Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares
Han trascurrido tres (3) años y medio desde la firma del Acuerdo de Paz en el Teatro Colón, el 24 de noviembre de 2016. Durante estos 42 meses, más de 13 mil exguerrilleros —de la otrora guerrilla del FARC-EP— continúan apostándole a la paz. Sin embargo, más del 70% de ellos se encuentran por fuera de los 24 Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), según el Consejo Nacional de Reincorporación del componente FARC (CNR FARC). De esta forma, los más de 9.000 firmantes de paz están en las denominadas Nuevas Áreas de Reincorporación (NAR), que no son reconocidas por el Gobierno Nacional.
Pares habló con firmantes de paz que se encuentran adelantando su proceso de reincorporación en las NAR. Entre otras cosas, ellos señalan que el no reconocimiento de las NAR implica la desatención del asesinato de exguerrilleros que —tras la firma del Acuerdo— ya cobró la vida de 199 firmantes de paz, hechos que mayoritariamente se perpetran por fuera de los ETCR. Además, le manifestaron a Pares que al estar por fuera de los ETCR son objeto de una estigmatización que los pone en riesgo de muerte.
Un riesgo sin proporciones
Fabián, quien actualmente se encuentra adelantando su proceso de reincorporación en una NAR al nororiente del país, cuenta que —además de la estigmatización que supone ser exguerrillero— sufrimos una estigmatización por parte de la institucionalidad por no estar en los ETCR. Es decir, hemos sido señalados y nos vinculan, peligrosamente, con las disidencias o con las economías ilegales.
Las NAR son asentamientos colectivos para ex integrantes de FARC-EP, sus familias y comunidades. Las NAR son resultado de las complejidades de la implementación del Acuerdo de Paz en el marco de la reincorporación. Fotos: Cortesía.
Fabián señala que han hecho denuncias públicas en distintas zonas del país para aclarar una situación en la que el gobierno nos pone en riesgo irresponsablemente. Nosotros no estamos en la ilegalidad, eso es una mentira. Nosotros seguimos diciendo que la única arma que tenemos para seguir en la lucha; es la palabra.
De hecho, en las regiones han creado mesas de paz, consejos territoriales de paz en los que participan periódicamente. Bajo esas acciones se pueden dar cuenta que no estamos en la ilegalidad. Le apostamos todo al proceso de paz y acá, con 200 muertos tras la firma; seguimos.
¿Qué son las NAR?
De acuerdo con CNR FARC, las NAR son asentamientos colectivos para ex integrantes de FARC-EP, sus familias y comunidades. Las NAR son resultado de las complejidades de la implementación del Acuerdo de Paz en el marco de la reincorporación.
El propósito del reconocimiento de las NAR, entre otras cosas, para el CNR FARC tiene que ver con que es la forma de garantizar los derechos de todas y todos los firmantes de paz. Asimismo, CNR FARC le confirmó a Pares que —a la fecha— han podido reconocer 91 NAR a lo largo y ancho del territorio colombiano.
Estas NAR, que surgen desde 2017, son mayoritariamente rurales, sin embargo, también las hay de carácter urbano. De acuerdo con CNR FARC, se dividen en siete (7) grandes regiones en 29 de los 32 departamentos:
Región Norte (Guajira, Cesar, Magdalena, Atlántico, Bolívar y Sucre); Región Nororiental (Norte de Santander, Santander y Arauca); Región Noroccidental (Córdoba, Antioquia, Chocó, Caldas y Risaralda); Región Suroccidente (Valle del Cauca, Cuaca y Nariño); Región Sur (Huila, Caquetá y Putumayo); Región Oriente (Vaupés, Guaviare, Meta, Casanare, Vichada y Guainía); y Región Centro (Tolima, Cundinamarca y Boyacá).
El papel de las NAR en los territorios
Según lo que le comunicó el CNR FARC a PARES las NAR responden al enfoque territorial del Acuerdo. La implementación del mismo implica territorializar programas, planes y proyectos que atiendan las necesidades de las comunidades en proceso de reincorporación.
