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«El neoliberalismo fue uno de los detonantes en el Amazonas»

Por: Carlos Castelblanco Pinedo – Redacción Pares


«La tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la codicia de cada hombre» Mahatma Gandhi.

«Estos modelos económicos, como el neoliberal, están pensados para satisfacer necesidades deseos e intereses de los humanos y pasan a un segundo plano los intereses deseos y necesidades de otras especies y de los ecosistemas en sí mismos. Estos problemas que hemos venido generando por la priorización del antropocentrismo fuerte como centro de consideración moral, permitió desarrollar este tipo de economías de enfoque extractivista, de uso y aprovechamiento que buscan sólo satisfacer esas necesidades deseos e intereses de la especie humana.»


Pares habló con Mauricio Sánchez Osorio, profesor e investigador del departamento de Bioética de la Universidad El Bosque y coordinador en la maestría de la misma disciplina. A su vez, se desempeña como coordinador de la línea académica de la Plataforma ALTO – Animales Libres de Tortura- . Además, ha sido asesor – unidad de trabajo legislativo- en la comisión quinta del senado de la República y como asesor en procesos político electorales a nivel local, regional y nacional.


La bioética presta una orientación plural e interdisciplinaria e incentiva la adopción de un juicio crítico y razonable ante cuestiones como el manejo de los recursos naturales, el impacto ambiental del desecho de productos industriales y de las fumigaciones, las contaminaciones, los organismos genéticamente modificados, la biodiversidad, aspectos sociales como la pobreza o el crecimiento de la población humana, las políticas en salud y la asignación de recursos limitados y la calidad de vida de las personas, entre otros.


Pares: Desde el punto de vista de la bioética ¿cómo se analiza una tragedia global como la de los incendios que están consumiendo miles de hectáreas en la selva del Amazonas?


Mauricio Sánchez Osorio: En términos generales nosotros tratamos de aclarar, y si es posible, resolver preguntas de tipo ético que ponen en crisis las percepciones normales que tenemos de lo que está bien o de lo que está mal en las diferentes comunidades. Me refiero a analizar preguntas de tipo ético que nos permiten revisar, entre muchas otras cosas, el tema de los centros de consideración moral que usamos los humanos para construir esos lineamientos morales que nos dicen a nosotros qué está bien y qué está mal.


Históricamente los humanos tenemos la tendencia a usar como centro de consideración moral a los propios humanos, y a esto lo denominamos antropocentrismo y tiene diferentes niveles. Hay unos antropocentrismos muy fuertes y hay unos antropocentrismos que son moderados. Cada uno de ellos plantea centros de consideración moral desde donde se parte para construir lineamientos morales, y esos lineamientos morales son lo que entendemos como bueno o malo. Hay una línea fuerte, radical, que no solamente prioriza los intereses de los humanos, sino que además de ello niega la posibilidad de asignación de estatus moral a otras especies, a otro tipo de vivientes y también niega la posibilidad de asignación de estatus moral a los ecosistemas: a lo vivo y lo no vivo.


Eso, sumado a los grandes desarrollos técnocientíficos que tenemos hoy en día, hace que en la práctica nuestra voracidad sea mucho más impactante en términos de la extracción uso y aprovechamiento de los recursos naturales, bien sea renovables o no renovables . Estos modelos económicos están pensados para satisfacer necesidades, deseos e intereses de los humanos y pasan a un segundo plano los intereses deseos y necesidades de otras especies y de los ecosistemas en sí mismos. Hemos desarrollado economías de enfoque extractivista de uso y aprovechamiento que buscan sólo satisfacer esas necesidades, deseos e intereses de la especie humana.


Esto, en términos generales, ha generado un impacto y problemas que ya tienen dimensiones globales y que superan las nociones de divisiones políticas y administrativas que nosotros hemos construido en el Amazonas. Entonces, sumamos centros de consideración moral antropocéntrico, economías de mercado neoliberales y una corriente de fortalecimiento de nacionalismos, el resultado de eso es una incapacidad de reacción en bloque para atender problemas que son de dimensiones globales como el que se está presentando tristemente en el Amazonas.

