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El conflicto aumentó las violencias contra las mujeres

Por: Redacción Pares


Más de 650 participantes, en su mayoría mujeres y personas LGBTI, reunidas en Cartagena, se dieron cita con la expectativa de conocer lo que representaría para ellas el primer Encuentro por la Verdad de la Comisión de la verdad.


Los Encuentros por la Verdad son espacios para comprender e interiorizar los daños e impactos del conflicto y las diversas formas de resistencia de las víctimas, sus organizaciones y sus comunidades.


«Mi cuerpo dice la verdad»


Este primer encuentro, denominado ‘Mi cuerpo dice la verdad’, hizo un llamado a la sociedad para que reconozca que durante el conflicto se incrementaron las violencias sobre las mujeres y lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) y que fueron especialmente afectadas mujeres negras, indígenas y campesinas.


Treinta sobrevivientes presentaron sus historias. Lo hicieron presencialmente o a través de video, audio o cartas leídas por académicos, diplomáticos y representantes del Estado. Otras víctimas mostraron múltiples modalidades de las violencias sexuales: tortura, aborto forzado, violación y esclavitud sexual, entre otras tipologías que hoy hacen parte del plan de esclarecimiento de la verdad de estos hechos.


Sus historias representan a las más de 25.000 personas registradas como víctimas de este delito en el marco del conflicto armado y a todas las que continúan en silencio.


«Queremos saber por qué nos ocurrió»


Con la bandera del arcoíris del orgullo gay, Lina Palacios contó que muchas mujeres, como ella, después de ser violentadas por grupos armados adquirieron enfermedades, sufren de pesadillas permanentes, traumas y síndromes. “Tenemos un cáncer en el alma que no tiene cura distinta a la verdad. Queremos saber por qué nos ocurrió”.


“Soy una mujer excombatiente. En mayo de 1985, a los 12 años de edad, fui secuestrada por la guerrilla de las Farc, porque eso no se puede llamar reclutamiento. Fui violada por esa guerrilla la misma noche de mi secuestro. Las violaciones fueron repetitivas y me provocaron abortos muy dolorosos”. Esta es la carta leída por John Peter Opdahl, embajador de Noruega.


“Las violencias sexuales en el conflicto armado se usaron para castigar a las mujeres percibidas como aliadas de los grupos enemigos, para acallar a las lideresas que denunciaron los atropellos; para romper los lazos comunitarios que obstaculizaban el desplazamiento de las poblaciones y el despojo de tierras; como estrategias de disciplinamiento de las mujeres combatientes; en suma, fue una herramienta de sometimiento”.

La comisionada Alejandra Miller planteó la importancia que tiene para la Comisión de la Verdad no solo la narrativa del dolor, sino también los mecanismos que las víctimas y las organizaciones crearon para hacer frente a los impactos y reconstruir los proyectos de vida individual y colectivos. “Su fuerza nos salva de la indiferencia y nos reviste de humanidad”.


El arte como medicina sanadora


El comisionado Carlos Martín Beristain dijo que, más allá de este encuentro, se realiza un proceso para acompañar a las testimoniantes en las Casas de la Verdad, documentar casos, seguir escuchando a quienes rompen el silencio para incluir sus voces en un informe comprensivo de lo que significó este delito y hacer recomendaciones para atender a las víctimas.


“El arte sana y este es mi tambor sanador”, dijo una de las mujeres de la Red de Tamboreras del Cauca, quien reveló las posibilidades de sanación que hay en el arte y la cultura, con el apoyo de organizaciones, comunidad internacional y las instituciones estatales.


«Nos han mostrado la voluntad de seguir adelante»


Al cierre, Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, resaltó la valentía de las mujeres y de las personas LGBTI que presentaron sus testimonios en el encuentro: “Ustedes han puesto en público los testimonios de su intimidad pisoteada; han hablado por encima de las prevenciones del poder, del miedo y de la incertidumbre.»


«Agradezco a las mujeres indígenas, negras, rrom y personas LGBTI por compartir en público el despojo sufrido en su ser más íntimo. Al mismo tiempo, nos han mostrado la voluntad de seguir adelante, porque la causa que nos mantiene unidos es más grande que nosotros mismos”. finalizó diciendo de Roux.

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