Por: Katerin Erazo, Periodista
Foto tomada de: Ecoologic
El pasado 19 y 20 de septiembre se llevó a cabo la II Convención Internacional de Emergencia Climática 2023 en la ciudad de Bogotá. Este encuentro congregó a más de mil personas en la Cámara de Comercio, en el que su objetivo principal fue promover el intercambio de conocimientos, reflexiones e inspiración para abordar de manera efectiva la crisis climática que enfrenta nuestro planeta. (Ver: Bogotá se prepara para la Convención Internacional de Emergencia Climática 2023)
La II Convención Internacional de Emergencia Climática reunió a un amplio espectro de expertos y líderes nacionales e internacionales de diversas organizaciones, entidades gubernamentales y ONGs. A lo largo de dos jornadas llenas de emoción, se exploraron temas clave para la gestión climática, incluyendo género y clima, calidad del aire, movilidad sostenible, finanzas climáticas, biodiversidad, economía circular y desarrollo urbano resiliente.
Una de las ponentes fue Bina Venkataraman, asesora para la innovación en el cambio climático en el Gobierno de Barack Obama. Su mensaje resonó profundamente entre los asistentes, instándolos a mantener el optimismo y a encontrar nuevas formas de aprovechar las oportunidades que la naturaleza nos ofrece para la restauración ambiental.
El evento contó con la participación de expertos de renombre internacional, como Ferruccio Santetti, director regional en América Latina y el Caribe del Instituto Global para el Crecimiento Verde (GGGI); Andrea Bizberg, asesora técnica en calidad del aire en C40 Cities; IIan Cuperstein, director regional de C40 para América Latina; Natalia Lever, directora para América Latina de The Climate Reality Project; y Cristina Argudo, subdirectora regional de C40 para América Latina, entre otros.
Alejandra Cifuentes, directora de involucramiento y gobernanza climática de Camino Hacia Carbono Neutral, compartió sus reflexiones sobre este evento. Más de 60 invitados, tanto nacionales como internacionales, se unieron para participar en diálogos climáticos, talleres, conversatorios y paneles de discusión centrados en cuestiones cruciales para la agenda climática de nuestro país.
Entre estos temas, Cifuentes mencionó que se abordó el futuro de la emergencia climática, dado que el departamento de Antioquia y la Ciudad de Bogotá han declarado estados de emergencia climática, definiendo las acciones estratégicas necesarias para avanzar hacia un territorio resiliente y carbono neutral. Además, se profundizó en otros temas esenciales para lograr este objetivo, como el desarrollo urbano resiliente, las finanzas climáticas, la biodiversidad y los ecosistemas, y cómo estas estrategias de conservación desempeñan un papel fundamental en la implementación de soluciones basadas en la naturaleza.
También se exploraron temas como el crecimiento verde, la economía circular, los empleos verdes, la movilidad sostenible, la calidad del aire y la gobernanza de la emergencia climática. Un aspecto crítico, especialmente en el contexto de Colombia y otros países latinoamericanos y caribeños, es la equidad de género y su integración en las acciones climáticas. En este espacio se profundizó en este tema, destacando la importancia del enfoque de interseccionalidad para distribuir de manera justa tanto los beneficios como las responsabilidades del cambio climático entre hombres y mujeres, permitiendo que ambos géneros accedan a oportunidades en la acción climática y mitiguen los efectos de la crisis.
Además, se resaltó la relevancia del panel de gobernanza climática, en el cual Natalia Leber, directora de Climate Reality América Latina, analizó los compromisos de las grandes industrias frente a la crisis climática y se señaló un tema controvertido relacionado con la presidencia de la COP28, que recae en uno de los presidentes de la mayor empresa de petróleo de los Emiratos Árabes Unidos, lo que plantea un conflicto de intereses.
Durante estos dos días de encuentro realizaron un llamado a la acción y al compromiso del sector privado para acelerar la acción climática. Simultáneamente, se llevó a cabo la Academia Cero Emisiones, un espacio liderado por C40 Cities y la Alcaldía Mayor de Bogotá, destinado a visibilizar las acciones y estrategias de las áreas de cero emisiones en la región.
Durante la convención, se anunciaron estrategias clave implementadas por el Distrito y el departamento de Antioquia, que se convertirán en legados para futuras administraciones. La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, destacó la importancia de su mandato al tiempo que celebraba la concreción del Plan de Acción Climática, el Plan de Movilidad Sostenible y el Plan de Ordenamiento Territorial, proyectos que están alineados y que sirven como inspiración para otras ciudades de Colombia y el mundo.
Por su parte, Carolina Urrutia, secretaria de Ambiente de Bogotá, señaló que la Política de Acción Climática del Distrito, ahora política oficial, guiará la transición energética de la ciudad hacia la neutralidad de carbono en 2050 y la resiliencia ante el cambio climático.
