Por: Redacción Pares
Puede ser que el factor que volcó la elección presidencial en los Estados Unidos a favor de Donald Trump fue el apoyo del dueño de Tesla. El magnate, que no tiene la modestia entre sus virtudes, reconoció en su discurso de victoria en la madrugada del 6 de noviembre, cuando ya era obvio que sería el nuevo presidente de los Estados Unidos y le llovían las felicitaciones de los jefes de estado amigos del republicano, como el presidente de Hungría VIctor Orban y algunos que no lo son tanto como el presidente francés Emmanuel Macron, que parte del triunfo se lo debía a Elon Musk. El hombre más rico del mundo, quien hasta hace unos años era un enemigo declarado de Trump, empezó a apoyar al republicano desde principios de este año. Hay que recordar que por su difusión de fake news y sus discursos de odio, Twitter, antes de llamarse X y ser propiedad de Musk, tenía vetado al nuevo presidente. Pero con Musk regresó.
Una buena parte de su discurso se lo dedicó al inventor de origen sudafricano quien, esta madrugada, vio los frutos de haber apostado por el caballo ganador: las acciones de Tesla subieron en un 12%. Musk, quien tiene entre sus proyectos inmediatos llevar una colonia humana a Marte en los próximos diez años, fijó en su cuenta de X esta frase “América es una nación de construcciones, tendrás la libertad de construir”.
Las encuestas empalidecen ante la realidad. Trump también ganó el voto popular. Todas las teorías fracasaron. Trump obtuvo la victoria en los siete estados que estaban supuestamente comprometidos. Sobre las dos de la mañana ya el triunfo de Trump era inminente. Buena parte del progresismo norteamericano estaba en contra del candidato republicano. En las últimas horas se habían difundido mensajes de estrellas de Hollywood como Harrison Ford invitando a votar por la candidata Kamala Harris. En el transcurso de la noche la sede de campaña demócrata se apagó desde muy temprano. Jamás llegó a su sede en Washington. Aún no se sabe cuando saldrá a reconocer la derrota. Es complicado que esto suceda. Hay que recordar que Donald Trump jamás reconoció su derrota contra Joe Biden ocurrida en el 2020. Así que la llamada de camaradería que debería hacer Kamala por ahora se va a posponer.
Ha llamado la atención la tardanza con la que los medios tradicionales de Estados Unidos no han aceptado aún la victoria aplastante de Trump. Sobre las cinco de la mañana aún se resistían a reconocer la verdad. Es que nadie esperaba que el republicano pudiera quedarse no sólo con el congreso sino con el voto popular. Al final lo que pesó fue el bolsillo. A los demócratas le cobraron y durísimo la inflación que hubo en Estados Unidos detrás de la pandemia. En el mundo libre existe preocupación por la victoria de Trump, un personaje que va a tener mayores libertades ahora para llevar a cabo sus planes de campaña. Hay que recordar que una de sus promesas fue, justamente, la deportación masiva de inmigrantes, terminar de construir un muro y empezar a recortar bienestar social.
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