Por: Luis Eduardo Celis
Según el pueblo Kogui, que habita en la Sierra Nevada de Santa Marta, desde su tradición cultural, son nuestros hermanos mayores. Ellos viven en el centro del mundo y los hermanos menores fuimos desterrados de allí porque hemos cometido graves faltas contra la madre tierra. La dura realidad presente les da la razón, para los Kogui la humanidad debe recorrer un camino de regreso repensando su relación con la naturaleza y consigo misma, o si no cosechará lo que ha sembrado, que no es otra cosa que un camino de autodestrucción del cual se debe apartar o perecer. Es el mismo mensaje del panel de expertos y científicos frente a la crisis climática: o cambiamos o pereceremos. (Hay que invitar a los Kogui al próximo panel de expertos).
Durante la visita del presidente Gustavo Petro a Alemania hemos recibido la buena noticia que dos máscaras de la cultura Kogui, que fueron llevadas por el investigador Konrad Theodor Preuss en 1915 al Museo de Etnología en Berlín, regresarán a Colombia y al seno del pueblo Kogui. Según historiadores, las dos máscaras datan de mediados del siglo XV y, por tanto, se crearon antes de la conquista española. Son de madera y se denominan “máscara del sol” (Mama Uakai) y “máscara del sol grande” (Mama Nuikukui Uakai o Malkutše).
La entrega al presidente Gustavo Petro de las dos máscaras Kogui la presidió el señor Frank-Walter Steinmeier en el Museo Etnológico de los Museos Nacionales de Berlín, en su condición de presidente de Alemania. Para llegar a la buena noticia del regreso de las máscaras, han sido ocho años de relación del señor Steinmeier con el pueblo Kogui, y en todo el proceso fue clave el largo vínculo de Juan Mayr con estos hermanos mayores, y quien en su condición de nuestro embajador en Alemania le acompañó a un encuentro en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Estas son las palabras y el relato del señor Steinmeier de su vínculo con los Kogui, las cuales las presentó en la ceremonia de devolución delante del presidente Gustavo Petro:
“Sin embargo, este día es para mí una alegría muy especial y también un gran honor por otra razón. Porque hoy se completa una historia muy cercana a mi corazón personal. Cuando en 2015 se me permitió visitar por primera vez a los Kogui en lo alto de las montañas de la Sierra Nevada —entonces en una función diferente— tuvimos muchas oportunidades de intercambio. Aprendí mucho sobre la historia de los Kogui, sus tradiciones y su forma de vida. Y recuerdo el regalo de despedida: una pulsera con una bendición especial. La llevé hasta que se desintegró años después. Pero en otra reunión con representantes Kogui en Bogotá, en 2017, renovaron el regalo, y de nuevo lo llevé durante muchos años. Estos encuentros han permanecido inolvidables para mí. Para mí hoy se cierra un círculo con esta pequeña celebración en el Palacio de Bellevue.
Estas dos máscaras, que llevan más de un siglo en el Museo de Berlín, tienen un gran significado sagrado para los Kogui. Me complace que hoy puedan volver a Colombia dos máscaras que el entonces director del Museo Etnológico de Berlín, Konrad Theodor Preuss, trajo a Berlín de una visita de investigación en 1915. Estas máscaras son sagradas para los Kogui, son ‘seres importantes desde el origen de los tiempos’, como dijo una vez Mama Pedro Juan Noevita, y cito: 'Deben estar donde puedan ayudar a la naturaleza para que esté en armonía con los Kogui y el pueblo’.
Lo mucho que los Kogui viven en armonía con la naturaleza me causó una profunda impresión durante mi visita. Y estoy convencido de que nosotros, los habitantes de los países industrializados del norte, podemos aprender mucho de los Kogui cuando se trata de preservar nuestro medio ambiente y nuestros medios de vida naturales para las generaciones futuras”.
El regreso de las máscaras Kogui es una buena noticia, en la que se ve el trabajo del canciller Álvaro Leyva; de Laura Gil, que en su condición de vicecanciller le dio un impulso a la repatriación del patrimonio cultural colombiano hoy en muchos museos europeos y de los Estados Unidos;,de la actual embajadora de Colombia en Alemania, Yadir Salazar Mejía; y el trabajo del Ministerio de Cultura y el ICANH.
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