Por: Miguel Ángel Rubio Ospina, Coordinador
Línea Jóvenes en Riesgo y Participación Juvenil
El reclamo más sentido de los jóvenes de Colombia que marcharon el año pasado en todo el país es el de las garantías para el ejercicio de la protesta, lo que pasa por una consigna que acuñó Petro en campaña y es el desmonte total del ESMAD, principal motor de violencia y confrontación, cuyo antagonista fueron las primeras líneas de defensa de la protesta.
Una pelea desigual en todo sentido, pues mientras el ESMAD atacaba con armas de poder letal, gases, armaduras y tanquetas, las primeras líneas recibían en escudos hechos con reductos de canecas metálicas los artefactos disparados por los llamados robocops y devolvían los ataques con piedras, palos, y bombas molotov de poco poder. Desigual también por la cantidad de muertos de lado de los jóvenes manifestantes y, más aún, por todo el respaldo institucional para la acción violenta del ESMAD, el cual contaba con el beneplácito del Estado en cabeza de un ministro de Defensa que tuvo que enfrentar dos mociones de censura por el uso excesivo de la violencia en manifestaciones y bombardeos de campamentos guerrilleros en los que murieron menores de edad.
Con estas banderas recogidas y echadas al hombro, un Gustavo Petro candidato convocó a los jóvenes del país a que le dieran su respaldo. Repitió hasta la saciedad en cuanto espacio pudo la promesa de desmonte total del ESMAD, entre otras propuestas clave del estallido social de 2021 para los jóvenes.
Hoy, sin embargo, esa promesa parece no poder ser cumplida a cabalidad por el Gobierno del Cambio. Pues una cosa es desmontar y otra cosa es un cambio de aviso y de imagen, que no es lo mismo, simplemente es una reestructuración de los protocolos de intervención del escuadrón y un cambio de nombres. Al respecto, Issac Morales, coordinador de la Línea Convivencia y Seguridad Ciudadana de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), señala:
“Recientemente también se conoció el rebautizo del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), ahora denominada Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO). Según el director general de la Policía, General Henry Sanabria, la nueva unidad de diálogo contará con dos componentes fundamentales: primero un Dispositivo Especializado de Intervención (DEI) y segundo un Dispositivo Básico de Acompañamiento (DBA)”.
Bien lo dice al inicio del párrafo citado, “rebautizo”, que en términos claros no es más que un cambio de aviso o razón social, pero que en el fondo sigue siendo lo mismo.
En este sentido se empieza a sentir un descontento en redes, organizaciones juveniles, víctimas del ESMAD y en los marchantes en general por el embolate de esta promesa, suavizándola con un cambio de nombre y de uniforme, pero que en la práctica es lo mismo, pues la vaguedad del cambio de imagen no apunta a un cambio del accionar y del ser del escuadrón especializado.
Las funciones serán las mismas, pues la UNDMO tendrá dos subestructuras especiales, la primera es el DEI (Dispositivo especializado de intervención) y la segunda el DBA (Dispositivo de acompañamiento Básico de acompañamiento).
En resumidas cuentas, la promesa de acabar con el ESMAD fue un saludo a la bandera durante la campaña presidencial. No se llevará a cabo y el gobierno incumplirá una promesa a los jóvenes que le dieron el poder al presidente, con la existencia de un cuerpo de contención violento como este, las tentaciones de infiltrar las marchas para justificar confrontaciones con los pelaos seguirán siendo paisaje, y pues no es posible hablar de las desintegraciones de las primeras líneas si el ESMAD no deja de existir.
Redundar en los muertos que ha dejado el ESMAD desde el año 99 en que fue creado hasta ahora sería redundar en datos que hemos dado suficientemente en este portal, solo diremos que esperamos que esta restructuración de cambio de uniformes y color de las tanquetas, la inserción de las ambulancias y el ser el último recurso de reacción ante una marcha o manifestación, no le siga costando al país más jóvenes muertos.
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