Por: Redacción Pares

Hace año y medio Fernando Botero murió en Italia. Empezó una leyenda que ha sido refrendada en las galerías y subastas del mundo. Incluso en algunas de esas subastas se alcanzaron precios records. Botero era un artista integral, su pasión era pintar. Más que catalogar, fichar, guardar, le apasionaba era el acto de creación. Cuando muere, hay algunas obras que quedan sueltas. Esto evita que se tenga el control absoluto de su legado. A Botero le sobrevivieron tres hijos, Fernando, Lina y Juan Carlos. Las decisiones que se han tomado en torno a algunas de sus obras han generado resquemores entre ellos. Esto se evidenció la semana pasada. Fernando Botero hijo tomó la decisión de llevar dos de sus obras a una subasta en Arabia Saudita. Además de su talento, el artista colombiano tenía una consciencia social, una crítica política siempre encendida. Por eso fue renuente en vida a ir a exponer en lugares en donde se desprecian los derechos humanos. Esto no le importó a su hijo. Respaldado por la casa de exposiciones Sotheby’s se subastaron dos de sus obras, la pintura de un hombre a caballo y la escultura de un hombre desnudo. Si bien en la subasta se vendieron otras obras de pintores como Refik Anadol y René Magritte, también la subasta venía con camisetas de jugadores de fútbol y guayos. Una de las obras no se vendió -la del hombre desnudo teniendo en cuenta las restricciones que hay con este tipo de manifestaciones artísticas- y la otra se hizo a un precio muy bajo.
En las galerías del mundo el chisme empezó a difundirse. Galeristas expertos coincidían en que este hecho le hacía un flaco favor al legado del pintor. A través de la W Radio se reveló que existen roces entre los herederos del pintor por decisiones que se han venido tomando con su obra desde la muerte del artista. La obra vendida en la histórica ciudad de adobe de Diriyah en Arabia Saudita se llama Mujer de sociedad. El hombre que la compró es un negociante llamado Amr Zedan y pagó 1 millón de dólares.
Sotheby’s está intentando expandirse en Arabia Saudita. A ella asistieron 250 personas y la mayoría afirmó que los precios podrían ser ligeramente más baratos que los que se encuentran en este tipo de subastas en Londres, París o Nueva York. El precio de un cuadro de Botero es mucho más elevado que el que se pagó en Arabia Saudita. Esto podría hacerle daño al legado del maestro y por eso, la decisión de Fernando, de subastarla en este país, con los problemas de violación de derechos humanos y manejando precios inferiores podría golpear de manera irreversible una de las obras más sólidas del mundo del arte.
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