Por Paola Andrea Marin Molano
Foto tomada de: Nueva Sociedad
La actual situación de violencia entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) debe considerar tanto los factores históricos de la negociación con esta guerrilla, como las recientes dinámicas de escalada tras el rompimiento del cese al fuego y las acusaciones mutuas de incumplimiento de acuerdos.
El proceso de negociación entre el Gobierno de Colombia y el ELN ha estado marcado por una serie de altibajos, donde las tensiones han aumentado debido a la falta de acuerdos concretos y a las diferentes posturas que ambas partes han adoptado. La reciente declaración del senador Iván Cepeda, subraya la negativa del Ejecutivo a aceptar ultimátums y presiones impuestas por el ELN. La posición gubernamental busca mantener el control del proceso, estableciendo límites a las demandas del grupo insurgente.
Por su parte, Antonio García, comandante del ELN, ha acusado al Gobierno de incumplir varios acuerdos alcanzados en la mesa de negociación, específicamente en relación con la creación del Fondo Multidonante que financiaría la guerrilla a cambio de dejar prácticas como las retenciones económicas. La suspensión de las negociaciones ha sido interpretada por el ELN como una imposición de condiciones unilaterales que vulneran los principios básicos de una negociación bilateral, según García. Esta dinámica refleja la desconfianza mutua que ha caracterizado gran parte del proceso. (ELN Voces, 2024).
En este contexto, la falta de acuerdo no solo ha congelado el diálogo, sino que ha creado un ambiente propicio para la escalada de la violencia. El incumplimiento percibido por parte del ELN ha llevado a una reactivación de operaciones militares por parte del grupo insurgente, como se ha visto tras la suspensión del cese al fuego.
Escalada de violencia tras el fin del cese al fuego.
La suspensión del cese al fuego en agosto de 2024, y la posterior reanudación de las hostilidades, han intensificado la violencia en las regiones donde opera el ELN. La situación es particularmente preocupante en zonas como el Catatumbo, Norte de Santander, Cauca y Arauca, donde los combates entre el Ejército Nacional y el ELN han dejado un saldo de muertos y heridos en ambos bandos.
Los ejemplos recientes de ataques, como el combate entre tropas del Ejército y el Frente Juan Fernando Porras Martínez del ELN en Catatumbo, los atentados contra patrullas policiales en Salazar de Las Palmas (Norte de Santander) y en Cauca, y el asesinato de soldados en Arauca, son indicativos de un retorno a las hostilidades más intensas. Estos incidentes no solo reflejan un patrón de ataques dirigidos principalmente a la Fuerza Pública, sino que también revelan la capacidad del ELN para llevar a cabo operaciones coordinadas en múltiples regiones del país, desafiando la capacidad del Estado para contener la amenaza. (Resumen Latinoamericano, 2024).
Elaborado por: Fundación Paz & Reconciliación, 2024. Fuente: Infovisible, registros de prensa, monitoreo de acciones.
Antes de la suspensión del cese al fuego en agosto de 2024, se observa una relativa disminución en los combates o enfrentamientos. En marzo, el número de enfrentamientos fue alto (7), pero luego mostró una tendencia decreciente hasta llegar a un mínimo de un enfrentamiento en junio y julio. A partir de agosto de 2024, coincidiendo con la suspensión del cese al fuego, se evidencia un aumento nuevamente, alcanzando 7 enfrentamientos en agosto, lo que sugiere un incremento considerable en la actividad armada.
Acciones como ataques a la fuerza pública se mantuvieron prácticamente nulas entre octubre de 2023 y abril de 2024. Sin embargo, se registra un aumento significativo en junio y agosto de 2024, alcanzando 3 ataques en agosto. Esto podría estar directamente relacionado con la reanudación de operaciones militares del ELN, en el marco del congelamiento de la mesa de negociación.
Ahora, aunque los ataques a la población civil son menores, se observa un repunte en febrero, julio y agosto de 2024, con 3 incidentes reportados en agosto, relacionados principalmente con las afectaciones en el marco de los paros armados, que han tenido lugar en zonas como el departamento de Choco. Este tipo de acciones se alinea con la escalada de violencia por parte del ELN, que usualmente ejerce presión sobre las comunidades para mantener el control territorial y generar desestabilización en las regiones donde opera, como se evidencia en los ataques en departamentos como Choco, Norte de Santander y Arauca.
Sin lugar a duda, el incremento de la violencia se refleja particularmente en agosto de 2024, tanto en los combates como en los ataques a la Fuerza Pública y la población civil, consolidando la hipótesis de que la suspensión del cese al fuego ha marcado el inicio de un ciclo de violencia más intenso.
La urgencia de plantear soluciones.
Uno de los factores clave en la actual crisis es la crítica hacia las Fuerzas Militares por no haber anticipado ni evitado los recientes ataques del ELN. La falta de mecanismos de inteligencia efectivos ha sido un tema recurrente en los análisis de seguridad nacional. Dado el historial del ELN, que en el pasado ha llevado a cabo ataques en grandes ciudades tras el rompimiento de treguas, como el atentado en la Escuela de Cadetes General Santander en 2019 y el ataque en Barranquilla en 2018, existe una creciente preocupación de que este grupo insurgente pueda volver a perpetrar ataques en zonas urbanas.
