Hasta el alcalde de Cúcuta está amenazado: en Norte de Santander la guerra no para
- Oficina del oriente de Pares
- 29 abr
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Por: Oficina Oriente de Pares

Norte de Santander continúa siendo un epicentro de violencia que no solo afecta a las zonas rurales, ahora se extiende a los cascos urbanos. Los recientes hechos violentos, como el ataque a la policía en Bucarasica, el asesinato de 3 civiles en Tibú, y las amenazas al alcalde de Cúcuta, lo confirman.
El 26 de abril, un ataque armado en Bucarasica dejó gravemente herido al sub intendente Jorge Armando flores Álvarez, quien fue baleado mientras realizaba labores de control en la entrada al municipio. El uniformado fue trasladado de emergencia a Cúcuta en un helicóptero policial, evidenciando la gravedad del incidente. Se estima que el ataque fue perpetrado por unidades del ELN.
Ese mismo 26 de abril, en Tibú, uno de los municipios más golpeados por la violencia, el asesinato de dos mujeres y un hombre conmocionó a la comunidad. Entre las víctimas, una madre de 2 hijos fue ejecutada, y sus pequeños fueron secuestrados por el ELN. Posteriormente, los menores fueron entregados a un presidente de una Junta de acción comunal, un gesto que no mitiga el horror de la pérdida ni la crueldad del acto. Estos asesinatos, dirigidos contra civiles, evidencia en la degradación del conflicto, que la población no combatiente se convierte en blanco de retaliaciones y mensajes de control territorial. Frente a este caso, circulan dos versiones. Según la primera hipótesis, las víctimas viajaban en un bus intermunicipal cuando fueron interceptadas por ELN, quién es los obligaron a descender y los ejecutaron. Por su parte, el ELN sostiene que las víctimas eran utilizadas como escudos humanos por el Frente 33, tras un ataque sorpresivo de este grupo minutos antes. Más allá están narrativas opuestas, la trágica realidad es que tres vidas se perdieron, dejando un profundo dolor en la comunidad, y, en particular, a dos hijos que ahora enfrentan la devastadora pérdida de su madre.
Por otro lado, en Cúcuta, el alcalde Jorge Acevedo ha recibido amenazas directas del grupo delincuencial denominado “Ak-47”, quienes serían, presuntamente, los responsables de la inseguridad céntrica en la capital del departamento. La amenaza directa al número privado del alcalde, y la advertencia difundida a través de un video en el que aseguran que no quieren ver mujeres embarazadas ni niños en el centro, es una muestra fehaciente del terror que imponen los actores ilegales en la ciudad.
La escalada de violencia ha generado un profundo sentimiento de incertidumbre entre los habitantes de Norte de Santander, especialmente en municipios que históricamente no habían sido epicentros del conflicto. Lugares como Bucarasica, Lourdes, Chitagá, enfrentan una nueva realidad, donde los enfrentamientos, atentados, y amenazas, se han trasladado de las veredas a los centros urbanos.
En medio de este contexto, se debe resaltar otra arista: la movilización de todos los frentes del Bloque Magdalena Medio hacia el Catatumbo, con el objetivo de contribuir a una fase avanzada del proceso de paz, mediante el tránsito a zonas de ubicación.
Norte de Santander vive en un estado de zozobra, sin claridad sobre cuándo o cómo terminará la violencia. Recordando, cada día, que la guerra destruye vidas, tejido social, y confianza en el futuro.
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