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Epidemia de asesinatos a líderes tiene su epicentro en el Cauca

Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares


Las últimas 48 horas han representado una auténtica masacre en Colombia. Este viernes, las autoridades del Cauca confirmaron el asesinato del líder social Floro Samboní Gómez, de 56 años, agricultor y presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Loma Larga Bajo, del corregimiento de Llacuanas. El crimen ocurrió en el municipio de Almaguer. El pasado 22 de abril fueron asesinados el líder social Hugo de Jesús Giraldo, en Santander de Quilichao (Cauca); Jesús Albeiro Riascos y Andrés Sabino, integrantes del Consejo Comunitario Afro Renacer del Micay en el Tambo (Cauca). Asimismo, se registró el asesinato Ángel Artemio Nastacuas, el indígena Awá, Tumaco (Nariño).


Alejandro Llinás, líder de la vereda Calabazo, fue asesinado este viernes 24 de abril. Fue encontrado en el sector conocido como el Calabazo, en el corregimiento de Bonda en el área rural de Santa Marta. En los últimos meses el líder había alertado de la reactivación paramilitar en esta zona del departamento. El año pasado Llinás estuvo trabajando el en la entrega de un derecho de petición a Parques Nacionales y el Ministerio del Medio Ambiente frente al Plan de Manejo del Parque Tayrona y de la Sierra Nevada. De acuerdo con la comunidad, el asesinato ocurrió en las horas de la mañana de este viernes 24 de abril.


Los asesinatos


Hugo de Jesús Gildardo López, el líder asesinado en Santander de Quilichao era integrante de la Asociación de Trabajadores Campesino y Pequeños Productores Agrícolas del Municipio de Buenos Aires Cauca -ASTCAP. Además, hacía parte de la Coordinación Social de Marcha Patriótica Cauca y del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano – PUPSOC.


Precisamente, este asesinato se da luego de que el pasado domingo 19 de abril fuera asesinado el líder social Mario Chilhueso Cruz quien, de acuerdo con las comunidades, trabajaba junto a Hugo de Jesús. Frente al reciente asesinato del líder social, presuntamente, hombres armados que se movilizaban en motocicleta habrían llegado hasta la residencia de Hugo de Jesús ubicada en la vereda San Antonio donde fue ultimado con arma de fuego.


Por otra parte, Jesús Albeiro Riascos y Andrés Sabino fueron asesinados en el marco de una reunión de la organización a la que pertenecían: Afro Renacer con la Guardia Cimarrona en San Juan de Micay.


De acuerdo con las versiones de las comunidades, los hechos habrían sido perpetrados por el Grupo Armado PostFarc (GAPF) Frente Carlos Patiño; quienes habrían llegado hasta el lugar de la reunión a asesinar a los dos jóvenes, presuntamente, por ser ‘colaboradores’ del ELN.


Según la Red por la Vida y los Derechos Humanos de Cauca, la reunión en la que estaban los jóvenes justamente era sobre la situación de riesgo de los liderazgos sociales en la región. A su vez, que los hombres armados durante horas de la noche del 22 de abril estuvieron generando terror a la comunidad y a las familias de los dos jóvenes asesinados. La Red advierte que la situación en el territorio del Cañón de Micay, corredor de economías ilícitas, es insostenible. Hace una semana se registró el desplazamiento forzado de más de 100 personas.


Asimismo, ese mismo 22 de abril, fue asesinado Ángel Artemio en la vereda conocida como El Pulgante en zona rural del municipio de Tumaco. Este asesinato se generó en el marco de unos operativos de erradicación forzada que se estaba siendo llevada a cabo por uniformados del Ejército, de acuerdo con las comunidades de esta región del pacífico nariñense.


Asesinatos no dan tregua en Cauca


De acuerdo con las investigaciones de la Línea de Conflicto, Paz y Postconflicto de la Fundación Paz y Reconciliación, en lo que va corrido del 2020 han sido asesinados 48 líderes y lideresas (Datos del Sistema de Información SIPARES) 17 de estos asesinatos han ocurrido desde el primer caso confirmado por COVID-19 en Colombia el pasado 6 de marzo.

Cauca que es el epicentro del recrudecimiento de violencia letal en contra de los liderazgos sociales. El departamento registra 13 asesinatos en 2020, nueve (9) de estos casos se han perpetrado desde la llegada del coronavirus al país, mientras que la pandemia no ha cobrado ninguna víctima mortal en el departamento, aunque reporta 24 casos de infección según el Ministerio de Salud. Mapa: Pares.

Los municipios caucanos más afectados son El Tambo, Guachené, Santander de Quilichao, Buenos Aires y Piamonte. Asimismo, los perfiles de los liderazgos sociales más victimizados en el departamento del Cauca son líderes indígenas y líderes campesinos. Mapa: Pares.

