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Gobierno y ELN: luego de la tempestad, buen viento y buena mar

Por: Luis Eduardo Celis


Inició el año movido por el trino de medianoche del 31 de diciembre en el que el presidente Gustavo Petro anunciaba: "Hemos establecido un cese bilateral de fuego", mencionando entre los comprometidos en ese cese bilateral al ELN, lo que fue desmentido por el grupo guerrillero en un pronunciamiento del 03 de enero y ratificado en otro pronunciamiento de su Comando Central el 09 de enero, y definiendo la situación resultante de este desencuentro como "crisis".


A pesar del pesimismo de algunos y de los titulares alarmistas de los medios de comunicación, debe resaltarse que este es un proceso que viene por buen camino desde el comienzo del nuevo gobierno y que, habiendo aprendido las lecciones necesarias, la negociación con el ELN sigue teniendo buen viento y buena mar para este 2023.


En la primera semana del nuevo gobierno, exactamente el jueves 11 de agosto se fueron a La Habana el canciller Álvaro Leyva Durán, el senador Iván Cepeda y el Alto Comisionado de Paz Danilo Rueda, acompañados del director de la Misión de Acompañamiento y Verificación de la ONU, Carlos Ruiz Massieu, y Monseñor Héctor Fabio Henao. Su tarea: establecer el primer contacto con la delegación del ELN que había permanecido en la isla durante los cuatro años del gobierno del presidente Iván Duque y ofrecer las debidas excusas al solidario gobierno del presidente Miguel Díaz Canel ante tanto atropello por parte del expresidente Duque y las duras circunstancias afrontadas por el gobierno cubano al ser incluidos por la administración Trump en una lista de supuestos patrocinadores del terrorismo por la presencia del ELN en su territorio.


Esta primera visita del gobierno colombiano cumplió plenamente los objetivos: reconocimiento a Cuba por todo su trabajo y compromiso, y un mensaje claro a Colombia y al mundo: el Gobierno Colombiano y el ELN van a adelantar un proceso de paz para concluir el largo esfuerzo de paz iniciado en 1990 por el M-19, organización de la cual proviene el presidente Petro.


El domingo 02 de octubre, la delegación del ELN salió de Cuba, acompañados por el Gobierno Colombiano, Noruega y Venezuela, rumbo a Caracas. Allí se anunció el martes 04 de octubre en sesión solemne que se instalaría una mesa formal de este proceso de paz, lo que se hizo el 22 de noviembre, sin duda una gran noticia, sólo con un reparo, esta mesa se debió instalar en la primera semana de noviembre y se hubiera contado con tres valiosas semanas adicionales de diálogo al final de 2022.


El Gobierno Colombiano conformó un equipo negociador un poco a las carreras. Todo parece indicar que el equipo fue seleccionado entre la última semana de octubre y las dos primeras semanas de noviembre, lo cual ha dado como resultado un equipo que no ha tenido el tiempo de conocerse y apropiarse de una estrategia de negociación o construirla y acometer esta importante tarea con el rigor desde el inicio de lo que implica este enorme e importante desafío para la política de Paz Total.


Las tres semanas de trabajo del primer ciclo sin duda que dejan las bases de un proceso de diálogos y negociaciones: hay un grupo de países que van a jugar un papel de garantes y acompañantes, siempre clave e importante este trabajo; se cuenta con un conjunto de protocolos para el funcionamiento de la mesa; se estableció un mecanismo para las comunicaciones; y se dio una revisión a la agenda firmada en marzo de 2016 entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y el ELN. Queda por definir la agenda de estas nuevas negociaciones en el próximo ciclo.


Igualmente, y de enorme importancia, las dos partes trabajaron en el delicado y urgente asunto de los múltiples temas humanitarios que sufren cientos de comunidades en los territorios donde persiste la violencia, acordando que van a iniciar de manera conjunta y con el apoyo de la Iglesia Católica y otras iglesias, y la comunidad internacional, acciones en el Bajo San Juan y el Calima Darién, al igual que frente al retorno de comunidades Emberá a sus territorios. También fue establecido el interés y compromiso frente a la población en situación de cárcel de integrantes del ELN, tema clave sobre el cual hay mucho por hacer.


El balance del primer ciclo es altamente favorable y deja un proceso que inicia en un ambiente de cordialidad y trabajo productivo, y que pudo tener un segundo ciclo si no se hubieran perdido tres semanas al inicio de noviembre.


La pequeña tempestad del trino del 31 de diciembre es una buena campanada de alerta para la continuidad de este proceso. Y ante un año 2023 que va ser crucial para el desarrollo de este proceso, la Fundación Paz & Reconciliación (Pares) plantea las siguientes consideraciones y propuestas para un trabajo tan exigente e importante para la política de Paz Total:


  1. El gobierno del presidente Gustavo Petro y su delegación deben trabajar en la cohesión del equipo negociador y en la estrategia y contenidos para llevar adelante este proceso.

  2. Las dos partes deben asumir el impasse del 31 de diciembre y tramitar las lecciones que les deja esta primera piedra en lo que va a ser un caminar conjunto durante los próximos 43 meses.

  3. Del segundo ciclo debe salir claramente establecida la agenda del proceso, iniciar el trabajo para establecer el cese bilateral y en lo posible definir el inicio del proceso de participación de la sociedad para lo cual deben retomar lo planteado en las audiencias de Tocancipá en octubre de 2017 y lo trabajado en el último ciclo de julio y agosto de ese mismo año.

  4. Pará el próximo ciclo sería muy importante si las partes definen la conformación de unas comisiones de trabajo para avanzar en el diseño sobre: participación de la sociedad, asuntos humanitarios y cese bilateral. Esta metodología le daría agilidad a las definiciones por tomar y que deberían ser asumidas en el segundo ciclo.

  5. Es urgente iniciar la dinámica de participación social, la cual debe tener como prioridad el Plan Nacional de Desarrollo. El Gobierno debería proponer que el primer conjunto de transformaciones a acordar en dinámicas de la sociedad tenga como destino el Plan Nacional de Desarrollo.

  6. El gobierno del presidente Gustavo Petro está en mora de darle ritmo y dinámica al Consejo Nacional de Paz como una de las principales instancias ciudadanas en la cual apoyarse para el desarrollo de la política de Paz Total en general y para el proceso del ELN en particular.

  7. Gobierno y ELN tienen en este 2023 el reto de darle ritmo, dinámica y resultados concretos a un proceso de paz que tiene el buen derrotero de que se puede ir acordando e implementando.


Este proceso de paz tiene buen viento y buena mar y todas las pequeñas o grandes tempestades que vendrán se podrán asumir porque hay convicción y compromiso de paz tanto en el Gobierno como en el ELN, y hay urgente necesidad de paz en la sociedad colombiana.

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