«Estamos hablando de sociedades de consumo y de desperdicio. Las dificultades que tenemos son de dimensiones globales y nuestras estructuras políticas, sociales y culturales ya no dan abasto para reaccionar de una manera óptima frente a estos problemas que tenemos.» Foto: Pares

Pares: ¿Cómo solucionamos el problema de la tragedia sin precedentes que se está presentando en estos momentos en la amazonia?


M.S.O: El profesor español Alfredo Marcos propone tres grandes herramientas para tratar de generar mayor capacidad de reacción frente a problemas como el del Amazonas. La primera es tener herramientas intergeneracionales que nos permitan pensar, no solamente el bienestar de nuestra especie en el aquí y el ahora, sino que nos permita pensar en comunidades morales de largo alcance con proyecciones lineales en el porvenir, que nos permita hablar de desarrollo sostenible y que garanticen unos recursos para que las futuras generaciones puedan tener una vida digna con relación a recursos naturales.


La segunda es replantearnos el centro de consideración moral antropocéntrico fuerte para hacer tránsito a otro tipo de centros de consideración moral, bien sea antropocéntríco de corte moderado o antiantropocentrista; es decir, centros de consideración moral como el ecosistémico o el biocéntrico, que involucraría no solamente a nuestra especie sino a otras especies. Eso nos permitiría generar otro tipo de lineamientos morales y como consecuencia entenderíamos de diferentes maneras qué es lo que está bien y lo que está mal, y nuestros actos irían con relación a lo que se entiende como moralmente bueno y haría que en lo práctico cambiemos nuestra forma de relacionarnos con el entorno, relacionarnos de otra manera con otras especies, no solamente como dominación de uso y aprovechamiento.


Y la tercera herramienta que propone, que creo que para este tema del Amazonas es la que hoy más se necesitaría, que es el fortalecimiento de las herramientas internacionales. Tristemente vemos cómo muchos gobiernos están en un ejercicio nacionalista de fortalecimiento de fronteras que no va a funcionar para poder atender de manera inmediata pronta y efectiva estas emergencias que superan el tema de la frontera, vemos cómo hay países que se están retirando de acuerdos internacionales, de tratados internacionales y eso no nos permite reaccionar en bloque frente a problemas que superan la división estatista.


Sería algo como una construcción de bloques supranacionales, tipo Unión Europea, que nos permita enfrentar de manera conjunta, con políticas articuladas entre los diferentes Estados problemas de dimensiones globales como el tema que se nos está presentando en estos días con los nefastos incendios forestales en el Amazonas.


Pares: Un informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas patrocinado por varias agencias de la ONU, revela que alrededor de un millón de especies de animales y plantas están ahora en peligro de extinción y muchas podrían desaparecer en tan solo décadas, lo que representa una amenaza de una dimensión sin precedentes en la historia de la humanidad ¿Cómo llegamos a esta situación tan dramática?


M.S.O: Si tenemos un antropocentrismo fuerte, sumado al número de habitantes sobre el planeta, más el nivel de desarrollo tecnocientífico que tenemos, entonces eso se puede catalogar como un comportamiento suicida de la especie. Tenemos que estas variables han cambiado y que el antropocentrismo como centro de consideración moral, hoy, debe considerarse como algo obsoleto si queremos sobrevivir, y no sólo nuestra especie, sino la vida en el planeta.


Cuando cambian las variables, debemos cambiar los enfoques en que construimos nuestros lineamientos morales para saber lo que es bueno o malo con relación a la protección de la vida, no solamente de nuestra especie, sino de todas. Por ejemplo: si tú eres una persona que te ganas 20 millones de pesos mensuales, adquieres unas condiciones de vida. De repente ya no tienes más trabajo y tu ingreso pasa de 20 millones al salario mínimo, sin embargo, te empeñas en sostener el estilo de vida que tenías cuando te ganabas 20 millones. Te empiezas a endeudar, no das abasto y no tienes los recursos suficientes para sostener esa calidad de vida. Terminas hundiéndote más en el proceso.