En Antioquia, el compromiso con la acción climática también es evidente, siendo el primer departamento en declarar la emergencia climática en el país. Se trabaja en la reducción de emisiones y en la gestión de la emergencia climática como modelo de referencia.
En el marco de la convención, se anunciaron logros significativos, como la reducción de los gases de efecto invernadero en Bogotá en casi un 20% desde 2017 hasta 2022, el respaldo al referendo por los animales para prohibir las corridas de toros y la creación de las Zonas Urbanas por un Mejor Aire (ZUMA).
Según Alejandra Cifuentes, otro tema de suma importancia que se abordó fue el financiamiento climático, una cuestión crítica en Colombia, que enfrenta una brecha de más de 2 billones de pesos en este ámbito. Cifuentes explicó que la falta de recursos financieros es un obstáculo para que las comunidades y los territorios puedan llevar a cabo proyectos de la envergadura necesaria para alcanzar las metas nacionales en materia climática.
En este contexto, se llevó a cabo un taller sobre financiamiento combinado, en el que participaron proyectos en sus etapas iniciales de formulación y emergieron con un sólido modelo de financiamiento climático. Durante este taller, se identificó cómo estos proyectos se alineaban con los objetivos de desarrollo sostenible y contribuían a las metas nacionales de mitigación y adaptación al cambio climático, en el contexto de la Contribución Nacionalmente Determinada de Colombia. Esta contribución busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 51% para el año 2030, y cuenta con 32 medidas de mitigación y 30 medidas de adaptación. Además, se analizó cómo estos proyectos se ajustaban al actual Plan Nacional de Desarrollo y cómo contribuían a aspectos estratégicos, como las comunidades energéticas, la transición justa y el crecimiento económico e industrial a través de la innovación y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Al finalizar el taller, los participantes recibieron un manual y una hoja de ruta que pueden aplicar en la ejecución de proyectos de descarbonización. También se exploró cómo comunicar de manera efectiva la crisis climática a través del arte, y para ello se contó con la participación de artistas que utilizaron diversas formas de expresión, incluyendo la música, el diseño y la ilustración, para transmitir de manera impactante el mensaje sobre la urgencia de abordar esta crisis climática.
Es por esto que la cultura y el arte desempeñaron un papel fundamental para enriquecer el evento. Actuaciones del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idiprón), la Fundación Orquesta Sinfónica de Bogotá y Latin Latas inspiraron a los participantes y enfatizaron la importancia de la acción climática. Además, se llevó a cabo una muestra comercial que destacó negocios verdes e iniciativas sostenibles, promoviendo productos con impacto positivo en el medio ambiente.
Alejandra Cifuentes destacó la importancia de los espacios de participación de la sociedad civil en el evento. Se mencionó la veeduría del acuerdo distrital, específicamente el acuerdo 790 que declara la emergencia climática. En estos talleres se abordó un tema de gran relevancia que será discutido en la COP28: las pérdidas y los daños. Se discutió cómo avanzar hacia la creación de un fondo de pérdidas y daños, en preparación para la delegación colombiana que asistirá a la conferencia de las partes en Dubái este 2023.
Además, durante este vento se compartieron experiencias territoriales sobre el avance hacia zonas de bajas y cero emisiones, una iniciativa promovida por C40 que insta a las ciudades a reducir sus emisiones, especialmente en el sector del transporte, y a establecer zonas en las ciudades donde se reduzcan significativamente estas emisiones.
Este desafío implica una planificación territorial integral, una revisión del ordenamiento territorial, inversiones en infraestructura para el transporte y la movilidad sostenible, así como la formulación de políticas y regulaciones ambientales más estrictas, incluyendo la definición de límites máximos permisibles para la reducción de contaminantes climáticos de vida corta, como el material particulado, un tema que se abordó y que reviste gran importancia.
Alejandra Cifuentes mencionó que se espera que continúen surgiendo espacios como estos, ya que tanto el Gobierno central como las autoridades locales, como la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Bogotá, invitan a la ciudadanía y a aliados estratégicos a participar activamente en ellos. Estos espacios permiten la conexión, la formación de alianzas estratégicas y el intercambio de conocimientos sobre nuevas tecnologías, iniciativas y procesos de gobernanza en curso en los territorios para hacer frente a la crisis climática.
Este evento fue posible gracias a la colaboración de numerosos aliados, incluyendo el Fondo Acción, Camino Hacia Carbono Neutral, C40 Cities, Global Green Growth Institute (GGGI) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
La II Convención Internacional de Emergencia Climática concluyó con éxito, dejando un legado de aprendizaje, reflexión y optimismo. Ahora, la invitación es a trabajar juntos, proponer acciones concretas para enfrentar este desafío y mantener una expectativa positiva sobre el futuro, con la naturaleza como aliada para la prosperidad de todos y todas.
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