El ELN tiene una capacidad operativa que le permite realizar ataques estratégicos que no solo buscan infligir daños físicos, sino también enviar un mensaje político. En el pasado, los atentados en ciudades importantes han generado una gran repercusión mediática y han sido utilizados como herramientas de presión política en las negociaciones con el Gobierno. Es razonable suponer que, ante la falta de avances en las conversaciones, el ELN podría recurrir nuevamente a este tipo de ataques para incrementar la presión sobre el Estado.
Ahora, la narrativa de ambas partes —el Gobierno y el ELN— está profundamente influenciada por la desconfianza y las expectativas incumplidas. Por un lado, el ELN percibe que el Gobierno está utilizando las negociaciones como un medio para desgastar a la guerrilla sin comprometerse realmente con acuerdos sustanciales, como señala García en su crítica a la visión gubernamental de buscar la desmovilización de la guerrilla "al menor costo posible". Esta percepción es un elemento central para entender la violencia que se ha desatado tras el rompimiento del cese al fuego. (ELN Voces, 2024).
Por otro lado, el Gobierno, a través de figuras como Iván Cepeda, ha dejado claro que no aceptará imposiciones ni ultimátums por parte del ELN. Esta postura refleja la dificultad del Ejecutivo para conciliar las demandas insurgentes con las limitaciones políticas internas, especialmente en un contexto donde cualquier concesión significativa a la guerrilla puede ser vista como una debilidad por sectores más conservadores de la sociedad y del propio aparato estatal. (El Espectador, 2024).
Finalmente, parece que el Gobierno Nacional, esta intentando dar solución de forma técnica a discusiones que hasta ahora han sido controversiales, tanto para los equipos negociadores, como para la sociedad en general. El Gobierno de Gustavo Petro trabaja en un borrador que reformaría la política de Paz Total en Colombia, estableciendo un marco operativo para distinguir entre grupos armados con fines políticos y aquellos que serán sometidos a la justicia. Punto que ha sido polémico y que se ha convertido en una de las exigencias del ELN, de ser sacado de las listas de GAO. (La W Radio, 2024).
El borrador agrega y modifica capítulos y artículos, específicamente en el Título 6 del Libro 2, para incluir disposiciones sobre negociaciones, diálogos y acercamientos dentro de la política de paz, que se encontrarían en el Decreto 1081 de 2015.
El documento plantearía una diferenciación crucial sobre los grupos armados.
· Grupos Armados Organizados al Margen de la Ley (GAOML): Rebeldes con mando responsable y capacidad operativa sostenida, con quienes se entablarán diálogos políticos.
Dentro de la cual estaría el ELN
· Grupos Armados Organizados (GAO): Grupos con estructura y control territorial, referenciados en la Ley 1908 de 2018.
· Estructuras Armadas Organizadas de Crimen de Alto Impacto (EAOCAI): Organizaciones criminales jerárquicas dedicadas a actividades ilícitas que incluyen violencia contra la población civil.
Aunque el borrador puede dar solución a las discordias, hay dudas frente a si el ELN aceptaría la nueva caracterización, dado que han manifestado en varias ocasiones, que su razón de ser es la de ser un Grupo Insurgente, con presentaciones de Rebelión.
Así, el contexto de violencia y negociación entre el Gobierno colombiano y el ELN es complejo y refleja las dificultades inherentes a los procesos de paz en contextos de conflicto prolongado. El actual impasse en las negociaciones, exacerbado por la percepción de incumplimiento de ambos lados, ha llevado a una escalada de violencia que afecta tanto a las regiones rurales como a potenciales zonas urbanas. Los recientes ataques demuestran la capacidad operativa del ELN para responder militarmente a la falta de acuerdos, lo que plantea grandes desafíos para la estabilidad del país. Ante este panorama, la reactivación del diálogo dependerá de la capacidad de ambas partes para superar la desconfianza y establecer una agenda de negociación más equilibrada y menos sujeta a imposiciones unilaterales.
Bibliografía
El Espectador. (2024). "El proceso con ELN está agonizando”: comisionado de Paz habla de crisis en diálogos. Obtenido de https://www.elespectador.com/colombia-20/paz-y-memoria/petro-y-eln-otty-patino-dice-que-proceso-esta-agonizando-como-entender-la-crisis/
ELN Voces. (2024). Resolver las causas de la crisis del Dialogo. . Obtenido de https://eln-voces.net/?p=11989
La W Radio. (2024). Gobierno prepara decreto para dejar claras las reglas operativas en la Paz Total. Obtenido de https://www.wradio.com.co/2024/09/10/gobierno-prepara-decreto-para-dejar-claras-las-reglas-operativas-en-la-paz-total/
Resumen Latinoamericano. (2024). Colombia. Gobierno reanuda guerra contra el ELN. Obtenido de https://www.resumenlatinoamericano.org/2024/09/07/colombia-gobierno-reanuda-guerra-contra-el-eln/
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