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Informe de Minambiente revela afectaciones en la Ciénaga Mallorquín

Por Isabela Puyana






La ciudad de Barranquilla construye uno de los ecoparques más grandes de Latinoamérica, con el que impulsa un ambicioso plan para recuperar y preservar zonas visiblemente afectadas por la contaminación.


El Ecoparque de la Ciénaga de Mallorquín es una iniciativa que busca atraer la atención de la población y sensibilizar sobre una zona vulnerable que ha estado por décadas abandonada. La inversión de la obra es por un monto total de 48 millones de dólares, sin embargo, el Ministerio de Ambiente reveló afectaciones y pide replantear el plan maestro.


“Hay una voluntad de todos los actores que esperamos termine en un gran pacto entre comunidades, Área Metropolitana, Alcaldía de Barranquilla, autoridades, Gobernaciones para que Mallorquín y todos los ecosistemas del río Magdalena sean protegidos y que estas acciones de corto plazo nos lleven a un proceso de ordenamiento territorial alrededor del agua que proteja a los territorios del cambio climático”, aseguró la ministra Muhamad.


La ministra también mencionó que se iniciaron obras para potenciar el turismo que emplearon instrumentos ambientales que no fueron adecuados frente a la normatividad ambiental. Por eso, “acordamos una revisión del régimen ambiental del sitio Ramsar y una revisión con la Alcaldía de Barranquilla del plan maestro de Mallorquín versus la regulación ambiental.


“Necesitamos verificar que lo que vayamos a hacer de turismo de naturaleza tenga primero, como centro, la recuperación y sostenibilidad de un ecosistema y que el turismo lo beneficie”, afirmó.


Luego de recibir un informe por parte de veedurías ambientales y movimientos sociales sobre la situación de la Ciénaga de Mallorquín, en comparación con la construcción de proyectos autorizados en el distrito de Barranquilla y en Puerto Colombia que afectarían gravemente este ecosistema, el Ministerio de Ambiente, conformó una comisión interdisciplinaria de expertos que realizó un proceso de revisión exhaustiva sobre este caso, analizando la normatividad, el ordenamiento territorial y las actuaciones de las

autoridades ambientales.


Los hallazgos identificados por la comisión determinaron que no existía correspondencia entre los límites que están registrados en el Ministerio de Ambiente para este sitio Ramsar con los límites que están en el plan de ordenamiento territorial de la Ciénaga Grande de Santa Marta y la zona estuarina del río Magdalena, potenciando un modelo de ocupación de alta densidad que afecta el ecosistema.


Los humedales Ramsar son importantes por su biodiversidad y funciones ecológicas, como el almacenamiento de agua, la regulación del clima y por ser hábitat de muchas especies de plantas y animales.


Detalles del proyecto


El proyecto, que abriría sus puertas el 2 de septiembre,  incluye al menos 17 intervenciones, entre ellas la ficorremediación de las aguas de la ciénaga (es decir, el uso de algas para recuperar la vida que se había perdido por culpa de la contaminación), la construcción de más de 6 kilómetros de senderos, la reforestación de mangle, la apertura de una playa y un tren turístico. 


La idea, según el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, es que este sea el ejemplo de cómo recuperar y conservar el patrimonio natural del país. El proyecto, que hoy se encuentra en verificaciones por parte del Ministerio e suna de las banderas de la alcaldía. 


“Estamos recordándoles a los barranquilleros que tenían una playa, que tenían un complejo cenagoso, que tenían al lado al río Magdalena –señala Pumarejo–. Y que todo eso lo pueden usar para disfrutarlo, pero también para que se genere empleo. Además porque cuidar la ciénaga es obligarnos a cuidar todo lo que hay a su alrededor”. 


El funcionario, quien ha sido el principal impulsor del proyecto, señala que la construcción no habría sido posible sin el apoyo de diferentes entidades como la financiación del BID, la Agencia Francesa de Cooperación, el Banco de Desarrollo de América Latina, la academia a través de universidades como la Uninorte o la Uniatlántico, organizaciones como Conservación Internacional y entidades como la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (C.R.A.), por nombrar algunos.

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