Otros repertorios de violencia no dan tregua


De los siete (7) casos que registra el departamento del Cauca, todos durante la pandemia del coronavirus, cuatro (4) de ellos han sido atentados. El más reciente en las últimas horas fue contra del líder afro del Norte del Cauca y representante del Consejo Comunitario Yarumito de Caloto, Alfredo Bonilla Balanta. De acuerdo con las comunidades, el hecho victimizante ocurrió en la vía que comunica al municipio de Caloto con Santander de Quilichao.


A estos dos atentados se suman los ocurridos en Medellín el pasado 25 de marzo en contra de Jhon Restrepo, director de la Corporación Casa Diversa. Así como también el del pasado 23 de febrero en Buenaventura en contra de Orlando Castillo, líder social y defensor de DD. HH.

Amenazas


Por su parte, se han registrado siete amenazas desde la llegada del Covid19 a Colombia. La más reciente tiene que ver con la sufrida por Rossana Mejía Caicedo y Alfredo Bonilla (quien también fue víctima de atentado), quienes hacen parte de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca. Asimismo, el pasado 8 de abril fue amenazado en el Tambo, el líder campesino Henry Agudelo.


Dos se presentaron en Putumayo, uno el 26 de marzo en contra de la lideresa Jani Silva y la otra el 11 de abril en contra de los líderes Yuri Quintero y Wilmar Madroñero y, en contra de la lideresa Yule Anzeta en el municipio de San Miguel.


Otras dos se presentaron en Córdoba; una el pasado 13 de abril hecha por el Clan del Golfo a Concepción, Julio, Juan Fernández, Gustavo Copete, Liney Paternina, Leoncio Mendoza y Andrés Chica, líderes y lideresas del departamento. El pasado 18 de abril la líder amenazada fue Yessenia Vergara, integrante de la Red de DD. HH. del Sur de Córdoba.


Finalmente, esta semana también fue amenazado el líder social José Marrugo, en el municipio de Sincelejo, Sucre. El líder denunció que hombres habían hecho presencia en inmediaciones a su residencia quienes lo querían asesinar.


Uno de cada cinco líderes asesinados es del Cauca


Desde la firma del Acuerdo de Paz, 24 de noviembre de 2016 al 23 de abril —según cifras Pares— han sido asesinados 393 líderes y lideresas sociales. El departamento del Cauca es el más victimizado con 88 asesinatos (22% del total nacional), seguido por Antioquia con 55 (14%) y Norte de Santander con 30 (7.7%).


De acuerdo con el Coordinador de la Oficina Pacífico de Pares, Juan Manuel Torres Erazo, la situación que atraviesa el Cauca no se puede seguir ocultando; de cada cinco (5) asesinatos de líderes y lideresas en Colombia, uno ocurre en Cauca.


De acuerdo con Torres Erazo, la proliferación de los grupos armados en el departamento recrudece la situación. Hacen presencia siete GAPF, hay presencia del ELN, de las AGC Clan del Golfo, ELP, Sinaloa y distintos grupos narcotraficantes aliados con los carteles mexicanos.


Estos grupos, explica Torres, están en fases de expansión y de consolidación. Además, estos territorios son de disputa entre grupos armados por el control de la ruta de economías ilegales que está desatando una serie de victimizaciones en contra de las comunidades.

Tres territorios bajo fuego


El investigador de Pares hace un llamado sobre tres subregiones:

1. La Bota Caucana en donde comienza la cuenca amazónica en el municipio de Piamonte.

2. La ruta del Cañón del Micay que comprende los municipios de Argelia y El Tambo.

3. Región del Naya que conecta el Norte del Cauca con el Pacífico.


Según el investigador hay una fuerte confrontación entre el Frente Carlos Patiño y el ELN en los municipios de Argelia y El Tambo. Para el investigador este es uno de los focos principales de la coca en Colombia. Los repertorios de la violencia de los grupos que quieren tomarse el control del territorio han generado un recrudecimiento de la violencia en contra lideres, lideresas sociales, comunidades indígenas, campesinas, afro y de exguerrilleros en proceso de reincorporación.


A pesar de las constantes denuncias de las distintas redes de Derechos Humanos y de las alertas temprana de la Defensoría del Pueblo, el Gobierno Nacional no ha atendido la magnitud de la violencia que azota al departamento caucano. “Toda la victimización ocurre en territorios altamente militarizados, pero sin control real y efectivo por parte de las Fuerzas Armadas y en una situación de pandemia que se cruza con la violencia”, sentencia.


 

«La presente publicación ha sido elaborada con el apoyo financiero del Fondo Europeo para la Paz. Su contenido es responsabilidad exclusiva del Proyecto Tejidos y no necesariamente refleja los puntos de vista de la Unión Europea»




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