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Historias de resistencia juvenil en Santa Marta

Por: Colombia joven y Conflictos asociados al desarrollo-Pares


El pasado violento y su relación con las economías ilegales tienen sus orígenes en diferentes momentos coyunturales del distrito turístico de Santa Marta: la bonanza de la marihuana, las guerrillas, la bonanza cocalera, el paramilitarismo y los falsos positivos. A esto se suma la escasa presencia del Estado y la carencia de los productos básicos en salud, educación y servicios públicos. De esta guerra, de acuerdo con las autoridades locales, la población víctima entre los 13 y 26 años equivale al 27.8% del total de víctimas registradas.

La radiografía del conflicto armado en el distrito la componen las organizaciones guerrilleras, que coparon las zonas bajas y altas del Magdalena. El distrito de Santa Marta y su zona rural fue el principal corredor de movilidad entre los años 80 y 90, posteriormente empezaron a movilizarse hacia las zonas altas por la constante aparición de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Como consecuencia de estas disputas territoriales la población civil sufrió con sevicia la capacidad ofensiva de los actores armados y su lucha constante por posesionarse y ejercer el control. Situación que desembocó en masacres, desplazamientos forzados, asesinatos selectivos, secuestros y expropiaciones. El distrito de Santa Marta tiene como particularidad, que es camino y zona de abastecimiento obligado para paso hacia otros departamentos, ciudades y poblaciones.

Las AUC, por su parte, aparecen como estructuras al servicio del Estado y la protección de los terratenientes, comerciantes y finqueros. En 2006, después de la última desmovilización del Frente Resistencia Tayrona de las AUC, la presencia de grupos armados ilegales organizados se complejizó. Diferentes grupos y estructuras han intentado permanecer y consolidarse como actor dominante en la región. Además de las estructuras armadas reconocidas a nivel nacional, como los Rastrojos, el Clan del Golfo, las Águilas Negras, en Santa Marta nacieron dos grupos tras ese proceso de dejación de armas: el bloque Cacique Arhuaco y el Bloque Nevado; estos no tienen expresión en otras regiones del país, pero heredaron buena parte de la estructura de lo que era el paramilitarismo en la Sierra Nevada de Santa Marta (SNSM).

Finalmente está el tema de los falsos positivos militares, que, aunque no hay datos estadísticos precisos, según el portal Vidas Silenciadas, entre el 2000 y el 2007, se reporta en el distrito 4 muertes asociadas a esta práctica; sin embargo, el número es mayor porque no existe un registro acertado. Por ejemplo, los paramilitares en las audiencias de Justicia y Paz han relacionado a más de 20 personas víctimas en esta zona.

Las dinámicas de conflicto siguen en el territorio. En 2016, la tasa promedio nacional de homicidios fue de 23.62, Santa Marta se ubicó por debajo de ese promedio y del de Medellín con una tasa de 17.90. En este periodo se redujo el número de homicidios de 39 reportados en 2015 a 33 en 2016, pero se mantuvo la tendencia del grupo entre 20 y 24 años como el más afectado. ¿Cómo apartar a la población joven de esto?

En el Distrito Turístico de Santa Marta se identifica una asociatividad juvenil con fortaleza. Se destaca la Plataforma Municipal de Juventud, que fue creada en el marco del Estatuto de Ciudadanía Juvenil, que reúne a un amplio número de organizaciones del territorio y que permite desarrollar y discutir los temas relevantes para la juventud.

Este distrito también tiene la Política Pública de Juventud de Santa Marta, instrumento que permite dinamizar las temáticas juveniles, y garantizar los derechos de los jóvenes. Esta política se gestó con un importante aporte y protagonismo de los jóvenes del distrito.

Dentro de los procesos organizativos juveniles más destacados se encuentran los que están agrupados en torno a la Universidad del Magdalena; así como los que se encuentran dentro de los Scouts, que se destacan por su conocimiento y organización; y la Asociación de Juventud de Santa Marta (Asojuventud), entre otras.

Las organizaciones juveniles de Santa Marta se ubican sobre todo en la zona urbana del Distrito, por ser la que concentra la mayor parte de población joven y población estudiantil que hace parte de los procesos y practicas organizativas.

Iniciativas juveniles

Guardianes de la Sierra

Ubicación: Minca, Santa Marta

Objetivo: proteger la tierra y generar conciencia ambiental.

Logros: desarrolla actividades hace tres años.  Realiza jornadas de limpieza, talleres de reciclaje y jornadas de reforestación. Asimismo, la organización logró en la primera jornada de limpieza dejar la calle del parque sin ningún tipo de residuo sólido; realizar murales con conciencia ambiental y apoyar el control de incendios.

Regalando sonrisas

Ubicación: localidad 3 de Santa Marta, en los barrios La Paz, Circacia, Bellavista, Torre 15, El Socorro, Puerto Mosquito, La Quinina y Gaira.

Objetivo: nace hace cuatro años de la necesidad de regalarle un momento diferente, una sonrisa, a muchos niños que no han vivido los mejores comienzos. el objetivo de este proyecto social es aportar al progreso de la comunidad samaria y espera en los próximos 4 meses, fortalecer la formación intrapersonal en la comunidad y crear un semillero de liderazgo.

Logros: la organización ha evitado la vinculación de niños en el narcotráfico, un ambiente de trabajo intergeneracional y afianzamiento. Ha realizado de talleres de afianzamiento, la creación de la Escuela líderes padres de familia, prácticas deportivas con la comunidad y la iniciativa “Regala una sonrisa a la navidad”.

Equipo El equipo que desarrolla esta iniciativa se encuentra compuesto por cuatro miembros líderes entre los 20 y 23 años, y quince voluntarios.

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