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El oro, la maldición que persigue a Amalfi, la tierra donde nacieron los hermanos Castaño

  Por: Redacción Pares




En Amalfi la guerra no cesa desde hace cincuenta años, hombres tan violentos como los hermanos Carlos, Vicente y Fidel Castaño nacieron en este municipio del nordeste antioqueño. Las AUC, las FARC y otros grupos armados han teñido de sangre estos campos.


En pleno 2024 la amenaza sigue latente. Durante los últimos meses hay un grupo llamado Libertadores del Nordeste que en la lucha por el control del oro se estaba imponiendo a los otros grupos en disputa por la explotación de las minas, el EMC -frente 36- el ELN y el Clan del Golfo. Libertadores del Nordeste tenía hasta 40 hombres dispuestos a darlo todo para apoderarse de 120 minas en ese lugar de Antioquia. Estaba liderado, hasta que lo mataron el pasado martes, por Jesús Agudelo Hernández, alias el Enano, quien se fugó de la cárcel La Picota el pasado 27 de junio. Desde ese momento los crímenes en Amalfi se dispararon. En el 2023 ocurrieron ocho asesinatos y en lo que va corrido del 2024 ya van 33. Todo apunta a la crueldad del grupo Libertadores del Nordeste.


Debido a la ola de violencia desatada por este grupo el ejército nacional desplegó una operación llamada Agamenón que terminó con la caída tanto de Agudelo Hernández como de su lugarteniente, Alonso Echavarría Madrigal. La población sabe que acá no terminarán sus problemas. Como en tantos otros lugares del país, el Nordeste de Antioquia carga una maldición: su riqueza. Desde que llegaron los españoles hace cuatro siglos se vienen disputando a sangre y fuego su tierra. Remedios fue fundada en 1560, Zaragoza en 1581, Amalfi en 1776 y el Bagre en 1675. A estas cuatro poblaciones las une un hilo conductor sangriento: las guerras las azotas casi que desde su fundación.


Sobre este lugar tan rico y tan maldito, el genial escritor antioqueño Tomás Carrasquilla dice en su novela Ligia Cruz: "Hacia allí corrieron los españoles (…) con sus reales, sus codicias y sus atrocidades, plantaron la cruz igualitaria de Dios Cristo. A las hordas de indios de encomienda juntaron los rebaños de hombres comprados; y aquello fue el desentrijar arreo de las vetas, y el desbaratar continuo de aluviones. A la poesía católica de las leyendas castellanas adunaron las supersticiones selváticas del Congo y de Angola; y aquello fue la yerba maléfica y embrujadora y el milagro de sangres sudadas por imágenes: Fue 'la uña de la gran bestia' y los escapularios de la Virgen. Revolviéronse las idolatrías del África salvaje con la religión del Crucificado; y aquello fue el monicongo venerable y el Cristo legendario de Zaragoza".


El ciclo de violencia es una serpiente que se muerde la cola y que resume lo que muchos historiadores pesimistas afirman: hay loops que no se superan. A las grandes compañías que han hecho pactos de sangre con grupos violentos para quedarse con el oro, se sumó la maldad de hijos de la tierra como los Castaño quienes arrasaron con buena parte del país a finales del Siglo XX. Esa guerra ahora renace. Los seis grupos que van por las 120 minas más ricas del nordeste antioqueño, después de la muerte de El Enano y de la posible disolución del grupo Libertadores del Nordeste son: El Frente Capitán Mauricio del ELN, liderado por alias La Gata, el frente 36 del EMC comandado por alias Firu, y la subestructura del Clan del Golfo Jorge Iván Arboleda que está comandada por alias el Chuzo. Según El Colombiano “Todas estas estructuras se disputan la riqueza aurífera con pequeños grupos que vigilan a los que realizan la explotación de los predios, además de pelear por el movimiento de la madera que se explota en la zona rural”.


Por la crueldad con la que actuaba, la determinación arrasadora, la invencibilidad que había ganado después de su espectacular fuga de La Picota, uno de los penales más custodiados del país, se espera que la muerte de El Enano signifique un periodo de paz para los de Amalfi. Aunque ellos saben muy bien que hay guerras en Colombia que duran mucho, casi una eternidad. La de Amalfi por el oro arrancó hace trescientos años. Cambian los actores, a veces las razones, pero la guerra sigue siendo la misma.

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