Esto mismo pasa acá. Hace algunos siglos no teníamos tanta gente y no teníamos tanto desarrollo tecnocientífico. Un antropocentrismo era casi indetectable en términos del funcionamiento del ecosistema, pero hoy nuestra especie es una fuerza geoplanetaria, sólo nuestra especie tiene la capacidad de destruir el mundo. Es decir, las variables cambiaron, y si estas variables cambiaron porqué mantener el comportamiento antropocéntrico fuerte; si lo mantenemos, es un comportamiento suicida.


Yo he escuchado gente que habla de la minería de enfoque extractivista responsable, pero cuando metes esa minería dentro de una economía de mercado, que es de competencia y volumen, pone en crisis al pequeño minero porque tiene que competir con más volumen. El problema de un enfoque extractivista antropocéntrico negador de la asignación de estatus moral a otras formas de vida, es que nos mete a todos en una competencia de producción en volumen, en masa y voracidad.


Yo creería que desde un trabajo en lo cultural y lo social, que la gente entienda bien este tema de las dimensiones de la bioética, de las dimensiones de la moral y si esto se trabajara mucho más fuerte en los procesos de formación del pensamiento crítico de los estudiantes, tendríamos otro tipo de sociedades, porque la priorización no sería el humano y su enfoque económico neoliberal que premia la voracidad, el consumo y la acumulación, y en esa medida sí es uno de los factores detonantes de tragedias ambientales como la que está ocurriendo en el Amazonas. El neoliberalismo dice que no construyó monopolios porque la competencia se autoreguló, yo no creo, o pregúntele a Nestlé, o pregúntele a los carteles de los pañales, los carteles del cemento o los carteles de los útiles escolares.

«Ya no estamos hablando solamente de actividades que contaminan pero que luego desaparecen y no tiene mayor impacto, sino que estamos hablando de islas de plástico en los mares de nuestro planeta, estamos hablando de incendios que superan las fronteras estatales.» Foto: Pares

Pares: Hay unas comunidades que han pensado todo este sistema de relacionamiento de otra manera, como las comunidades indígenas. ¿Hay alguna posibilidad de que podamos recurrir a ellos para tomarlos como ejemplo y aprender cómo salvar el ecosistema y la vida en el planeta?

M.S.O: Todos aportamos algo, siempre, y todos los saberes tienen algo que aportar. Nuestra sociedad occidentalizada de corte anglosajón tiene mucho que aportar en términos de la tecnociencia que hemos desarrollado. Las comunidades indígenas y muchas comunidades tienen saberes diferentes a los validados por la matriz colonialista como los doctorados, las maestrías y las especializaciones, otros saberes como los de los líderes sociales y líderes comunitarios. Todos estos procesos de fortalecimiento de los vínculos comunales y comunitarios en los territorios aportan mucho.


Para dar respuesta a la pregunta, retomo el tema de las exigencias procedimentales de la metodología de la bioética, que son los comités con multiculturalidad, pluralismo, pluridisciplinariedad; siempre teniendo en cuenta una sociedad dinámica, evolutiva, activa y compleja que va cambiando, que se va moviendo.


Entonces aportamos todos desde nuestros diferentes saberes. Claro, las comunidades indígenas, creo yo desde lo que estudio, que podrían ser entendidas como comunidades que desarrollan o construyen sus lineamientos morales a partir de centros de consideración moral ecosistémicos, entonces el tema ya es de un funcionamiento y respeto de los aparentes equilibrios.


Sin embargo, no basta sólo con estas formas sino que constantemente invitamos otros saberes que nos permitan aportarle, porque en últimas, en este barco estamos todos y entonces nos toca aportar a todos en la solución; y tampoco nos podemos negar que nuestra tecnociencia es maravillosa: el humanismo, el mejoramiento genético, la eugenesia,todo este tema es maravilloso, poderosísimo y nos da posibilidades, no sólo de pensar en el planeta sino en el cosmos. Hay un profesor de la universidad Bruselas que dice que debemos pensar en un centro de consideración moral antropocósmico reflexivo y creativo, un enfoque futuro muy chévere.

«Nuestro ejercicio es estar resolviendo preguntas de tipo ético para poderles aportar todos estos resultados a personas que están ubicados en posiciones estratégicas, que puedan tomar decisiones para atender de mejor manera estos desastres que se nos están presentando y que por demás son profundamente tristes.» Foto: Pares

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