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«Iván Duque es inferior al cargo que está desempeñando»

Por: Juan Manuel Torres Erazo. Coordinador PARES PACÍFICO


Pares-Pacífico habló con Juan José Arango, médico, pajarero, humanista, libre pensador y youtuber antioqueño. Los temas fueron el proceso de paz, las elecciones presidenciales de 2018, el balance del año del gobierno Duque, el regreso del uribismo, su labor de pajarero y su papel en el proceso para traer a Cali la exposición fotográfica El testigo de Jesús Abad Colorado.


Juan José Arango fue durante 18 años director de la Unidad Cardiovascular y del Instituto de Investigaciones Clínicas de la Fundación Valle del Lili de la ciudad de Cali, es un investigador clínico, curioso por diversos temas científicos que lo han llevado a escribir seis libros y a publicar cientos de videos en YouTube. Ha sido galardonado con el premio “Manuel Uribe Ángel” al mejor médico de la promoción antioqueña de 1985, con la distinción “Excelencia en Cardiología” de la Sociedad Colombiana de Cardiología y con la “Orden Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia” en el año 2000.


Como pajarero es de los más reconocidos a nivel nacional e internacional. Sus fotografías en Flickr tiene más de 14 millones de visitas. Se dedica a recorrer el país buscando pajaritos para fotografiar, además de editar fotos y realizar videos.


“Si yo me quisiera definir yo pensaría que soy un hombre de izquierda, pero estoy muy lejos, muy lejos, de ser comunista”, reconoce abiertamente que es un ateo militante y tiene la mente abierta a tratar temas polémicos. A sus 58 años, ya retirado, y después de una trayectoria académica y profesional reconocida, dedica parte de su tiempo a los análisis políticos: es un ciudadano informado y por lo tanto una voz crítica autorizada para hablar de la situación del país.


Pares: El plebiscito de 2016, que aparentemente era un trámite, se convirtió en el punto de partida de una discusión que no termina y que parece ahondarse más, ¿usted que reflexión tiene de lo que dejó ese proceso de consulta a la gente sobre la paz?


Juan José Arango: Yo tengo dos pensamientos con respecto al plebiscito: el primero es que probablemente me voy a morir sin comprender cómo es posible que en un país se le pregunte a la población si quiere parar una guerra y gane que no, simplemente no puedo entender; también sé que hubo prácticas de manipulación de la sociedad absolutamente inadecuadas, de público conocimiento, confesadas por el gerente de campaña del NO, con lo cual a punta de mentiras promovieron la votación. Pero también es verdad que algunos que hicieron campaña por el SÍ también dijeron mentiras, de manera que la mentira parece ser una forma de hacer política en Colombia.


Pares: ¿En ese momento usted cree que se marcó la disputa política a la que ahora llaman polarización? o ¿simplemente ahí se expresó algo que ya venía surgiendo en la sociedad?


J.J.A: Yo no estigmatizo la polarización, no es una cosa a la cual haya que temerle, porque me parece que la polarización es una de las bases de la democracia: la democracia está basada en el disenso. Creo que el proceso de paz dividió el país en partidarios y enemigos del proceso de paz, yo soy de aquellos que piensan que esa frase de que “paz si, pero no así”, es simplemente una imbecilidad.


Pares: Hace un año fueron las elecciones para la presidencia. En este momento, después de un año, le voy a preguntar sobre esas tres parejas que estuvieron en la disputa.


J.J.A: En primera vuelta voté por Fajardo sin estar extremadamente convencido, entre otras cosas porque yo no estoy seguro de qué tan uribista sea en el término de su fondo político, de su forma de pensar, de su forma de concebir la sociedad; pero vote por él básicamente porque la educación es fundamental sobre el cual hay que trabajar para sacar a la sociedad adelante.