Por ejemplo, para Valentina —quien adelanta su proceso de Reincorporación en la Región Centro— en las NAR hemos encontrado que se han unido la población exguerrillera con los campesinos, comunidades indígenas o afrodescendientes. Esto por medio de prácticas solidarias, que incluso han llegado a acuerdos sobre uso de la tierra, encadenamientos productivos, soluciones de pan coger, distribución de trabajo, etc. Por estas razones es que, además, solicitamos que las NAR tengan enfoques étnicos para el beneficio de las comunidades aledañas, precisa.
De igual forma, resalta que hay un importante ejemplo en la región centro, puntualmente en Cundinamarca. Producto de la pedagogía de paz, se han adelantado proyectos de asociatividad entre firmantes de paz y familias víctimas del conflicto armado. Casos como el de Soacha están permitiendo experiencias de reconciliación en las NAR. Así las cosas, desconocer las NAR es poner en riesgo estos procesos de reconstrucción de tejido social.
Sin reconocimiento por parte del Gobierno Nacional
Para el CNR FARC, el desconocimiento que ha manifestado el Gobierno Nacional con las NAR tiene que ver con pretender reducir el alcance de la construcción de la paz a un conjunto de medidas asistencialistas que no constituyen una política de Estado. En este sentido, no se propende por un mejoramiento en las condiciones de vida, sino por unas soluciones transitorias y superficiales que se traducen en una inadecuada administración de los recursos.
Ahora bien, para Fabián, lo que el gobierno desatiende negando las NAR es que estas son producto del desarraigo de tierra, la falta de seguridad y el incumplimiento del gobierno en el marco de la reincorporación comunitaria.
Asimismo, Cacica Atahualpa, quien se encuentra adelantando su proceso de reincorporación en la región sur del país, señala que es necesario dejar claro que no solo somos firmantes de paz quienes estamos en las NAR. Hay niños y niñas, hay mujeres en estado de embarazo, madres cabeza de hogar, adultos mayores, personas en situación de discapacidad.
Por su parte, Valentina insiste que el no reconocimiento de las NAR es una decisión política del Gobierno Nacional. A este gobierno no le interesa reconocerlas porque están organizadas, hablamos de 20 o 30 personas con familias en las NAR; eso para ellos configura un gran compromiso que tendrían que asumir.
Para el CNR FARC, el desconocimiento que ha manifestado el Gobierno Nacional con las NAR tiene que ver con pretender reducir el alcance de la construcción de la paz a un conjunto de medidas asistencialistas que no constituyen una política de Estado. Foto: Cortesía.
Por ejemplo, ante la veeduría internacional tendrían que cumplir porque, las NAR han surgido como producto del mismo proceso de reincorporación. Estamos hablando, en muchos casos, de NAR en las que las personas han sido desplazadas a punta de bala y plomo; con el asesinato selectivo de firmantes de paz. De acuerdo con Valentina, estos casos se viven en el Cauca, Chocó, Nariño, Sur del Tolima, Santander, Huila, etc.
Acá hay que señalar una responsabilidad del Gobierno Nacional por no estar atendiendo las nuevas conflictividades que plantea la implementación del Acuerdo de Paz”. Por ejemplo, continúa explicando, uno de los compromisos sería el de poner cordones de seguridad con Ejército y Policía, rutas de Salud y demás.
Las NAR son comunidades compuestas por familias. Traen consigo un tejido social alrededor de esos asentamientos. Además, las NAR le otorga un nivel de exigibilidad a las comunidades; cosa que el Gobierno Nacional no está dispuesto a otorgar.
Huila, un ejemplo de que las NAR están en la mira
Según Cacica, la situación de las NAR en el departamento del Huila es preocupante por cuenta del tema de seguridad. Hay una diferenciación, por parte del gobierno, de las garantías entre la población que está en los ETCR y quienes estamos en las NAR.
