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El caso de Sofía Delgado y el grave problema de violencia basada en género en Colombia

Por: Angélica Atehortúa y Santiago Medina.

Asistentes de investigación.




El 29 de septiembre Sofía Delgado salió de la casa de su abuela en el corregimiento de Villagorgona, Valle del Cauca, y se dirigió a una tienda de mascotas para comprar un shampoo para su perro. Llegó a su destino alrededor del mediodía y al ingresar al establecimiento, el hombre encargado, no la dejaría salir nunca más. Brayan Campo, un hombre de 32 años, intentó convencer a Sofía de adentrarse más en el lugar a cambio de unos collares para su mascota, pero ella, al percatarse de que algo estaba mal con esa sugerencia, intentó escapar del local, pero Campo no se lo permitió, cerrando el establecimiento y golpeándola hasta dejarla inconsciente. Una hora después, regresó a donde había dejado a la menor y acabó con su vida. Luego llevó su cuerpo a un cañaduzal de la vía que comunica a los municipios de Candelaria y Florencia.


El cuerpo desmembrado de Sofía Delgado fue encontrado el 17 de octubre, luego de llevar días declarada como desaparecida. 24 horas después de ser encontrada y luego de un operativo conjunto entre la Sijín y la Policía Nacional, Brayan Campo aceptó su culpabilidad del delito de homicidio y le dio detalles al Juez sobre el asesinato de Sofía. Sin embargo, Campo aseguró que no había abusado a la menor, lo cual ha sido puesto en duda por una parte de la opinión pública, pues en el 2018 fue acusado por el delito de acto sexual abusivo con una menor de 14 años, pero quedó en libertad por vencimiento de términos. Además, en el lugar de los hechos las autoridades se encontraron rastros de sangre, y algunas prendas de ropa, los cuales luego de una prueba de ADN se confirmó que pertenecían a Sofía.


Al momento de la investigación, se reveló que Brayan Campo había intentado secuestrar a otra menor en su tienda de mascotas el mes anterior, sin embargo, esta logró escapar. Una familiar de la menor por medio de sus redes sociales manifestó la situación que había vivido la niña y que, además, se habían comunicado directamente con la Sijín, pero la entidad no habría tomado medidas oportunas.


Actualmente, Brayan Campo podría enfrentar una condena de hasta 50 años de prisión por los delitos de feminicidio agravado, secuestro simple agravado, y ocultamiento, alteración y destrucción de material probatorio. También se sospecha de la complicidad de su pareja Evelyn Julieth Rodas, que, aunque Campo declaró que ella no tenía conocimiento del delito, sigue siendo investigada.


La violencia de género y el riesgo de niñas y adolescentes.


El caso de Sofía evidencia nuevamente la realidad de las niñas y mujeres en Colombia, y demuestra que la violencia sexual y los feminicidios no son casos aislados que se presentan esporádicamente, sino que son un fenómeno estructural que ha aumentado de manera significativa y ha profundizado la inseguridad que viven las mujeres en su día a día. El interés mediático y la reacción de los y las ciudadanas respecto a este acontecimiento, ha permitido poner sobre la mesa la discusión frente a los casos de violencia sexual y feminicidios, y a resaltar la importancia que debe tener el trasladar los delitos referentes a las violencias basadas en género no solo al debate público, sino a las acciones concretas por parte de las instituciones

Como ha sido expuesto por la Fundación Pares en el informe ‘Vivir Sin Miedo’ (2024), el feminicidio es un delito que persiste en las cifras, pero que además presenta complejidades en cuanto a los datos estadísticos y la unificación de las cifras de diferentes fuentes de información, lo cual propicia dificultades para la realización de diagnósticos e incluso puede profundizar la invisibilización de este tipo de violencia. Cabe resaltar que, si bien las menores de edad no representan la mayoría de las víctimas, sí se puede evidenciar una cantidad preocupante de feminicidios en estas edades.


Además, en este informe también se evidencia como otras violencias basadas en género, como los delitos sexuales, afectan principalmente a niñas y adolescentes, y las elevadas cifras en los casos lo configuran como una grave problemática para la seguridad de las menores, para lo cual, hasta ahora, no parecen existir estrategias  eficaces que mitiguen este tipo de violencias.


Casos de delitos sexuales en Colombia por género y grupo etario de la víctima en 2024.



La necesidad de acciones efectivas


A pesar de la oleada mediática que provocó el asesinato de Sofía Delgado, es necesario que esto se convierta en un llamado urgente para abordar los imaginarios y las estructuras patriarcales que permiten que lo femenino siga siendo un elemento subordinado frente a lo masculino, que hace que proliferen espacios en donde la violencia de género se manifieste de manera reiterada. Más aún, es necesario encaminar estrategias que protejan a las niñas y adolescentes, quienes se están convirtiendo en una población de riesgo ante un auge de la violencia machista y patriarcal. Esto también implica acciones efectivas en cuanto al sistema de justicia, para evitar situaciones como la de Brayan Campo, quien ya había sido acusado de ejercer este tipo de violencia y no jue juzgado con celeridad, aumentando la impunidad, la revictimización y por consiguiente la persistencia de los riesgos que históricamente ha sufrido las niñas y las mujeres.


La seguridad y convivencia no pueden abordarse sin otorgar mayor relevancia a la protección de los derechos de las mujeres y de los niños, niñas y adolescentes. Es esencial que las ciudadanas sean escuchadas, protegidas y atendidas de forma inmediata cuando su integridad esté en riesgo, y más aún si son menores, pues sus situaciones son más propensas a no ser denunciadas y, por lo tanto, a ser invisibilizadas. Las violencias basadas en género y la vulneración de los derechos de niños, niñas y adolescentes son temas que deben ser tratados con urgencia, y su discusión debe integrarse de manera estructural dentro de los asuntos de carácter estatal.

 

 

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