Yo no voy a votar por Sergio Fajardo en lo que se viene, no es el personaje de mi elección, porque no me gustan las personas que no son claras cuando se les hacen preguntas concretas. Me parece que en ocasiones Sergio Fajardo da respuestas para tratar de obtener votos de todos las vertientes políticas y eso no es posible: a mí me parece que uno debe tener posiciones claras con respecto a determinados temas, uno es partidario o no es partidario de matrimonio igualitario, uno es partidario o no es partidario de eutanasia, uno es partidario o no es partidario de la adopción de parejas del mismo sexo, uno cree en Dios o no cree en Dios, yo tengo la percepción de que él es ateo pero no lo dice. Entonces él simplemente ni sí, ni no, Sergio Fajardo no se deja conocer bien y no me gustan las personas a las cuales no puedo definir.


En segunda vuelta voté por la pareja de Petro y Ángela María Robledo, porque aunque me parece que el personaje de Gustavo Petro es muy polémico y en ocasiones uno cree que tiene visos o sensaciones como emperador o personaje superior a los demás, en lo que él manifiesta desde el punto de vista político, estoy de acuerdo prácticamente con todo y lo mismo con Ángela María Robledo, yo soy un hombre de izquierda que está muy lejos de ser comunista.


Al final ganó el peor candidato de los que había para escoger, en algún momento hice un video en redes sociales para segunda vuelta diciendo: el peor candidato que teníamos de todos era Iván Duque, sin que tenga ninguna animadversión personal por él, no lo conozco, entiendo que es un hombre muy decente, muy buena persona, muy querido.


Duque fue un hombre que terminó de estudiar y se fue a una oficina en Washington, a hacer hojas de Excel y modelos económicos y un programa sobre economía naranja que no deja de ser más que una presentación de PowerPoint, larga y con algunas ideas sueltas sin ningún hacedero real. Volvió y se ganó, por matricularse en el Centro Democrático, cuatro años en el Congreso y luego por esas carambolas de la vida ahora la Presidencia de la República sin comerlo ni beberlo y estamos viendo las consecuencias: estamos gobernados por una persona que no está preparada para el cargo que está desempeñando.


Pares: A un año del regreso del uribismo al poder ¿qué lectura realiza?


J.J.A: No sigo al presidente Uribe en su forma de pensar por supuesto, pero el uribismo como corriente filosófica tiene una visión de sociedad que está muy distante de la visión que yo tengo, si usted toma todos los preceptos que definen al partido Centro Democrático, yo tengo una visión opuesta de todos. No soy amigo de la regulación de la dosis mínima porque creo que eso atenta contra la libertad de las personas, yo creo que no se puede dividir o cohibir, evitar, o regular la manifestación y el derecho a la manifestación popular, a las marchas y a la protesta civil, es decir, que todos esos preceptos de la regularidad y del retorno del orden, son contrarios a mi forma de pensamiento político.


El regreso del uribismo al poder ha representado un enredo enorme para la dirección del país, porque no han podido gobernar con todos los preceptos que el uribismo más puro quisiera, ni con unos preceptos de centro como eventualmente muchos hubieran deseado. Lo que ha representado realmente al uribismo al poder es una sensación de falta de una hoja de ruta, de una dirección o de un rumbo por el cual el país esté tomando, la incertidumbre con respecto a muchos aspectos, el proceso de paz entre ellos ha marcado el ambiente de la coyuntura tan difícil en la que en estos momentos.


Por ejemplo, yo interpreto este evento de la bandera LGBTI en Medellín como el envalentonamiento de muchos que se sienten empoderados porque están en el gobierno con el Centro Democrático, yo estoy seguro de que el pensamiento del presidente Duque con respecto al comunidad del LGBT, no es el de ese señor que fue y rompió la bandera, pero ellos se sienten envalentonados porque realmente creen: el señor es un convencido de lo que está diciendo. Creo que el gobierno está haciendo el mayor esfuerzo posible para que en próximo periodo gane un candidato con ideas completamente opuestas y la culpa la va a tener el talante del gobierno actual.


