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El Cauca sigue de luto por asesinatos de jóvenes indígenas

Por: Laura Cano. Periodista Pares.

Las alarmas siguen encendidas en el Cauca, esta vez a causa de los constantes asesinatos que se han reportado en las últimas horas en esta zona. Finalizando el fin de semana, el pasado domingo se denunció que en el sector de La Paz, corregimiento de El Plateado, había sido encontrado el cuerpo sin vida de Maye Lorena Cuenú Valencia de 31 años, oriunda de El Charco, Nariño. Este sería el primer asesinato cometido en menos de 72 horas en la zona.


Pues bien, el secretario de Gobierno de este departamento, Luis Cornelio Angulo Mosquera, denunció que en los últimos días han sido asesinados cuatro personas más: “Aquí hay un elemento diferenciador de que al parecer las cuatro personas que han encontrado hasta el momento son de la comunidad indígena, entonces es una característica que no se había observado en los demás cuerpos hallados en el sector, pero reiteramos que con la Fiscalía y con la fuerza pública, una vez se haga presencia, podamos determinar cuáles fueron los móviles de los asesinatos y poder determinar la identidad de los mismos”, afirmó Angulo Mosquera a través de La W.


Hay que señalar que de dos de estas personas no se ha logrado determinar la identidad, Sin embargo, el día martes campesinos de la zona reportaron el hallazgo de los cuerpos sin vida de dos hombres en una carretera del sector conocido como La Balastrera, a unas dos horas de la cabecera municipal.


Estos dos cuerpos fueron identificados como los de Luis Uber Camayo y Uber Tumbo, con edades entre los 25 y 35 años, que pertenecían a un cabildo indígena del municipio de Caldono en el norte del Cauca. Según lo informado los cuerpos de las víctimas presentaban impactos de armas de fuego y, además, habría sido atados el uno del otro con esposas.


RCN Radio citó un relato de uno de los indígenas de la zona, quien dijo que “A nosotros en el cabildo nos dijeron que habían asesinado a dos muchachos en El Plateado y cuando vimos las fotos ya me di cuenta. A ellos los conozco, uno es del sector de La Palma y el otro de San Pedro, yo los distingo porque uno de ellos es amigo de mi hijo”. Además, el mismo medio de comunicación indicó que uno de estos dos jóvenes recientemente había terminado de prestar el servicio militar.


¿Qué pasa en Argelia, Cauca?


Una de las tantas advertencias que se ha hecho sobre la situación en Argelia, se hizo a través de la Alerta Temprana 047-20 de la Defensoría del Pueblo, entidad que identificó una serie de contextos que ponía a esta zona y a sus habitante en un riesgo constante.


Esto motivado por varias razones, iniciando con que históricamente ha sido un corredor de distintos grupos armados no estatales, cuyas dinámicas violentas se han transformado sobre el territorio, en el hay intereses por el control de las economías ilegales que se desarrollan allí como las relacionadas con la circulación de armas y también de insumos para la transformación de coca para su comercialización. A esto se suma que este punto conecta hacia el Océano Pacífico, el departamento de Nariño, el norte del departamento del Cauca y con la vía Panamericana que interconecta todo el sistema de tránsito del país.


“Este factor, aunado a las brechas de oferta social en las zonas rurales de este y los otros municipios del sur del Cauca, posibilita la siembra de extensas plantaciones de coca, que pueden alcanzar hasta las 12.000 hectáreas (Ha). La hoja de coca posteriormente se procesa como única fuente de ingresos para las comunidades que habitan en territorio. Adicionalmente, los laboratorios de cristalización de la base de coca y por supuesto los canales de venta que emergen de forma paralela y conforman un gran clúster de producción y comercialización del producto”, se lee en el documento de la Defensoría.

La confluencia de estos factores, acentuado con la falta de políticas efectivas de seguridad, ha provocado que sean constantes los enfrentamientos entre grupos armados ilegales por el control territorial y sus economías, a lo que se suma la imposición de mecanismos violentos de regulación social sobre la población.


Este municipio hace parte del sur del Cauca, subregión que ha sido afectada por el conflicto armado inicialmente por la presencia de las FARC-EP con sus frentes 60, 8 y 29 y posteriormente por la llegada de las AUC con el Bloque Calima.


Aunque la comunidad esperaba que este panorama cambiara en algo con la firma del Acuerdo de Paz en 2016, la realidad es que el contexto de amenaza se ha venido complejizado. Una vez las FARC-EP abandonaron las zonas que controlaban y se dirigieron a los espacios definidos para iniciar su desarme y reincorporación a la vida civil, otros actores armados ilegales buscaron fortalecerse, posicionarse y expandirse hacia estos sectores.


Así, al momento se alerta de presencia de grupos disidentes de la extinta guerrilla Farc-ep, quienes retornaron para retomar el control territorial a través del Frente Carlos Patiño, el cual fue respaldado inicialmente por la Columna Móvil Jaime Martínez.


Igualmente, hay presencia del ELN a través del frente José María Becerra. Señala la Defensoría del Pueblo que “con el fortalecimiento de la presencia y control territorial de las facciones disidentes de las FARC-EP en el actual escenario, el ELN se ha replegado hacia territorios del Pacífico caucano; sin embargo, constantemente hacen presencia en las zonas que estaban bajo su control, generando escenarios de riesgo adicionales en el marco de posibles combates con interposición de población en general, en un claro desconocimiento del principio de precaución establecido en el DIH”.


Jóvenes indígenas: un foco en el que se concentra la violencia


Hay que recordar que hace algunos días desde la Unidad Indígena del Pueblo Awá –UNIPA-, se informó que desde el pasado 16 de febrero estaban desaparecidos los jóvenes Miguel García Paide 23 años y Álvaro Pascal García de 18 años, quienes pertenecían al Resguardo Indígena Awá de El Gran Sábalo – Comunidad San Jacinto.


Según el documento los jóvenes habían sido retenidos y desaparecidos por un grupo armado ilegal que opera en el corregimiento de Llorente. Además, casi un mes después, parte de la información que se tiene es que los dos hombres estaban volviendo del sector de Inda Zabaleta cuando, según la denuncia, fueron abordados por los actores armados.


Aunque se insistió en la necesidad de activar urgente una ruta de búsqueda, Pares conoció que al pasado viernes, y a pesar de los llamados, ninguna institución había reaccionado al respecto. Lamentablemente la UNIPA confirmó el día de ayer la Misión Humanitaria Awá encontró sin vida los cuerpos de los jóvenes.


“Este hecho tienen consternado a nuestro pueblo Awá al ver la vulnerabilidad de nuestras familias, en especial de nuestros niños, niñas y jóvenes quienes no cuentan con ofertas de educación técnica o superior, ni tampoco con oportunidades laborales que les permita desarrollar un proyecto de vida en sus territorios”, se lee en el comunicado emitido por la UNIPA.

En menos de una semana se ha tenido conocimiento de seis jóvenes indígenas asesinados, de los cuales, además, de dos no se ha podido establecer la identidad. Esta situación es crítica y asimismo se suma a vulneraciones históricas que han sufrido los pueblos indígenas; una realidad que pareciera pasar sin ser percibida por el Gobierno Nacional, que por más alertas que se le han hecho ha permitido que se siga cometiendo un genocidio en contra de estos pueblos.


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