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Por: Santiago Medina, Angélica Atehortúa - Asistentes de investigación




El pasado 10 de septiembre la localidad de Kennedy, específicamente el sector de María Paz, fue sacudido por la explosión de una granada que dejó un saldo de 9 personas heridas, entre ellas a 2 miembros de la Policía Nacional, y una persona que falleció días después. Horas más tarde ese mismo día, a pocas cuadras de donde se dio el suceso, se registró otra explosión en la que falleció una persona, quien según las autoridades, era la que transportaba el explosivo, aunque no se ha determinado con exactitud cuáles eran sus intenciones.


Sobre el atentado, el alcalde Carlos Galán afirmó que podría tratarse de una retaliación por parte de las organizaciones delincuenciales que operan en este sector, ante los recientes operativos y capturas que han realizado la Policía y la Fiscalía en su contra. Esta situación prendió nuevamente las alarmas en Bogotá por la situación de seguridad, teniendo en cuenta la cantidad de casos de homicidio y ataques sicariales que se han registrado en lo corrido del año, sumado a la permanencia de otros delitos como la extorsión y los hurtos.


Por esto, vale la pena revisar qué está sucediendo en materia de seguridad en la ciudad, y preguntarse si las estrategias del alcalde Carlos Galán en el marco de su plan ‘Bogotá Camina Segura’ realmente están teniendo un impacto positivo.


La inseguridad en cifras


Según datos proporcionados por el SIEDCO de la Policía Nacional, hasta el mes de agosto de 2024 se han registrado 746 casos de homicidio en la ciudad de Bogotá, que, comparados con las cifras registradas en el mismo periodo del año 2023, evidencian un aumento de un 4,7%. Ahora bien, si se comparan específicamente los meses de julio y agosto entre ambos años, se observa un aumento en los casos de un 28% para el 2024, lo que refleja un panorama muy preocupante donde el homicidio en la ciudad está adquiriendo una tendencia al incremento, situación que podría agravarse en el segundo semestre del año.



Elaboración: Fundación Pares. Fuente: SIEDCO


Galán ha reconocido que en los últimos dos meses se han registrado aumentos en los homicidios, y lo asocia principalmente a enfrentamientos entre bandas delincuenciales, entre los cuales mencionó a ‘El Tren de Aragua’, ‘Satanás’ y ‘Los caucanos’. Adicionalmente, en informes de la Fundación Pares, también se ha podido identificar a otras estructuras que hacen presencia en la localidad de Kennedy, como ‘Los Hestias’, Los Boyacos’, ‘Los Camilos II’ o ‘Los Lobos’.


Estas estructuras serían las responsables de extorsionar a comerciantes y trabajadores de Kennedy y en general de la ciudad de Bogotá. Según datos del SIEDCO, entre enero y julio del 2024 se registraron 660 casos más de extorsión que en el mismo periodo del año pasado, lo cual se traduce en un preocupante aumento del 76,4%.



Elaboración: Fundación Pares. Fuente: SIEDCO


Si bien el Alcalde ha señalado la localidad de Kennedy y otros sectores de la ciudad como zonas priorizadas para fortalecer la operatividad de la fuerza pública buscando reducir la extorsión, y al mismo tiempo resalta las recientes capturas relacionadas con casos de homicidio, lo que se evidencia es que tanto el homicidio como las extorsiones en Bogotá van en aumento y al mismo tiempo se nota la insuficiencia de estrategias concretas que permitan controlar esta situación, a pesar de ser la seguridad uno de los puntos centrales del plan de gobierno de la actual administración.


Un aumento en la violencia


Los atentados con explosivos se han convertido en una amenaza cada vez más recurrente en Bogotá. En el mes de abril se registró la detonación de un explosivo de bajo poder en el sur de la ciudad, específicamente en el CAI del barrio Claret,  y a pesar de que no hubo víctimas ni mayores daños, expresó una evidente intención de amedrentar a la Policía. En el mismo mes, las Unidades Anti-Explosivos desactivaban seis explosivos que habrían sido dejados en la Avenida Circunvalar. En julio se reportó el hallazgo y la detonación controlada de un paquete explosivo en la localidad de Teusaquillo, que al parecer estaría dirigido hacia el firmante de paz y miembro del partido Comunes, Gabriel Ángel. Días más tarde, en el barrio el Amparo de Kennedy se registraron dos detonaciones que produjeron daños en cinco viviendas, lo cual fue atribuido a las bandas criminales que controlan la zona.


Además de esto, también se puede evidenciar la proliferación de casos de homicidios y atentados sicariales asociados a la dinámica delincuencial en la ciudad, por ejemplo, el ocurrido el pasado 30 de agosto en el que fue asesinado un hombre en la autopista norte a las afueras de la ciudad, al parecer en el marco de ajustes de cuentas, pues pertenecía a la organización ‘Los Paisas’ y pagaba una condena de 40 años por asesinato en la cárcel de Cómbita, aunque contaba con un permiso de 72 horas.


Ante este tipo de situaciones, la respuesta recurrente del alcalde y de las demás autoridades ha sido incrementar los esfuerzos investigativos para dar con los responsables y esclarecer las causas, que en muchos casos se atribuye a estructuras criminales. Sin embargo, estas acciones no parecen mermar las intenciones de estos grupos de usar los explosivos y atentados como mecanismos para generar zozobra y control en la ciudad. Por el contrario, las capturas de cabecillas o los operativos de desmantelamiento parecen generar más violencia, como lo ha asegurado el mismo alcalde frente al atentado en el barrio María Paz en Kennedy.


Caminar seguros en Bogotá: un gran reto


En la ciudad de Bogotá se está gestando una grave situación relacionada a la presencia de estructuras criminales en la ciudad, que no sólo incide en el aumento de las estadísticas delictivas, sino que también configura escenarios de riesgo de violencia y conflictividad, tanto contra la fuerza pública como contra otras estructuras, en el marco de disputas por las rentas y el control de territorial. Esto, teniendo en cuenta que la Defensoría del Pueblo, en su Alerta Temprana 004 de 2024, ya ha advertido sobre situaciones de enfrentamiento entre bandas como el Tren de Aragua y grupos armados como el ahora autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia (EGC).


El alcalde Galán ha reafirmado en varias ocasiones su compromiso con la recuperación de la seguridad en la ciudad, siendo este el objetivo principal de su administración, estableciendo en su plan de gobierno estrategias y programas para fortalecer los canales de denuncia, mejorar la convivencia en la ciudad, enfrentar y desmantelar las organizaciones delincuenciales, reducir las cifras delictivas y construir espacios públicos más seguros para la ciudadanía. Sin embargo, si se analizan las acciones concretas que se han adelantado en lo que va de su gobierno, estas parecen quedarse como medidas paliativas y con un carácter más reactivo, que resultan ser insuficientes ante la grave problemática del crimen organizado y las altas cifras en los delitos.


Por esto, los acontecimientos de los últimos meses han logrado revelar las grandes dificultades que está teniendo la alcaldía para consolidar una estrategia de seguridad eficaz. Mientras tanto, la ciudadanía en Bogotá continúa a merced de situaciones que generan miedo y zozobra, que podrían profundizar la percepción de inseguridad en la ciudad.

 

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