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El panorama de las mujeres al Congreso 2022

Por: Laura Alejandra Fajardo Línea Democracia y Gobernabilidad


Desde la expedición de la Ley 581 de 2022 y la Ley 1475 de 2011 se aspira a que en Colombia los espacios legislativos y de administración estén compuestos por al menos el 30% de mujeres. La medida aplica también para las candidaturas a cargos de elección popular en corporaciones públicas, de forma que, para el caso del Congreso, cada cuatro años, las mujeres involucradas en el mundo político vigilen el cumplimiento de dichos parámetros, que, a pesar de no tener aún carácter de obligatoriedad, sí revelan el interés de las colectividades políticas por construir y promover la equidad de género en los espacios de representación y participación, históricamente dominados por hombres.


Sin embargo, la publicación de las listas de candidaturas legislativas para estas elecciones del próximo marzo dista mucho del cumplimiento de las cuotas establecidas y, en cambio, revelan la continuidad del dominio masculino (y sus prácticas) en el quehacer político.


La ruptura del continuismo podría darse de la mano del triunfo electoral de movimientos como ‘Estamos Listas’, primer movimiento social en lanzarse al ruedo electoral parlamentario teniendo como premisa la prevalencia de mujeres en sus listas y la defensa y necesidad de la presencia de estas en las arenas políticas.


Esta nota de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares) busca poner algunos datos a consideración del debate público en materia de participación política de mujeres, igualdad, equidad y cumplimiento de derechos. De igual forma, pronostica algunos rasgos de prácticas que aparentan ir en pro de la igualdad, pero que más allá de los números resultan ser síntomas del continuismo del dominio masculino en las agendas y representaciones políticas en el Congreso.


La fotografía actual de la situación de las mujeres en el Congreso


A la fecha, el ejercicio político y electoral para las mujeres en Colombia es el resultado de dinámicas propias de subrepresentación y exclusión. Reflejo de esto es que, según ONU Mujeres, tan sólo hasta las elecciones de 2018, la Registraduría discriminó las estadísticas de votantes por sexo, de forma que hasta hace tan solo cuatro años se tuvo conocimiento de cuántas mujeres votaban en el país y el peso de esta cifra en el panorama electoral.


Este ejercicio arrojó que, para 2018, las mujeres representaron cerca del 51,6% del censo electoral (18.606.307 personas) y votaron cerca de 9’619.175 de mujeres; es decir, el 51,7% de todos los y las votantes a Congreso en dicha jornada electoral. Sin embargo, a pesar de ser más de la mitad estricta del censo y la votación, las mujeres elegidas representan apenas el 19,7% de la composición parlamentaria, porcentaje muy bajo, comparado con el promedio de mujeres congresistas en la región (29,7%) y a nivel mundial (24,1%)


Ahora bien, las mujeres elegidas y la composición del Congreso en Colombia han variado de forma sustancial en los últimos años, excepto por las últimas elecciones de 2018, año en el que los porcentajes de participación disminuyeron, yendo en contra del aumento progresivo que se esperaba.


Gráfico 1. Histórico de presencia de mujeres electas para Congreso

Elaborado por ONU Mujeres con datos de la Registraduría

La gráfica revela una reducción mínima, pero alarmante, entre las elecciones de 2014 y las de 2018, considerando que la tendencia venía en un importante aumento. Es urgente que dicho incremento se sostenga en el tiempo, no obstante ¿qué pueden esperar las mujeres para las próximas elecciones?


El panorama para las próximas elecciones: entre el agridulce del continuismo político tradicional y las esperanzas de las nuevas oportunidades


Tras el cierre de inscripción de candidaturas el pasado 13 de diciembre, se analizaron, en materia de paridad, la conformación de las listas a Senado[1] de cada partido, coalición o movimiento significativo, arrojando como resultados los siguientes datos: el partido político con más mujeres inscritas es el Partido Liberal, el que menos mujeres tiene en sus listas es la coalición de la Alianza Verde y Coalición de la Esperanza. El top cinco de los partidos con más mujeres inscritas en sus listas es:


En este top se destaca el movimiento de mujeres ‘Estamos Listas’, concentradas particularmente en la presencia y la participación política de las mujeres. Sin embargo, el top no resulta particularmente esperanzador, considerando las altas participaciones de mujeres en partidos tradicionales como el Partido Liberal y Cambio Radical, presencias que no significan de forma alguna un avance en términos de equidad o mayor representatividad para los intereses y los derechos de las mujeres.


Reflejo de esta situación es que, según el último informe de candidatos cuestionados publicado en diciembre de 2021 por Pares, los partidos con más candidatas y candidatos cuestionados son, precisamente, el Partido Conservador, el Partido Liberal y Cambio Radical. Esta situación demuestra que la presencia de más mujeres en las listas de estos partidos no significa necesariamente la llegada y defensa de una agenda a favor de los derechos para esta población.


Para mejor claridad, cabe mencionar algunos ejemplos, como el caso de Daira de Jesús Galvis, candidata al senado por Cambio Radical y heredera del poder político y económico de Enilse López, ‘La Gata’, famosa empresaria de chance, condenada por sus vínculos con paramilitarismo y la financiación irregular de campañas políticas en Bolívar y otros departamentos de la costa Atlántica colombiana. Otro ejemplo es el de Claudia María Pérez Giraldo, candidata al senado por el Partido Liberal y quien sería la heredera política y cuñada del condenado exsenador Eduardo Pulgar.

Estos casos reflejan cómo en las dinámicas de la política tradicional hay mujeres que pertenecen a clanes políticos y que en realidad gobiernan en cuerpo ajeno según los intereses de esposos, padres, hermanos, tíos o figuras masculinas que en otro tiempo dominaron la política electoral en sus regiones. Cabe aclarar que la pertenencia de estas mujeres a estos clanes no niega automáticamente un desinterés por la igualdad y equidad de género, pero sí resulta cuestionable que su llegada a los espacios de representación se dé gracias a la herencia de capitales políticos obtenidos mayoritariamente de prácticas ilegales y corruptas.


En contraste con la alta representación femenina de estos cuestionables partidos, es lamentable la precaria presencia de candidatas en el resto de partidos y movimientos políticos alternativos, como lo es la coalición de centro del Partido Alianza Verde y la Coalición de la Esperanza, pues ocupa el último lugar de representación femenina en sus listas, contemplando a solo 30 mujeres de los 100 candidatos inscritos. Es lamentable, además, por tratarse de un partido cuya agenda política incluye la defensa de los sectores históricamente excluidos y defiende la necesidad de alcanzar mejores estándares de equidad e inclusión.


Desde los sectores de la sociedad civil es necesario seguir exigiendo el cumplimiento de las cuotas de género legalmente señaladas, así como la presencia de mujeres en las corporaciones públicas para representar efectivamente los intereses y derechos de las mujeres pobres, negras, indígenas, de las madres solteras, de las jóvenes y las adultas mayores.

[1] El calculo se hace solamente con los y las candidatas a Senado, considerando la complejidad que implica analizar departamentalmente cada una de las listas a Cámara de Representantes.


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