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Frente al hambre, renta básica progresiva ¡Ya!

Por: Luis Eduardo Celis. Columnista Pares.


Las cifras de pobreza extrema y vulnerabilidad social han crecido en medio de la pandemia en curso y con perspectivas de empeorar en un clima de incertidumbre. Esto se traduce en sufrimiento para millones de personas que no tienen ingresos o por lo menos.no tienen los suficientes para satisfacer necesidades básicas. Esa carencia significa hambre, física hambre que en un país con tantos recursos naturales y riqueza concentrada en unas pocas manos, es una afrenta.


Esta semana se reunió una cumbre por la renta básica. Este grupo de ciudadanos y parlamentarios promueven un proyecto de ley que será radicado este martes 16 de marzo -buena fecha que nos recuerda que en 1781 se levantaron los comuneros ante las imposiciones de la corona Española- para buscar que el Congreso de la Republica, legisle a favor de los millones que la están pasando muy mal, desde antes de la pandemia y mucho peor en medio de la pandemia.


Son muchos los aspectos técnicos a precisar sobre a qué familias debe ir esta renta básica, que en principio se propone como focalizada a los que están en la situación de mayor necesidad, pero que de manera progresiva debería cubrir al cien por ciento de familias que según unos criterios claros de necesidades y carencia de ingresos, lo requieran.


Hay recursos públicos para financiar una renta básica, que debe ser lo suficiente para cubrir la alimentación de una familia, recursos que deben ir más allá de los que hoy se asignan en programas sociales que tienen una cobertura muy limitada en numero de familias a las que llegan y que realmente debe tener una asignación que debe rondar entre los seiscientos mil pesos para una persona, y según el numero de integrantes de la familia debe ir aumentando, como lo establece la propuesta construida y soportada con estudios técnicos bien documentados.


Colombia tiene los recursos para asignar una renta básica a quienes lo requieran, que hoy por lo menos son el sesenta por ciento de las familias, pero para ello debe avanzar en una redistribución de la riqueza que se produce de manera colectiva y que se apropia en pocas manos. Este mal debe ser superado si queremos avanzar en una sociedad de derechos y mayor cohesión social, lo cual nos permitiría avanzar en un orden social de mayor equidad y salir del deshonroso lugar de ser la cuarta sociedad mas desigual del mundo y la número uno en América Latina.


La renta básica es un derecho y hay que hacerlo realidad. La iniciativa que se va a presentar este martes 16 de marzo debe surtir todos los debates que requiera, se pueden precisar muchos aspectos de focalización, implementación y criterios para que llegue a las familias más necesitadas, lo cual va a requerir un esfuerzo de identificación y unos mecanismos para que llegue como derecho y no como dádiva clientelista, y menos en tiempos electorales. Sería un buen mensaje si se aprueba con el respaldo de todas las bancadas representadas en el Congreso, un mensaje de que hay un ánimo de asumir las transformaciones que se requieren y no permitir que ninguna familia colombiana pase hambre. Es un mínimo consenso que no admite discusión.


Para las centrales sindicales, los comunales, los centros de promoción social, la diversidad de organizaciones que se han comprometido con esta iniciativa, hay que reconocerles su trabajo y la capacidad de articulación. Hay que seguir el debate de esta iniciativa en el Congreso y esperar que sea realidad a la mayor brevedad, sería un paso importante en un consenso básico y elemental.



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