Por: Redacción Pares
Es un clamor en territorio, un clamor que se grita tan duro que ha llegado a los oídos del presidente Gustavo Petro: se tiene que parar la guerra. Desde el pasado 3 de agosto, cuando no se renovó el cese al fuego con el ELN, las confrontaciones han regresado a Arauca, Cauca y Catatumbo. En el medio siempre va a estar la gente. Es por ellos que se debe intentar mantener los diálogos, así, al frente, esté un contraincante tan caprichoso y difícil como el ELN. Una de las exigencias del gobierno central era que los sacaran de la lista de Grupos Armados Organizados, una gestión que ya comenzaba a realizar el gobierno. Pero, la astilla que más les molestó a Antonio García y sus hombres fue el haberle dado estatus negociador a la escisión de esa guerrilla en Nariño, el Frente Comuneros Sur. Esto habría sido el punto irreconciliable.
Después del ataque a una base militar en Arauca que dejó tres soldados muertos y 29 heridos, que se realizó a punta de cilindros de gas a pesar de que la base estaba muy cerca de una escuela rural en donde habían cientos de niños, el presidente Petro había anunciado que cerrarían los diálogos con esa mesa. Unas horas después, a través de los jefes negociadores designados por el gobierno, Vera Grave e Iván Cepeda, el anuncio era que los diálogos se suspendían. Las respuestas del ELN no eran las mejores e incluso en alguna se pudo percibir un tono soez. Pero la paciencia del gobierno es la que se debe tener en este tipo de negociaciones.
A través del ministro del interior Juan Fernando Cristo el gobierno reafirmó su intención de seguir con los diálogos, eso sí, con una condición: tiene que haber un verdadero compromiso de paz por parte de esta guerrilla. Aunque las confrontaciones arreciaron después del 3 de agosto, durante el cese al fuego fueron múltiples los incumplimientos de esta guerrilla, decretando paros armados en Chocó a pesar de lo que estaba convenido. Por eso Cristo dijo lo siguiente: "Para hablar de paz se necesitan dos, y hasta el momento solo hay uno hablando, que es el Gobierno Nacional. El ELN no parece interesado. Ojalá rectifiquen para que, con un gesto inequívoco de paz, como lo dijo el señor presidente de la República, se puedan retomar las negociaciones".
Mientras tanto Antonio García afirmó que los diálogos deben continuar así no exista un acuerdo de cese al fuego. El frente occidental del ELN se atribuyó el ataque a la base militar de Puerto Jordán. La razón por la que habrían emprendido ese ataque habría sido el supuesto encubrimiento dentro de las instalaciones de una banda criminal llamada “Los pescaos”. Esta información aún no ha sido confirmada. García argumentó lo siguiente con respecto a la no renovación del cese al fuego del 3 de agosto: "no pudo prorrogarse y en el contexto de buscar soluciones, el ministro de Defensa y el comandante de las Fuerzas Militares ordenaron reanudar las operaciones ofensivas contra el ELN".
Se espera que en los próximos días se tenga una hoja de ruta clara sobre lo que vendrá. Lo único cierto es que el presidente está dispuesto a escuchar el clamor de la gente en territorio que pide y exige que llegue la ansiada paz total.
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