Pares: ¿usted cree que el presidente Iván Duque esté impreso de eso, como dice el analista Ariel Ávila?


JJA: Yo no creo, yo digo que simplemente Duque es una persona inferior al cargo que está desempeñando.


Pares: Usted tiene el libro “Detrás de la guerra en Colombia” de Ariel Ávila, ¿Qué reflexión le deja su lectura?


J.J.A: Es un documento extraordinario que habla parte de la historia de este país. Ahora que estamos con una política, que no sé qué tan soterrada pues a veces es de frente, de tratar de ocultar nuestra historia, pues no va a ser tan fácil: nuestra historia no es solamente el Centro Nacional de Memoria Histórica, así intenten borrar documentos.


Aparecen muchos textos que nos van a permitir conocer la historia del país y que no se pueden borrar, uno de esos es el libro de Ariel Ávila sobre “Detrás de la guerra en Colombia” que es un documento académico, producido gracias a muchos años, a mucha gente y mucha investigación, que describen muy bien lo que ha sido una guerra entre hermanos en este país y las razones por las cuales las violencias en Colombia persisten y que creo por ahora van a persistir.


Pares: En Colombia es común hablar de violencia y conflicto en general, pero eso está marcado por la zona en la que se ha vivido y por las experiencias de vida, usted particularmente ¿qué recuerda de la violencia y el conflicto?


J.J.A: He sido una persona víctima de la violencia desde que me acuerdo, en mi familia éramos cuatro y el porcentaje de secuestro es 50 %. Fui secuestrado por la Farc, a quienes no les tengo el más mínimo aprecio por supuesto, no se me puede acusar por tener el Síndrome de Estocolmo, aunque los perdoné hace muchísimo tiempo y soy partidario del proceso de paz y estoy dispuesto a sacrificar justicia, por verdad y por reparación y por paz y porque no le vuelva a suceder a otros lo que a mí me pasó.


He sido víctima del conflicto armado desde que me acuerdo, he sido secuestrado en el Chocó, estuve muy cerca de la masacre de Bojayá, mejor dicho, cuando eso sucedió yo estaba a menos de un kilómetro de la iglesia secuestrado por el Frente 57: oí la versión de los señores guerrilleros que participaron de esa masacre, que es de conocimiento público que la pipeta fue lanzada por la misma guerrilla y que cayó en la iglesia donde se habían refugiado las mujeres, niños y los ancianos pues de la población de Bojayá.


Esa experiencia marcó mucho mi vida, porque es muy difícil como cardiólogo intervencionista enfrentarse a ver que están gastando millones y millones de pesos para que un viejito no se muera de infarto, porque tiene un seguro de salud costoso, y uno se va a la selva a ver cómo nos matamos de a cien todos aliviados, todos sanos, por el simple hecho de ser pobres, de ser menos favorecidos.


Pares: En su labor como pajarero, ¿a qué zonas ha podido ir en los últimos cinco años a tomar fotos de pájaros?


J.J.A: Eso de ser pajarero no es una labor, ese es mi hobby: soy fotógrafo de aves y me lo tomo muy enserio, me he recorrido el país de arriba abajo. Yo trato de evitar zonas en las cuales se conozca que hay extensos cultivos de coca, simplemente porque puede uno estar de mala suerte y estar parado en el momento incorrecto en el lugar incorrecto y ser víctima de cualquiera de las violencias relacionadas con eso.

Foto: JJ Arango. Chlorochrysa nitidissima – Multicolored Tanager – Tangara Multicolor

Sin embargo, gracias al proceso de paz hemos podido ir a lugares donde no se podía ir porque ya no delinquen las Farc en esas zonas y porque no existe una estructura como la que las Farc tenía. A pesar de que haya violencias residuales asociadas al narcotráfico o a delincuencia, no es lo mismo que el ejército revolucionario de las Farc, eso la gente no lo comprende bien, pero los que lo hemos podido ver y vivir, y los que lo han estudiado a fondo, saben que las Farc eran realmente un ejército muy bien organizado, muy bien armado con una estructura muy seria.

