Por: Redacción Pares
Foto tomada por: Sergio Saavedra
La guerra en Tumaco está por cumplir 30 años. Su posición geográfica la convierte en uno de los puertos más efectivos y estratégicos del Pacífico. Las guerrillas del ELN y de las FARC llegaron a este lugar de Nariño entre 1994 y 1997. Trajeron la coca. El frente 64 del Comando Conjunto Occidental de las FARC se posisionó en el negocio del narcotráfico. Ante los divididedos económicos que estaba surgiendo desde Tumaco lo hizo un blanco apetecido por los grupos armados. Por eso Carlos y Vicente Castaño envían a finales del siglo XX a hombres para apoderarse del negocio. Esto generó más de 170 mil víctimas de diferentes tipos de violencia que van desde el desplazamiento forzado, hasta la desaparición y el asesinato selectivo. Según el Registro Unico de Víctimas a marzo del 2020 se reconocían 95 mil familias víctimas de desplazamiento y 721 personas dadas por desaparecidas.
Foto tomada por: Sergio Saavedra
En Tumaco no quieren más la guerra, están hartos. Por eso este fin de semana -sobre todo el domingo 22 de septiembre- fue la sede del primer ciclo de conversaciones entre el gobierno y la Segunda Marquetalia. La mesa de diálogo había estado congelada, entre otras razones, por la inconformidad de este grupo armado con el pedido de extradición que aún mantiene Estados Unidos contra su máximo jefe, Iván Márquez. Con un coliseo atestado 350 líderes de paz dialogaron acerca de las propuestas de paz que tienen para mejorar el territorio.
Foto tomada por: Sergio Saavedra
Sergio Saavedra, periodista de la Fundación Pares, estuvo allí. Uno de los jefes negociadores del gobierno, Armando Novoa, habló con Pares y esto fue lo que dijo: “Hemos culminado el evento por las transformaciones territoriales en Tumaco, cumplimos con el cometido que nos trazamos de presentar los avances de las mesas de conversaciones y fijamos la fecha para el segundo ciclo que se llevará la segunda semana de octubre en Cuba”. Se han tenido algunos traspies pero se pudo realizar un evento acompañado por tres mil personas y se superaron algunos obstáculos que por problemas de comunicación se habían interpuesto en la agenda. Nuestro periodista le preguntó a Novoa porque se había escogido a Tumaco y la respuesta es porque la Segunda Marquetalia tiene una fuerte presencia y “porque así lo acordamos ambas partes y desde Tumaco mandamos un mensaje: se puede andar por este camino, el de la paz y el pueblo nos reiteró su interés con la presencia en este coliseo”.
Foto tomada por: Sergio Saavedra
Alias Walter, uno de los delegados de La Segunda Marquetalia en la mesa de negociación le dijo a Sergio Saavedra que el encuentro había sido “muy positivo el encuentro” Los compromisos de la Segunda Marquetalia fueron los siguientes “Para nosotros desde la época de Marulanda, Alfonso Cano y Jacobo Arenas el gran objetivo de las FARC siempre ha sido la paz. Pero es el pueblo colombiano el que tiene que empoderar la paz, son los pueblos unidos, movilizados, no es la guerrilla o el gobierno sino el pueblo movilizado los que paran la guerra”. Saavedra preguntó por el desescalamiento de la violencia, Walter respondió “Hay que hacerlo más adelante, en los acuerdos hubo un plan de desminado pero estos acuerdos fueron traicionados”. Además confió en que con este gobierno se debe avanza y afirmó que se necesita la continuidad del gobierno Petro.
Edinson Obando, líder social de Tumaco afirmó que todo se depende de la comunidad. Lo que requieren por parte de las partes para que esa paz sea concretada, para Obando, se necesita “para que pueda haber una credibilidad es que los acuerdos se cumplan. Hay muchos factores para llegar a sentirnos otra vez sacudidos por los vientos de la paz es que haya inversión en territorio y que nos miren, nos protejan, se debe tener la libertad de movernos de expresernos y este espacio tiene sentido si se pueden cumplir”.
Foto tomada por: Sergio Saavedra
Uno de los problemas que entraron a resolver en esta mesa de negociación fue la aparición de miembros de la Segunda Marquetalia en el Páramo de Sumapaz. Desde el coliseo se constató un clima especial para abordar estos temas, con gente desde las gradas emocionadas porque podían por fin palpar algo que parecía una utopía: la paz en Tumaco y en los territorios nacionales puede ser posible.
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