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Asesinados dos firmantes de la paz en La Macarena, Meta

Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares


“Afuera van ladrando los fusiles. / En este pueblo florecemos / de la poca tierra / que nos quedó entre las uñas.” En este Pueblo. Jennifer García Acevedo


Irnel Flores Forero y Belle Estér Forero son los nombres de los últimos firmantes de paz asesinados en Colombia. La crueldad de la violencia no descansa en tiempos de pandemia, esa es la realidad nacional. Hay un país a la deriva, ni el virus puede tapar el bucle de sangre al que parece estar condenado este país.


En tiempos que el gobierno nacional pide solidaridad a su pueblo, recordamos que este ha abandonado —en casi veinte meses de mandato— a quienes le apostaron a la paz un 24 de noviembre de 2016. De hecho, durante este periodo de mandato de Iván Duque han ocurrido alrededor del 42% de los asesinatos de los excombatientes, de acuerdo con las cifras que han venido presentado la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.


Un clamor por la vida


De acuerdo con voceros de la FARC, el asesinato fue perpetrado el pasado 17 de marzo en horas de la noche en un caserío conocido como El Rubí, en el municipio de La Macarena (Meta). De esta forma, para el caso de 2020, ya han sido asesinados 16 integrantes de la FARC. 190, de acuerdo con las cuentas de la FARC desde la firma a la fecha.


En el departamento del Meta, según cifras del SIPARES, son siete (7) asesinatos con los de Irnel y Belle. Asesinatos en los municipios de La Macarena, como el municipio más victimizado, Vistahermosa, La Uribe y Villavicencio. Es importante recordar que, de acuerdo con el informe ‘Más Sombras que Luces’ de Pares, el sur del departamento del Meta hace parte de una de las cinco subregiones más violentas producto de la presencia de Estructuras Armadas Ilegales.


Sur del Meta, Guaviare y Caquetá


La subregión conformada por los departamentos de Guaviare, Caquetá y sur del Meta, posterior a la firma del Acuerdo de Paz, ha adquirido un especial interés tanto para la explotación indiscriminada de recursos naturales como para la ampliación de economías ilegales (cultivos ilícitos, deforestación a gran escala y minería).


Esta situación ha generado nuevos enfrentamientos entre grupos ilegales – Grupos Armados Postfarc (GAPF) y Grupos Armados Organizados (GAO) – y Fuerza Pública por el control del territorio y la apropiación de corredores estratégicos económicos necesarios para el reordenamiento de estos grupos residuales de las FARC, progresiva expansión que puede convertirse en una tendencia como consecuencia de ofensivas, contraofensivas y rupturas que se dan en el territorio posterior al Acuerdo.


De igual forma, según el informe de Pares: “Hay presencia de grupos criminales y bandas sicariales, reductos del Bloque Meta y Libertadores del Vichada que operan en San José del Guaviare, Villavicencio, Mapiripán, La Primavera y Puerto Carreño, que controlan el crimen organizado y son liderados por dos exintegrantes del grupo paramilitar los “Puntilleros”: alias “Caracho”, paramilitar que controlaba los Llanos Orientales y que quedó al mando después de alias “Cuchillo” y Richard, brazo militar de este, el cual según fuentes territoriales aún dirige desde la cárcel los grupos delincuenciales y de sicariato.”

Mapa: Pares.

La muerte sigue dispersándose por Colombia


El 80% de los asesinatos están en la impunidad, pues no se conoce su perpetrador. Es más, a nivel nacional cerca del 60% de los hechos se desconoce el agente perpetrador. De acuerdo con cifras de Pares, además de los asesinatos a personas en proceso de reincorporación, son 25 los familiares de firmantes de paz que han sido asesinados tras la firma del Acuerdo de Paz. Por otro lado, los tres departamentos más victimizados son Cauca (27 casos), Nariño (22) y Antioquia (20) como se refleja en el mapa de calor.

Miles de exguerrilleros poniéndole el pecho a la paz


Pares ha hablado con la comunidad en proceso de reincorporación que se encuentran en distintos ETCR a nivel nacional. Para los y las firmantes de paz, es prioridad que se implementen esquemas de seguridad colectivos que, por un lado, les permita su protección, pero que también garantice su proceso de las iniciativas productivas y su participación en política.


Por otra parte, manifiestan con preocupación la estigmatización a la que han sido expuestos por discursos del gobierno nacional o de la institucionalidad sobre su vinculación a las disidencias o a economías ilegales. Asimismo, reiteran que es inaceptable que organismos de la Institucionalidad o el mismo gobierno señalen que los asesinatos no son en razón a su figura como firmantes de paz.

Cabe aclarar que, según cifras de la Agencia Nacional de Reincorporación, son 2.893 personas en proceso de reincorporación que tienen presencias en los denominados antiguos ETCR, que son 24 en total. Es un grueso de población que, por medio de los proyectos productivos, le está apostando a la paz y que clama por que se le garantice la seguridad.

 

«La presente publicación ha sido elaborada con el apoyo financiero del Fondo Europeo para la Paz. Su contenido es responsabilidad exclusiva del Proyecto Tejidos y no necesariamente refleja los puntos de vista de la Unión Europea»

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