ELN en siete (7) municipios.


“Estas masacres se deben a una disputa. Aproximadamente 14 grupos armados ilegales se está disputando milímetro a milímetro del Pacífico Nariñense por razones del narcotráfico. Entre ellos mismos tienen una especie de paranoia y las comunidades campesinas están siendo el foco de toda la violencia. El solo hecho de que en menos de dos kilómetros haya cerca de cinco fronteras invisibles provoca que la gente sea señalada, pues les imponen con quién pueden y con quién no, es una situación de horror”, señaló Ivonne Quiñonez, lideresa de Tumaco e investigadora regional de Pares.


A esto hay que agregar que, de acuerdo con el informe Pares,»Conflictos socio-ambientales en el Pacífico», los municipios que conforman la subregión del Pacífico Nariñense poseen una tasa de pobreza multidimensional que supera el 90% la situación de marginalidad y ausencia total del Estado.


Además, la investigadora explicó que aunque en el territorio hay una militarización completamente fuerte, tenemos más 9000 uniformados, no ha sido posible que esta situación de violencia cambie porque aquí, además del narcotráfico, subyace una problemática principalmente social. «Se puede decir que la Costa Pacífica Nariñense es la despensa humana de la guerra en Colombia por las condiciones miserables en las que viven la mayoría de la población. Aquí se puede decir que la mayoría de los miembros de estos grupos no es reclutada, sino que la mayoría decide unirse a estos grupos porque no tienen más opción ni económica, ni laboral, ni educativa. Antes la guerra nos llegaba, ahora estamos viendo que son nuestros mismos jóvenes matándose entre ellos”, concluye.


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