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Continúa la alerta ambiental en Bogotá

Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares


Ahora la lupa está puesta sobre la gestión del alcalde Enrique Peñalosa y el manejo que le ha dado al tema en la capital. Debido a los altos niveles de contaminación que se presentaron el pasado viernes, el alcalde declaró la Alerta Ambiental. Sin embargo, pese a las drásticas medidas de movilidad tomadas desde el fin de semana, el panorama de este lunes 18 de febrero sobre la calidad de aire sigue siendo crítico.


Así lo registró hoy en la mañana el Índice de Calidad del Aire ICA. Dos (2) de las 13 estaciones estaciones con las que cuenta la Secretaría de Ambiente en Bogotá marcan este lunes una medición de alerta roja, es decir, con un aire ‘muy dañino para la salud’.


Es más, la zona del sur de la ciudad donde se registras la alerta naranja, tiene índices de emisiones de partículas finas en el aire cercanas a los del viernes 15 de febrero, a pesar de las medidas tomadas por el distrito.

Medición del ICA correspondiente al sector Carvajal, suroriente de Bogotá, lunes 18 de febrero a las 10 a.m.

Alerta ambiental, no es la primera vez


La respuesta del distrito sobre la contaminación de los últimos días, es que predominan unas fuertes inversiones térmicas, en otras palabras, que hay capas de aire frío en la atmósfera lo que estaría impidiendo el ascenso del aire caliente contaminado.


En este sentido, esto es lo que ha generado que persista en el aire de la capital la alta concentración del material particulado, que tiene en riesgo la salud de sus habitantes.


Sin embargo, la alerta naranja ya había sido declarada anteriormente en las localidades de Tunjuelito, que tiene 1.187.315 habitantes y que corresponde al 14,88% de Bogotá; en Bosa, con 709.039 habitantes; en Kennedy con 1.187.315 habitantes y en la localidad de Puente Aranda con 225.220 habitantes, que corresponde al 2,82% de Bogotá, según cifras de la Alcaldía.


El plan de acción del distrito, después de tener cuatro (4) localidades en alerta naranja y las 16 restantes en alerta amarilla, fue de cambiar la medida del ‘pico y placa’ desde este sábado 16 de febrero, que, entre otras cosas, incluyó la restricción a motocicletas.


Por ahora, el plan de choque de la administración dispone que los carros y motos tendrán una restricción desde las 6 a. m hasta las 7:30p. m., además de los fines de semana.


Buses de transmilenio, un factor clave de contaminación


Hoy más que nunca se recuerdan las declaraciones del alcalde Peñalosa “El problema de la calidad del aire es el polvo, no la combustión de los buses” Sin embargo, las cifras sobre la calidad del aire que se registra actualmente en la capital están contradiciendo estas razones del funcionario.


Hace 10 meses, a pesar de la solicitud hecha por la Procuraduría General de la Nación para que el alcalde incluyera tecnologías limpias en la nueva licitación, Enrique Peñalosa se inclinó por los motores Euro V. Para el cierre de 2018, el alcalde adjudicó la compra de 1.143 buses nuevos para Transmilenio, de los cuales el 59,7% serán Volvo, alimentados por diésel.


El alcalde había manifestado que su decisión estaba motivada por beneficios económicos, según las cuentas del mandatario prescindir de los buses eléctricos reduciría el precio y eso se vería traducido en la tarifa para el usuario.


Sin embargo, desde que empezó la alcaldía ‘Bogotá Mejor Para Todos’, el pasaje de Transmilenio ha aumentado un 40%. Precisamente ya en 2019 el servicio tuvo un incremento en el precio.

Como si fuera poco, la Procuraduría volvió a advertir que los vehículos que hoy integran la nueva flota de buses de Transmilenio están incurriendo en un riesgo ambiental, pues los cálculos de la alcaldía sobre los beneficios de los Euro V están desfasados.


Autoridades ambientales ya habían advertido al distrito


Resulta que los niveles de emisión de gases que advertían una mejoría en el aire de la capital, están basados en estándares viejos. Es decir, los cálculos de esta alcaldía se estaban haciendo con base de los Euro V 2007 y no estaban actualizados bajo la norma Euro VI 2009, donde la emisión de gases no es permitida.


El Ministerio de Ambiente, también se había sumado a mediados de 2018 a las advertencias al distrito. Este le había solicitado a Peñalosa que adoptara medidas para mejorar el aire a corto, mediano y largo plazo. Para que esto sucediera, según el ministerio, era una gran oportunidad que las licitaciones sobre el transporte público fueran pensadas para reducir las emisiones de contaminantes. Y eso no ha ocurrido en la capital.


«Era necesario renovar la flota de transporte público»


De acuerdo con el investigador Omar Ramírez, investigador del Estudio y del Departamento Civil y Ambiental, el principal componente químico del PM10 en Bogotá son las partículas de carbono que son producto de incendios forestales, las fuentes de combustión industrial y las emisiones vehiculares a gasolina y diésel.


Según Ramírez, era necesario reducir la contaminación del aire en Bogotá, renovando la flota del transporte público, así como las volquetas y los camiones de carga pesada. Con el primero había que realizar una conversión a transporte con tecnologías más limpias: eléctrica y gas natural.


Para Manuel Rodríguez, profesor de la Universidad de los Andes, la crítica situación ha generado una violación por parte del mandatario de los ciudadanos “en su deber de garantizar a los bogotanos el derecho constitucional a disfrutar de un medio ambiente sano”. Además, advierte sobre el alto riesgo para más de 1.5 millones de usuarios y empleados de Transmilenio que están expuestos diariamente a niveles tan altos de contaminación.


Esta crítica situación que está viviendo la ciudad da lugar a una profunda revisión de la efectividad o ineficacia de las medidas que está tomando la Alcaldía Mayor. Por ahora, la realidad indica que estas restricciones a la movilidad que afectan a millones de bogotanos, no estarían mitigando la grave situación de contaminación en la capital.

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