Por: Ariel Ávila, Subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación-Pares
El pasado 11 de marzo se realizaron las elecciones legislativas en Colombia, así como consultas interpartidistas en la derecha y la izquierda. Ambas, sin duda, tendrán un efecto en las presidenciales del mes de mayo. A partir de los resultados se podría llegar a cuatro grandes conclusiones. La primera se refiere a una situación que parece contradictoria, ya que el Senado que se posesionará el próximo 20 de julio tendrá la bancada más grande de la derecha en los últimos tiempos. El partido más hacia la derecha, el Centro Democrático, que representa el expresidente Uribe, logró 19 curules, perdiendo una con respecto al 2014. Vale la pena decir que ellos esperaban 30 curules. Luego está el partido Cambio Radical, también de derecha, liderado por el exvicepresidente Vargas Lleras. Tendrá 16 escaños, subió 7 con respecto al 2014 y claro, allí está el Partido Conservador que bajó de 18 a 15 puestos. Poco más de 50 curules para esté espectro ideológico.
Pero a su vez, también se puede decir, que las fuerzas progresistas son las más grandes en la historia republicana de Colombia: el Partido Verde logró 10 escaños en el Senado, un 100% más de lo que obtuvo en 2014; el Polo Democrático, de centro izquierda, del cual se creía que no pasaría el umbral, mantuvo los mismos cinco puestos que en 2014. Además, el partido de Gustavo Petro, la Lista de los Decentes, logró otros cuatro escaños y el partido Mira logró 3 curules, para un total de 22 senadores.
La segunda conclusión es que como se esperaba se produjo un revolcón en las apuestas presidenciales. Por un lado, el más fortalecido del mapa electoral es el centrista Sergio Fajardo, quien ahora, con su Coalición Colombia logra posicionarse como la tercera fuerza en el Congreso de la República, al pasar de 10 a 15 senadores (suma de los Verdes y el Polo). Había caído en las últimas encuestas y no se le auguraba resultados buenos, pero logró un importante crecimiento. Ahora el reto que le queda es ampliar su coalición de centro para convertirse en una tercería real de poder en medio de los dos extremos.
El otro que sale fortalecido en la bancada de congreso es Germán Vargas Lleras, aunque quede mal parado con los resultados de la consulta presidencial del uribismo. Vargas pasó de 9 a 16 cupos en el Senado, fue el gran ganador, esa era su apuesta. Pero debido a que la consulta presidencial de la derecha logró cerca de seis millones de votos, sus posibilidades de crecimiento en las encuestas se ven disminuidas. Seguramente, tendrá cómo jugar y tal vez alguna probabilidad de maniobra.
Por su parte el uribismo si bien queda en tablas en el Senado, su votación en la consulta presidencial le da un mínimo de cuatro millones de votos, con lo cual tiene asegurado un cupo en segunda vuelta. Es decir, la pregunta sería quién compite con ellos en el balotaje. Álvaro Uribe logra aglutinar la derecha en torno a Iván Duque con al menos cinco millones de votos duros y con la posibilidad de ampliar la coalición con diferentes partidos que están huérfanos y buscando vender caro su apoyo. Es decir, fácilmente podría conseguir al menos un millón de votos más.
La tercera conclusión es también una paradoja. Los partidos de la U y los Conservadores perdieron espacios importantes en el Congreso. Los primeros disminuyeron su representación en siete curules en el Senado y los segundos perdieron tres, pero a pesar de ese retroceso serán los grandes ganadores en las próximas horas, ya que en la medida que no definieron a cuál de los candidatos a la Presidencia apoyarán, y ante la fragmentación del voto, todos los candidatos los necesitan. Por ellos lucharán Vargas Lleras y el uribismo.
En las consultas votaron cerca de nueve millones de personas, muchas con la intención de modificar los resultados, es decir, los votos duros de candidatos serían cerca de ocho millones, lo cual a su vez significa que al menos otros nueve millones de personas que saldrán a votar en las presidenciales aún están en disputa. No hay nada escrito o al menos seguro en estas elecciones presidenciales.
Por último, la consulta de la izquierda logró poco más de tres millones de votos, en la cual Gustavo Petro alcanzó 2,8 millones, una votación alta, pero similar a la que alcanzó la izquierda en 2006 en su mejor momento. Es decir, este candidato aglutinó la izquierda pero no fue más allá, ahora deberá definir su fórmula vicepresidencial e intentará moverse al centro.
Publicado en El País
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