Por: Nataly Triana Guerrero, Asistente de investigación
Línea de Investigación en de Democracia y Gobernabilidad.
Por primera vez en la historia de Colombia, la izquierda llegó a la presidencia de la República No obstante, esta victoria no fue contundente y total, teniendo en cuenta que la diferencia, según el preconteo de votos, fue de solamente de aproximadamente 719.782 votos con el candidato Rodolfo Hernández (el Pacto Histórico obtuvo 11’276.310 votos, el 50,48% de los votos; la Liga de Gobernantes Anticorrupción obtuvo 10’556.911, el 47,26% del total de votos).
Esto en sí mismo señala que uno de los grandes retos que acepta Gustavo Petro es gobernar un país inmensamente fragmentado y dividido, para lograr esto requiere de una alta gobernabilidad en su periodo, la cual depende de su relación con el nuevo Congreso de la República.
La relevancia del Congreso de la República en el gobierno de Gustavo Petro reside en que solamente con una bancada de gobierno mayoritaria es posible transformar su plan programático en actos legislativos y leyes estatutarias. La importancia de estas normas legales reside en que la primera figura permite modificaciones a la Constitución Política de 1991, mientras la otra es aquella que regula derechos y deberes fundamentales de las personas, así como la administración de justicia del país.
En este sentido, para lograr una transformación real del país el mandatario deberá asegurar que al interior del legislativo tenga a su favor la mitad más uno (50% + 1) de los congresistas, es decir, 147 congresistas, sumando el Senado y la Cámara de Representantes, siendo este el quórum necesario para la aprobación de este tipo de normas.
Por lo pronto, la bancada de gobierno estaría conformada solamente por los siguientes partidos y/o movimientos y sus respectivos congresistas: Pacto Histórico (48), Comunes (10), Representantes de Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz (CITREP) (9), ASI (4), MAIS (2), Colombia Renaciente (1), AICO (1), Fuerza Ciudadana (1) y Gente en Movimiento (1). Lo que en total representa el 28% del Congreso en pleno, es decir un escenario adverso en la relación con el Congreso.
Ahora bien, la bancada de gobierno puede ampliarse, esto teniendo en cuenta que la Alianza Verde decida unirse al mandatario. Esta posibilidad es plausible tras la serie de apoyos que recibió Gustavo Petro en la segunda vuelta, entre los que se destacan figuras como Antonio Navarro Wolf, Angelica Lozano y Ariel Ávila. En este caso, se puede contar que este partido podría sumar aproximadamente 23 congresistas a la bancada, lo que llevaría a esta a representar en este caso el 37% del Congreso en pleno, lo que aún es insuficiente para tener gobernabilidad.
La independencia, el nuevo comodín
Debido a la imposibilidad de la bancada de gobierno de ser mayoría, existe una necesidad por parte de Gustavo Petro de entablar diálogos y comprometer parte de la administración del ejecutivo con otros partidos representativos que no necesariamente decidan hacer parte de la bancada de gobierno, pero que desde la independencia acompañen a este en ciertas reformas.
El partido Liberal, al tener 47 congresistas electos, representa por sí solo el 17% del Congreso en pleno, por lo tanto, es el partido con mayor nivel de seducción, pues tiene la mayor cantidad de representantes a la Cámara. Esto lo lleva a ser un fortín político relevante para cambiar la balanza de poder entre la oposición y el Gobierno. No obstante, una posible alianza programática con Gustavo Petro reside en la capacidad de negociación de César Gaviria, quien en estas elecciones se ha reconocido por ser detractor de esta coalición y por ser el principal responsable de la crisis interna del partido, al excluir al sector de los “Liberales con Petro” de las discusiones internas de esta organización, lo que hoy en día ha generado severos cuestionamientos a su liderazgo.
