Por: Redacción Pares
En un avión no sólo se mató Carlos Gardel. En un aeronave también se fue Jorge Gaitán Durán en 1963, y perdimos en Colombia a la mujer que cambió para siempre la historia del arte en Colombia, Marta Traba. Argentina pero con corazón colombiano, Traba fue una especie de sacerdotiza del arte en Colombia. Historiadora del arte de la Sorbona de París, fue esposa de Alberto Zalamea y su aparición en la naciente televisión colombiana le dio una popularidad que pocos colegas suyos han tenido en Colombia. Además tenía una columna en El Tiempo que lanzó al estrellato a muchos artistas y a otros los mandó a la hoguera del olvido. Amada y odiada, Marta Traba era honesta e implacable.
La historia del fatídico vuelo arrancó en París el sábado 26 de noviembre de 1983. El vuelo iba a Bogotá pero tenía que hacer una parada en el aeropuerto de Barajas. Allí sobrevino la tragedia. El avión era un Boeing, en ese momento era el aparato de vuelo más grande del mundo. Era comandado por el experimentado piloto Tulio Hernández, quien había arrancado en la aviación en 1948. Sin embargo cometió un error fatal: leyó mal la carta de navegación. Muchos años después, cuando se pudo escuchar el contenido de la caja negra, se escucha a la torre de control del aeropuerto de Barajas avisar del peligro que corría el vuelo. La respuesta de Hernández revelaba su confianza: “Cállate gringo” y es que calculó mal y empezó su descenso mucho antes de que tuvieran una pista de aterrizaje cercana. A 12 kilómetros de la pista de aterrizaje de Barajas chocaron contra un cerro cercano a Madrid. Murieron 181personas, otras 11 sobrevivieron con heridas gravísimas. Es recordado en España como el segundo accidente aéreo que dejó más víctimas fatales.
Lo que hace más terrible este accidente es que en él iban eminentes figuras de las artes y el intelecto latinoamericano. Estaban afincados en París y habían sido invitados por el gobierno de Belisario Betancur al país, al Primer Encuentro de la Cultura Hispanoamericana. Además de Marta Traba en ese avión estaban Angel Rama, el magnífico crítico literario uruguayo que se exilió en Caracas y donde pudo construir la Biblioteca Ayacucho, la colección suprema de la literatura Latinoamericana. En el momento del accidente estaba casado con Marta Traba. Estaban también la excepcional pianista Rosa Sabater, el novelista y político peruano Manuel Scorza, así como el escritor mexicano Jorge Ibarguengoitia.
Según el Comité de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil esta fue la causa del siniestro: "La causa el accidente fue que el Comandante, sin tener conocimiento preciso de su posición, se dirigió a interceptar el ILS con una trayectoria incorrecta, sin iniciar la maniobra de aproximación instrumental publicada; descendiendo por debajo de todos los márgenes de seguridad del área, hasta colisionar con el terreno".
Entre las víctimas fatales se contaban colombianos, mexicanos, españoles, franceses, alemanes. Ese 26 de noviembre de 1983 el país se paralizó.Es que Marta Traba, entre otros logros, había logrado crear el Museo de Arte Moderno de Bogotá, que hoy en día todavía tiene sus puertas abiertas y está más vigente que nunca. Era amiga cercana de Cortázar y su visión descubrió, entre otros monstruos al maestro Fernando Botero. Su voz, además de escucharse en la televisión, era vital para influenciar a los estudiantes que tuvo en universidades como la Nacional y los Andes donde fue profesora.
Marta Traba era una provocadora, una mujer que dejó libros como Homérica Latina en donde supo leer el contexto de su época, una de las más interesantes de la historia, además de haber creado la revista Prisma, hoy un tanto olvidada pero cuyo legado sigue vigente. El destino fue cruel, las llamas se llevaron una de las mentes más adelantadas de su época.
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