Hoy hay bandas repartidas pequeñas de bandoleros dedicadas al narcotráfico pero sin esa estructura que tenían antes las Farc; existe por supuesto el ELN que es una guerrilla organizada y seria pero no del tamaño de las Farc. Hay muchos sitios a los que hemos podido ir pero hay muchos sitios a los cuales se han ido deteriorando progresivamente porque las disidencias aumentan, porque más gentes se dedican al narcotráfico y porque hay violencias que todavía estamos muy lejos de que se acaben.

Pares: ¿Hay algún lugar al que pudo ir gracias al Acuerdo de Paz y que le produzca un recuerdo especial?


J.J.A: La primera vez fui a Mistrató, que era zona donde delinquía Karina, un lugar al que no se podía ir porque era una zona dominada por las Farc; de hecho allá fui y fotografié un pajarito que es mi pajarito de la paz que se llama la Pipreola jucunda. Fui a Mistrató y me subí a esas montañas, y yo veía a los niños yendo a la escuela normalmente con sus uniformes, a los campesinos trabajando en sus parcelas y se sentía un ambiente de paz y de tranquilidad. Porque la paz es importante es en los territorios, la paz no es importante para que las personas pudientes puedan regresar a sus fincas, la paz es importante para que los campesinos puedan vivir en sus tierras sin que se maten entre ellos.

Foto: JJ Arango. Pipreola jucunda – Orange-breasted Fruiteater – Frutero Pechinaranja

Pares: ¿Qué cambios sociales nota en el país en el marco del proceso de paz y todo lo que ha pasado después de la firma del Acuerdo Final?


J.J.A: Las grandes conquistas sociales se han hecho a punta de protestas, de manera que estigmatizar la protesta social me parece un crimen. También sé que la gente hoy en día está mucho más dispuesta a salir a protestar por las cosas que cree justa; entonces creo que este país ha progresado cuando la sociedad se empodera y protesta.


El proceso de paz ha generado una concientización en un sector de la población que estaba muy dormido, que está diciendo oigan, esperen, yo también tengo valor, yo no estoy pidiendo que me regalen nada, pero tengo derecho a tener oportunidades y vamos a luchar por ellas. A pesar de los obstáculos, la paz no tiene atajadero y cada vez hay más organizaciones creándose y moviéndose en esa dirección, creo que lo que estamos viendo es un fenómeno de bola de nieve creciente.


Pares: Lo vimos muy activo con la exposición fotográfica de El Testigo, ¿cómo fue el proceso de traer próximamente la exposición de Jesús Abad Colorado a Cali?


J.J.A: Bueno, ese es un proceso que surgió de la Alcaldía de Cali y de la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana. Yo sigo a Jesús Abad Colorado hace mucho tiempo en su actividad porque es un reportero gráfico del conflicto armado colombiano único en el mundo; porque él a diferencia de muchos otros reporteros gráficos, que han ido a zonas violentas del mundo y las han reportado muy bien, ha sido independiente, no ha ido nunca con ningún medio: él va solo, de cuenta de él y ha recorrido el país entero y ha documentado de manera increíble lo que ha sido el conflicto armado Colombiano.


La curaduría de su exposición es sobresaliente, el trabajo de María Belén Sáenz de Ibarra es sensacional. El testigo de Jesús Abad Colorado es un testimonio desgarrador, todo el que va tiene que conmoverse y hay que hacer lo posible porque todos vayan. Yo tuve el privilegio de verla junto al alcalde Maurice Armitage y de recorrerla directamente con Jesús en el recinto donde está expuesta en Bogotá y afortunadamente la vamos a tener en Cali. Es un documento que hace parte de la memoria histórica colombiana y que no va a poder ser borrado de la historia de Colombia.

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