Por: Línea Convivencia y Seguridad Ciudadana
El enfoque de seguridad humana y la Paz Total
El enfoque de Seguridad Humana es un elemento fundamental para la reforma de la Policía. Como lo ha señalado el actual presidente, dicho enfoque propone hacer énfasis en el respeto de los DD.HH., priorizando la vida como objetivo primordial de la seguridad. En esta medida, la adopción del mismo en la gestión de la seguridad se alinea con la propuesta de justicia restaurativa y paz total.
La Asamblea General de la ONU, mediante la Resolución 66/290 de 2012 señala que la seguridad humana es “un enfoque que ayuda a los Estados Miembros a determinar y superar las dificultades generalizadas e intersectoriales que afectan a la supervivencia, los medios de subsistencia y la dignidad de sus ciudadanos”. Del mismo modo exige “respuestas centradas en las personas, exhaustivas, adaptadas a cada contexto y orientadas a la prevención” (ONU, 2011).
En este sentido, cambia la perspectiva con respecto al crimen y la violencia, pasando de un enfoque punitivo que criminaliza el delito, a otro que pretende actuar en las causas que lo originan. De esta manera, la seguridad humana renuncia a un accionar exclusivamente militar y pretende desplegar acciones para articularse con el conjunto de la institucionalidad del Estado. Para el presidente Petro es necesario que “se identifique que las causas del crimen son múltiples, no es una, son múltiples, muchísimas tienen que ver con las circunstancias sociales en las que se desarrolla una población” (Petro, G., 20 de agosto de 2022, discurso de posesión Cúpula Militar).
En lo referente a la Policía Nacional, la seguridad humana necesariamente pasa por eliminar la doctrina del enemigo interno que, según el mandatario, es la que ha justificado el hostigamiento a la sociedad. Se trata de un redimensionamiento de la institución en el que se recupere el carácter civil del cuerpo policial, por tanto, de redefinir sus funciones y prioridades (Plan de Gobierno, p. 44).
Dicho enfoque tiene impactos en la presentación de los resultados operativos que hasta ahora han medido la gestión de la Policía, ya que, como lo señala el presidente “la seguridad humana cambia el objetivo, la esencia de lo que se ha hecho en esta materia”. Por lo tanto, se busca transformar la medición de los resultados, no ya por el número de bajas, sino por “el aumento de la vida” (Petro, G., 20 de agosto de 2022, discurso de posesión Cúpula Militar).
Si bien el nuevo mandatario ha señalado en sus intervenciones la importancia de este enfoque en la reforma a la Policía y en la garantía de una Paz Total, persisten muchas dudas frente a cómo se adoptará la seguridad humana en la gestión territorial de la seguridad. En una reciente declaración, el actual ministro del Interior, Alfonso Prada, señala que una de las directrices en este sentido apunta a otorgar la función de Jefes de Orden Público a los alcaldes del país (Blu Radio,2022).
Actualmente existe una desconexión entre las comandancias de Policía en los municipios y las alcaldías. Esto debido a que la gestión de la seguridad recae en gran medida en la Policía y a que las líneas de mando están centralizadas en las direcciones nacionales y regionales de esta institución. Por lo tanto, dar funciones a los mandatarios locales como jefes del orden público permite dotarlos de la autoridad necesaria para que puedan disponer de las acciones de la Policía en materia de prevención y operación. Esto representa un gran reto, ya que modificar las líneas de mando puede generar molestias al interior de la Policía.
Como se mencionó, la reforma a la Policía es uno de los factores que compone la fórmula de la Paz Total, pero esta no viene sola. La justicia restaurativa propuesta por el ministro de Justicia, Nestór Osuna, plantea un abordaje de los conflictos asociados a la seguridad y convivencia ciudadana a través del diálogo entre víctima y victimario, así como de las penas alternativas de aquellos delitos denominados “menores”.
Esta transformación en la gestión de los conflictos implica dejar de lado el discurso punitivista de “el que la hace la paga”, para abordar una perspectiva de seguridad que se adecúe al contexto, atendiendo de manera integral e interseccional a la ciudadanía.
Esta apuesta puede ser muy ambiciosa ante el contexto actual en el que el uso de la violencia como mecanismo de solución de conflictos es persistente. El incremento en los delitos de alto impacto, así como el aumento de las riñas y el porte armas, indican un contexto de seguridad deteriorado que requiere de acciones urgentes para hacerle frente. Por lo tanto, la adopción del enfoque de seguridad humana exige celeridad y efectividad.
A pesar de estas propuestas, la realidad es que la reforma a la Policía ha generado bastante ruido al interior de la institución, provocando especulaciones sobre cual será su rol en los siguientes cuatro años y la disposición que tendrán los uniformados de acatar las ordenes del ejecutivo. Frente a esto, solo queda esperar que dichas transformaciones rindan frutos en términos de la seguridad en el país.
El cambio de cúpula
Una situación que ha generado molestias tiene que ver con el cambio de la cúpula, la salida de más de 21 generales ha tenido reacciones a favor y en contra. Según el monitoreo realizado por la Línea Convivencia y Seguridad Ciudadana de Pares, algunos de estos funcionarios retirados de sus cargos habrían cometido faltas graves (que incluso constituyen delitos), dentro de las que se encuentran casos de corrupción, favores a organizaciones delincuenciales e incluso violaciones a los DD.HH.
Con la selección de los nuevos directores, el gobierno de Gustavo Petro busca dar un mensaje de prioridad de la perspectiva de DD.HH. al interior de la institución. Por primera vez, dos mujeres ejercerán cargos directivos dentro de la institución; estas son la Brigadier General(a) Yackeline Navarro Ordóñez, como la nueva subdirectora general de la Policía; y la Coronel Olga Patricia Salazar Sánchez, que asumirá la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN).
Sin embargo, con estos nombramientos la línea de mando sufrió algunos cambios que pueden ser problemáticos, ya que no prioriza la jerarquía militar, sino la organizacional. Esto hace parte de las directrices del nuevo enfoque de seguridad humana y busca garantizar la adopción de las perspectivas de DD.HH. más allá del principio de autoridad. A los ojos algunos de los miembros de la Policía, esto demuestra un desconocimiento de la institución y puede provocar futuras disputas que afecten el cumplimiento de algunas funciones. Lo cierto es que, como toda transformación, provoca resistencias.
Referencias
Naciones Unidas. (2011). El enfoque de la seguridad humana desde tres estudios de caso / Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); Instituto Interamericano de derechos humanos. Disponible en: https://www.iidh.ed.cr/multic/UserFiles/Biblioteca/IIDHSeguridad/11_2011/d31ae043-1976-4d83-86e9-35323eef3393.pdf
Gobierno de Colombia. (2022). Plan de Gobierno 2022 - 2016. Disponible en: https://gustavopetro.co/descarga-programa-de-gobierno/
Blu Radio. (2022). “Queremos dotar de funciones a los alcaldes para que sean jefes del orden público”: MinInterior. Disponible en: https://www.bluradio.com/nacion/queremos-dotar-de-funciones-a-los-alcaldes-para-que-sean-jefes-del-orden-publico-mininterior-pr30
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