Por otra parte, el partido Cambio Radical tiene 29 congresistas electos a quienes les beneficiaría también declarase en independencia e incluso de Gobierno, teniendo presente que su maquinaria electoral no fue contundente para posicionar a Alex Char como candidato del Equipo por Colombia y que, posteriormente, sus nichos electorales no respondieron favorablemente a Federico Gutiérrez. Pero que a pesar de esto, aún pueden negociar al ser una fuerza electoral interesante para la bancada de gobierno, teniendo en cuenta que Cambio Radical, al igual que el partido de la U, se enfrentan a una fragmentación interna, por lo que es viable mantener relaciones cordiales con el Gobierno Nacional y conservar independencia para mantener la diferencia ideológica.
Otro partido que podría declararse en independencia es el Partido de la U, que tiene 27 congresistas electos y quienes suponen una cantidad atractiva para la bancada de gobierno. Para esta estructura es conveniente declararse en independencia si su prioridad es frenar la fragmentación interna del partido, sin comprometer su libertad frente a las reformas y proyectos del nuevo Gobierno. No obstante, no es descartable que, en plena crisis de representatividad y apogeo de los partidos alternativos, sea una opción considerarse de Gobierno y así obtener un respiro para reorganizarse en vista a las próximas elecciones locales.
Esta última opción es viable, si se tiene presente que este partido tiene como única lealtad su supervivencia y lo ha demostrado varias veces, por ejemplo, este partido no tuvo reparos en declararse de Gobierno en el periodo 2018-2022, a pesar de que Iván Duque fuera un severo detractor de Juan Manuel Santos. Esta posibilidad no solamente beneficia al partido, igualmente permite al Gobierno estar más cerca de la mayoría absoluta y, por ende, reducir los costos de negociación con los partidos independientes.
Independientes pero insignificantes
Por otro lado, Dignidad sería uno de los partidos que solamente con un congresista electo y avalado por este partido aterrizaría en paracaídas a la independencia, esto teniendo en cuenta que la distancia entre Jorge Enrique Robledo y Gustavo Petro es abismal, lo que imposibilita su adjudicación a la bancada de gobierno, incluso si esto representa un riesgo futuro para su personería jurídica. A pesar de esto, este partido tampoco haría parte de la oposición debido a las críticas y enfrentamientos pasados con el uribismo, lo que deja como única vía la independencia u oposición.
En este lugar también se encontrarían los 7 representantes electos del CITREP que se mantuvieron neutrales en la contienda electoral y/o de los que no se conoció candidato oficial, pero que, en comparación con Dignidad, tendrían mayores posibilidades de tener cercanía con el partido de gobierno, teniendo en cuenta los compromisos adquiridos entre todos los integrantes de las curules de las víctimas y las disposiciones del Gobierno Nacional frente al cumplimiento del Acuerdo de Paz.
Tabla No. 1
Representantes electos de las CITREP. Elaborado por la Línea de Democracia y Gobernabilidad. Fundación Paz & Reconciliación. Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil.
La nueva oposición
Los partidos y sus congresistas, que por su postura ideológica se mantendrían en oposición, serían el Partido Conservador (42), el Centro Democrático (29), Mira- Colombia Justas Libres (5), Verde Oxígeno (2), Nuevo Liberalismo (1), Liga de Gobernantes Anticorrupción (2), curules de oposición (2) y curules afro (2).
Estos partidos y coaliciones representan en total el 31% del Congreso en pleno, lo que quiere decir que, si Alianza Verde se adhiere a la bancada de Gobierno, la diferencia entre ambas bancadas es mínima, lo que lleva a que las condiciones de apoyo desde los partidos independientes y significativos sean costosas para el nuevo Gobierno.
De esta manera, la victoria de Gustavo Petro no se traduce en gobernabilidad, pues hasta el momento sus respaldos no superan el 28% del Congreso. Por el contrario, este periodo significa la lucha por encontrar gobernabilidad antes de comenzar su gobierno, ya que de acuerdo con la Ley 1909 del 2018, los partidos políticos, coaliciones y movimientos significativos de ciudadanos tienen hasta el mes siguiente al inicio del gobierno para declararse políticamente, lo que significa que el Gobierno se encuentra a contrarreloj.
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