Por: Daniel Parra, colaborador – Pares
La ola de violencia en el país no cesa. El pasado 29 de julio la muerte se vistió de masacre en el casco urbano de El Tarra, Norte de Santander: nueve personas fueron asesinadas y dos más heridas. Las víctimas se encontraban en un establecimiento público cuando hombres armados ingresaron y empezaron a disparar indiscriminadamente.
Entre las personas asesinadas se encuentra Frederman Quintero, Presidente de la Junta de Acción Comunal del Km 84, quien a su vez era Coordinador de Comité Veredal de la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, y delegado a la Audiencia Popular Regional que se realizaría el próximo 3 y 4 de agosto en el casco urbano de San Calixto. Entre las víctimas también se encuentran tres exmilitantes de las FARC que hacían parte del proceso de paz. Dos de ellos muertos y otro herido.
En primeras declaraciones, el Gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, anunció que se desconocían los móviles y autores de la masacre. Sin embargo, aseguró que se podría tratar de los enfrentamientos que sostienen el ELN y el EPL en la región. No obstante, fue enfático al señalar que no se adelantaría en sus afirmaciones hasta no tener una versión oficial de los hechos.
Para el Coordinador General de Ascamcat, Jhonny Abril, en los últimos meses han surgido nuevas violencias en contra de los movimientos sociales y de las personas que están impulsando una futura paz. “Lo que pasó da un mensaje desalentador, desmoralizador. Hemos vuelto a las masacres que se presentaron en 1999, en el 2000, en esa época del paramilitarismo en que se realizaban masacres a diario”, le aseguró Abril a Pares.
Después de un Consejo de Seguridad Extraordinario en la Alcaldía de El Tarra, se concluyó que la Policía Nacional asignará un cuerpo élite a la zona que, en conjunto con la Fiscalía, iniciará inmediatamente la investigación de lo sucedido. Además, se reforzará la estación de Policía con un grupo especial de hombres y se llevará un componente del Gaula e inteligencia inscrito a la Operación Esparta. El Ejército Nacional incrementará el número de efectivos en la zona y, en compañía de la Policía Nacional, realizarán un plan de contingencia en el casco urbano.
Ante esto, el docente investigador en temas sociales de la Universidad Libre, Mario Zambrano, afirma que no es suficiente resolver el conflicto tratándolo como un problema militar, pues la transición hacia la paz implica voluntad política por parte del Estado y, sobre todo, inversión social.
Para Zambrano, “si no hay un acompañamiento en el tema de sustitución de cultivos y un acompañamiento en la estabilidad económica de las poblaciones difícilmente la gente va a dejar de cultivar coca”. Frente al recrudecimiento de la violencia afirma que “pueden desmovilizarse las FARC y vendrán otros grupos a ocupar los territorios, como ha ocurrido con el caso de el Clan del Golfo o la expansión del EPL”. La expectativa para todos crece, en especial para estas regiones que palpan lo duro de la guerra.
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