“El pueblo es el jefe y manda al senado” Duro discurso de Petro en la Plaza de Bolívar
- Redacción Pares
- 1 may
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Por: Redacción Pares

El presidente Gustavo Petro demostró otra vez el poder que tiene en las calles. En Bogotá ha llenados dos veces la Plaza de Bolívar en menos de un mes. Con la espada de Bolívar mirando a la gente Petro fue contundente: dio el plazo de un mes para aprobar la consulta popular que radicó en el congreso hoy. "El pueblo es el jefe y manda al senado. Si un senador no me cree, que se lea la constitución. El senado tiene que ver a sus ojos a su jefe, el pueblo, y el pueblo le da una orden por medio mio, que soy su mensajero como presidente de la republica".
El presidente, que no se caracteriza por su mesura a la hora de los discursos, enarboló la bandera de guerra a muerte, el distintivo que usó Simón Bolívar en su campaña en Venezuela tras 1810. Sus seguidores fueron receptivos al mensaje y el discurso tuvo que interrumpirse varias veces por la salva de aplausos. Enardecido Petro se dirigió a sus más enconados enemigos: "Señor Cepeda, señor Gaviria, señor Uribe, señor Pastrana, señor Santos, cien años de soledad deben terminar" Una vez terminó esta frase la gente que llenaba la plaza gritaba “Asesinos, asesinos, asesinos”.
Insuflado por el espíritu de Bolívar, Petro evocó la necesidad de la unión latinoamericana, incluso se mostró dispuesto a volver a unir a la Gran Colombia si esto es necesario: "Si la consulta pasa, Petro enviará cartas a Ecuador, Venezuela y Panamá para conformar la Confederación de Repúblicas de la Gran Colombia".
Con un tono evidentemente bolivariano anunció que próximamente traería los restos de Manuelita Saenz al Palacio de Nariño. Basándose en caudillos liberales como Jorge Eliecer Gaitán -uno de sus referentes históricos- llamó a este movimiento popular “Revolución en marcha”. El ambiente en la plaza estuvo caldeado. La movilización empezó sobre las diez de la mañana y tuvo como protagonistas en las calles al senador Iván Cepeda, al ministro de trabajo Antonio Sanguino, a la senadora María José Pizarro y a muchas figuras del progresismo. La movilización estuvo llena de símbolos. Por ejemplo, frente al lugar donde cayó asesinado Jorge Eliecer Gaitán se apostó la guardia indígena. Sobre la séptima se ubicaron diversos artistas como saltimbanquis y músicos que llenaron de color la movilización.
Pero, sin duda, en el momento en el que empezó el discurso de Petro, sobre la una y media de la tarde, bajo un sol furioso, el ánimo de la gente se caldeó y se empezaron a escuchar arengas a favor de la reelección. El primer mandatario dejó claro, sobre la tarima, que está fuera de cualquier cálculo político pensar en la reelección y se mostró respetuoso de la democracia, aunque, eso si, Petro supo captar ese ánimo y soltó frases como estas: “Es la libertad y punto. Llego la hora de la decisión, la democracia y la república, que está en manos del pueblo". Los manifestantes gritaron contra los congresistas que han frenado las reformas de este gobierno y el presidente los escuchó, por eso los invitó a la plaza y aseguró que “acá los trataremos con dignidad”. Mientras tanto los manifestantes levantaban la frase “no pasarán, no pasarán” a lo que el mandatario contestaba "Ni un solo parlamentario que vote en contra de la consulta debe ser elegido. Se escribirá en todas las paredes, se publicará en todos los periódicos, se dirá en todas las emisoras".
Es evidente que el presidente tiene aire en la camiseta. Aseguró que no usará al pueblo para irse contra el congreso pero sí marcó territorio: él será un veedor para que se cumpla el mandato popular. El pulso entre el presidente y el congreso, después de esta manifestación, será álgido. Más allá de toda encuesta la calle ha hablado. ¿El senado seguirá con los oídos tapados?
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