Por: Redacción Pares
Pocos, en el interior del país, pueden dimensionar el horror que la guerra ha dejado en Tibú. Entre 1999 y el 2015 se perpetraron 31 masacres. La violencia en Tibú tiene que ver con la expansión cocalera en los años ochenta. Si, Tibú, como la región a la que pertenece, el Catatumbo, han estado marcados por su riqueza. En la década del cincuenta empiezan a aterrizar grandes empresas petroleras norteamericanas. El auge termina veinte años después y al campesino se le abren otras puertas: la de cultivar coca fue una de ellas. Las FARC y su frente 33 se instalan allí. Fueron, hasta los noventa, las máximas autoridades del municipio.
Ellos decidían todo. Ponían y quitaban a su antojo alcaldes. Según Pacifista, entre los años 1989 y 1996 las guerrillas del EPL, las FARC y el ELN que se disputaban la zona, desplazaron a más de 1000 personas. A finales del siglo XX vino la contraofensiva paramilitar y el terror de las AUC. En 1999 se instala el Bloque Catatumbo, al mando de Salvatore Mancuso y asesinan en todo ese año a 66 personas. Cerca de Tibú, en La Gabarra, 200 paramilitares perpetran uno de los peores hechos de violencia ocurridos en esta guerra, asesinando a más de sesenta personas en una noche.
Los procesos de paz con los paras durante el gobierno de Uribe y el proceso de paz con las FARC, significaron cierto alivio para una comunidad que sigue siendo acosada por los grupos armados. En respuesta a esto Diálogo de convivencia por la Paz, DIACONPAZ ha venido haciendo, desde su creación, políticas de incidencia para la paz. Sus logros se han extendido a lo largo de los últimos años. El pasado 1 de diciembre se radicó ante la alcaldía de Tibú tres acciones muy importantes para la paz. De ellas se aprobaron dos para el plan de acción del 2024. Una de ellas es impulsar acciones de pedagogía sobre los acuerdos alcanzados en la negociación entre el gobierno y el ELN y el EMC en sus respectivas mesas. Lo otro fue que el consejo de paz asuma la tarea de construir lineamientos para la política pública municipal de paz, reconciliación y convivencia. Esa es la razón de ser de ese espacio, es la principal misión, la de la participación activa de una sociedad que lleva años golpeada por la guerra.
Diaconpaz es una red de organizaciones que trabaja en torno a la construcción de paz que cuenta con el apoyo de la embajada de Noruega. Es importante que las nuevas generaciones en Tibú entiendan la importancia de sembrar paz. Es lo único que puede garantizar que el espiral de violencia, asentado en este lugar desde hace tres décadas, pare de una buena vez por todas.
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