Especial PRIDE 3: Reconocer los Transfeminicidios
- Ghina Castrillón Torres
- 21 jun 2024
- 2 Min. de lectura
Por: Ghina Castrillón Torres.Politóloga feminista.

Según el Observatorio de Personas Trans Asesinadas, entre el 1 de octubre de 2022 y el 30 de septiembre de 2023, se denunció el asesinato de 321 personas trans y de género diverso en el mundo. Este número, similar a los 327 casos reportados el año anterior, evidencia que la violencia transfeminicida se mantiene en niveles alarmantemente altos. América Latina y el Caribe, con 236 casos, vuelven a ser la región con mayor número de asesinatos, representando el 73% de todos los casos a nivel mundial.
La situación es particularmente grave para las mujeres trans y las personas trans femeninas, que constituyen el 94% de las víctimas. A nivel global, casi la mitad (48%) de las personas trans asesinadas cuya ocupación se conoce eran trabajadoras sexuales, pero este porcentaje se eleva al 78% en Europa. Lo que resalta la vulnerabilidad extrema en contextos de trabajo sexual.
El alarmante número de asesinatos en América Latina y el Caribe, que constituye casi tres cuartas partes de todos los casos registrados, en donde Colombia ocupa el cuarto lugar con 21 casos, después de Brasil (100), México (51), Estados Unidos (31), resalta una crisis de garantía de derechos que requiere atención urgente. Y más aún desde una mirada interseccional, dado que la mayoría de estas víctimas son mujeres trans negras y de color, y trabajadoras sexuales trans, lo que añade discriminación racial y socioeconómica a la violencia transfóbica.
Lo más grave es que estos números podrían ser mayores, ya que muchos casos no se denuncian o no se registran adecuadamente debido a la discriminación institucional y la falta de sensibilización en las autoridades competentes.
Es realmente importante que los Estados adopten medidas concretas para prevenir la discriminación y la violencia contra estas comunidades. Además, porque la impunidad que caracteriza estos crímenes agrava la situación, profundizando la vulnerabilidad y sistematicidad de estas violencias.
De ahí el llamado a reconocer los Transfeminicidios, porque es fundamental para entender las particularidades de la violencia contra las mujeres trans. La violencia transfóbica se sustenta en el cuerpo y la identidad de las personas trans, lo que requiere un enfoque específico y diferenciado para su análisis.
Es esencial reconocer las particularidades del transfeminicidio para poder desarrollar políticas y estrategias efectivas que protejan a las personas trans, así como se ha avanzado poco a poco en los feminicidios, aun cuando falta mucho más por hacer.
Hago un fuerte llamado a las instituciones y a la sociedad en general a que reconozcamos la existencia específica de la violencia contra las personas trans y adoptemos un enfoque de género en las estadísticas delictivas. Los Estados deben investigar todas las violaciones de derechos humanos, incorporando enfoques diferenciados e interseccionales que respeten la identidad de las víctimas.
El análisis de la violencia contra las personas trans, especialmente el fenómeno de los transfeminicidios, es crucial para entender y abordar la discriminación que enfrentan estas comunidades. Reconocerlos sería un gran paso para la protección y el respeto de los derechos humanos de las personas trans.
La violencia contra la comunidad trans no puede seguir siendo invisible.
* Continuando con el objetivo del mes del orgullo LGBTIQ+ mis columnas estarán dedicadas a visibilizar las realidades que vive esta comunidad
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