Ahora bien, la preocupación más inmediata está sobre el caso del municipio de Algeciras. Cacica insiste en que hay más de 10 familias desplazadas de personas en proceso de reincorporación en este municipio. Uno de ellos, Wilson Ramírez sufrió un atentado en el municipio de Soacha, Cundinamarca, el pasado 23 de mayo. Wilson, salió desplazado de Huila. Sobre estos casos se requiere activación de rutas de acción humanitaria.
En Huila, en este 2020, se ha registrado el asesinato de Ésder Pineda Peña, Jhon Freddy Vargas Rojas, el de Manuel Olaya, en zona rural de Neiva y en las últimas horas fue asesinado Herney Betancourth en el municipio de Campoalegre. La mayoría de los casos de asesinato selectivo lo están poniendo los firmantes de paz que están en las NAR y esa realidad es la que no quiere ver el Gobierno Nacional.
Fabián señala que, en la región nororiental, en donde hay ocho (8) NAR, estamos hablando de aproximadamente de 400 hombres y mujeres firmantes de paz. Súmele familias e hijos. Las cifras están, todo el tiempo, en construcción porque las dinámicas de seguridad hacen que las personas puedan o no mantenerse en el territorio.
Las condiciones son ‘pésimas’. Por ejemplo, yo provengo de la NAR Omaira Díaz que está ubicada en San Francisco, Antioquia. Allí hay cerca de 90 excombatientes, pero estamos todos regados alrededor de la NAR, en fincas de amigos. Esto debido a que en la NAR solo hay tres casas donde viven —aproximadamente— más de 50 personas, durmiendo confinados: niños, niñas, mujeres, adultos mayores, etc.
Este panorama se extiende a lo largo del territorio nacional frente al acceso al agua o al hecho de que completen semanas sin luz. Esta situación se repite en zonas como las, por ejemplo, San Calixto o La Gabarra (Norte de Santander). Hemos podido hablar con algunos alcaldes y, sobretodo, con la comunidad para que en los planes de gobierno se tengan en cuenta puntos priorizados para beneficio de la población que se encuentra haciendo el proceso de reincorporación.
Hijos e hijas de firmantes de paz, a la deriva
Hemos encontrado que la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) tiene el registro de los y las reincorporadas; más no el de sus hijos, hijas y familiares. Esto es importante mencionarlo porque dentro de los asesinatos ya se suman —tras la firma del Acuerdo de Paz— 40 asesinatos a familiares, asegura Valentina.
Además, señala que de manera grave hemos visto como la ARN para hacer censo nacional lo hace por medio de una llamada telefónica. De tal suerte, que si la persona no contesta es como si no existiera, no la cuentan, no registra. Se requiere que en estas zonas se haga un seguimiento al proceso de reincorporación.
Ahora bien, este tipo de preocupación se agudiza porque, según Valentina, al no ser reconocidas estas NAR no se están garantizando derechos fundamentales y por falta de condiciones en la atención en salud están muriendo niños y niñas.
Por ejemplo, Valentina recuerda la muerte del bebé de tres meses, Éver Alexander Remigio García. Hijo de una pareja de firmantes de paz, caso que Pares denunció ante la opinión pública. Éver falleció por las precarias condiciones de atención de salud que hay en Putumayo. Terminó muriendo en el Hospital Infantil Los Ángeles en Pasto (Nariño), el pasado 25 de abril de 2020.
Nosotros nos encontramos cumpliendo el proceso de reincorporación. El Gobierno Nacional debería —independientemente del lugar en el que estemos adelantando el proceso de reincorporación— cumplir con las garantías que permitan este ejercicio de camino hacía la paz, finaliza diciendo Cacica.
«La presente publicación ha sido elaborada con el apoyo financiero del Fondo Europeo para la Paz. Su contenido es responsabilidad exclusiva del Proyecto Tejidos y no necesariamente refleja los puntos de vista de la Unión Europea»
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